Blog | Marta está harta

De coaching, desarrollo personal e hijas adolescentes

Y si realmente no es tan productivo no quejarse
photo_camera ¿Y si realmente no es tan productivo no quejarse?

ÚLTIMAMENTE ESTÁ muy de moda esto del coaching y el crecimiento personal, y os lo digo yo que soy coach, terapeuta natural y una recién enamorada del crecimiento y desarrollo personal. Pero como en todo en la vida, siempre hay un pero, una cosilla que te aleja de tu camino hacia el zen, la paz y la tranquilidad. Las que sois madres de niños de entre 8 y 17 años entenderéis lo que os digo, con eso del pero que nos aleja de la paz interior. Y es que practicar con éxito estas dinámicas de desarrollo personal es casi imposible, cuando en casa al mismo tiempo tu hijo practica la adolescencia en su más alto nivel y todo el rato, como dicen ahora.

Yo está semana me había propuesto, o mejor dicho me habían propuesto una dinámica, que me parece muy interesante, la de fuera quejas: no debería de quejarme en toda la semana, ni dejar que nadie se quejara delante de mí, porque eso es tóxico y yo quiero fuera de mi vida personas tóxicas, que ponen palos en las ruedas de mi vida. Pues bien, una vez explicado todo esto, me pareció fácil llevarlo a cabo, hasta que choqué con la dura realidad; esa de levantarse a las 7.00 am con un catarrazo horrible y cruzarte por el pasillo con la adolescente, también acatarrada, y que ella te gruña y que tú digas eso de "fuera quejas, esta semana no nos vamos a quejar", cuando lo que realmente te apetece es empezar con tu rosario de quejas y quejazas.

Hoy ya es viernes y llevo solo cuatro días de esta terapia del fuera quejas y me he puesto a pensar y buscar razones para poder seguir quejándome. Porque ¿y si realmente no es tan productivo no quejarse?. No vaya a ser que me esté haciendo un flaco favor, mientras sonrío a diestro y siniestro, y me digo eso de fuera quejas, mientras trago saliva.

Y es que, es cierto que quejarnos continuamente por cualquier cosa no nos ayuda en nada, todo lo contrario, perjudica nuestra salud, o por lo menos eso dicen, pero yo creo que las quejas, en su justa medida, tienen su razón de ser y hasta pueden ser sanas.

Pensemos. Si quejarnos nos sirve para liberar tensiones, perfecto, porque no debemos quedarnos con las cosas dentro, pero lo que no es saludable es estar una semana completa liberando nuestro malestar a cada rato con cada persona con la que hablamos.

Cuando nos quejamos nos hacemos escuchar y damos lugar a una reacción a nuestras palabras. El problema radica en nuestra forma y actitud a la hora de quejarnos. Si nos quejamos, debemos hacerlo amablemente, incluso con una sonrisa, y sin perder la educación. Si nos quejamos con educación nos escucharán con una mejor actitud.

Por otro lado, si nadie se quejara por lo que está mal, todo seguiría igual, por algo existen las hojas de reclamaciones. Aunque a veces lo que apetece es poner esa mala cara cuando nos quejamos.

Puedo concluir diciendo que "quejarse cuando es necesario, es beneficioso y nos ayuda a mejorar nuestra vida y la de otros", pero aprendamos a quejarnos, con educación, con una sonrisa, con firmeza y abandonemos la queja de martillo pilón.

Comentarios