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El secreto mejor guardado

Galicia está inmersa en una frenética carrera electoral en la que ya nadie disimula y a la que solo le falta la fecha, que apunta a marzo
La secretaria general del Partido Popular de Galicia, Paula Prado, hizo balance este viernes del año 2022. XOÁN REY (EFE)
photo_camera La secretaria general del Partido Popular de Galicia, Paula Prado, hizo balance este viernes del año 2022. XOÁN REY (EFE)

Galicia está inmersa en una frenética carrera electoral a la que solo le falta la fecha. Es una evidencia. De hecho, ya nadie se molesta en disimularlo. Y aunque no hubo un factor concreto que detonase este nuevo escenario más allá de la lógica de que la legislatura apura sus últimos meses, lo cierto es que sí hay cuestiones que precipitaron esta sensación de acelerada precampaña: los presupuestos de la Xunta, el nombramiento de Besteiro como candidato, la investidura de Pedro Sánchez...

Falta saber cuándo votaremos los gallegos, una potestad que solo tiene el presidente Alfonso Rueda y que, a día de hoy, constituye el secreto mejor guardado. O no, porque quizás ni él mismo tenga claro ahora mismo qué hacer.

Las encuestas no sirven


En el PPdeG estaban pendientes esta temporada de encuestas por si podrían ayudar en la decisión. Pero siempre con la prudencia que exigen unos sondeos que vienen de fracasar estrepitosamente en las generales y que, además, todavía están demasiado contaminados por la polarización de la política estatal, con lo que su lectura en clave autonómica es compleja.

Los pocos datos que hay hasta ahora apuntan a que el escenario electoral gallego apenas cambiaría con respecto a 2020: es decir, mayoría absoluta para el PPdeG, con el BNG segundo y el PSdeG tercero. Sin embargo, en la misma encuesta también hay datos que invitan a pensar que hay partido.

Así que, en realidad, la demoscopia no puede ser determinante a la hora de tomar la decisión sobre la fecha de unos comicios que, sobre el papel, tendrían que celebrarse en el mes de julio.

Algunos condicionantes


La gran duda que puede tener ahora mismo Rueda parece clara: ¿agotar la legislatura y tirar hasta el verano o adelantar las elecciones lo máximo posible?

Ambas opciones tienen sus pros y sus contras y están condicionadas también por factores externos, en algún caso extrapolíticos. Por ejemplo, una convocatoria exprés incluso para 2023 o la vuelta de 2024 nos metería de lleno en las Navidades, lo que resulta impensable. Además, convocar antes de aprobar los presupuestos gallegos, que ya están diseñados, presentados y vendidos, sería algo así como autoenmendarse. Las ventajas de ir pronto a las urnas, por contra, parecen tentadoras para el PPdeG: encuestas favorables, pillar al PSdeG todavía engrasando al candidato y a Sumar en la berza, y aprovechar todo el barullo que se está montando alrededor de la investidura de Sánchez.

El escenario opuesto sería agotar la legislatura hasta julio. A la hora de captar votos, Rueda tiene una cercanía a la gente que no tiene Feijóo, pero carece de su halo presidencial, algo que solo dan los trienios en Monte Pío. El Rueda actual ya es mucho más presidente que el de mayo de 2022, así que estirar la legislatura le daría todavía más empaque para las urnas.

Lo malo de esa opción es que también daría tiempo a parte de la oposición a rodarse, al hipotético Gobierno central a estabilizarse y, no es un asunto menor, llamaría a los gallegos a las urnas en plenas vacaciones de verano, algo que se le criticó mucho a Sánchez.

Por eso son muchas las voces que tiran por la vía del medio: el mes de marzo. Es fácil de justificar, porque antes de la anomalía del retraso por la pandemia en 2020, esa era la fecha, que reúne en cierto modo todas las ventajas, y todos los inconvenientes, de votar muy pronto o muy tarde.

¿Influye la fecha?


Lo que habría que preguntarse, en realidad, es hasta que punto la fecha electoral puede condicionar el resultado final.

Fraga adelantó en 2005 y perdió; mientras que Touriño no adelantó en 2008 y 2009 cuando todos se lo pedían, y también perdió. Por eso, tampoco tiene mucho sentido realizar profundas reflexiones ni sesudos análisis electorales sobre la fecha cuando el escenario político es tan volátil e impredecible.

EU quiere unirse a Sumar y a Podemos

Esquerda Unida (EU) reunió ayer a su máximo órgano de dirección para fijar una postura de la llamada izquierda rupturista de cara a las autonómicas gallegas. Y como era previsto, apuesta por una coalición con Podemos y Sumar. Así lo hizo saber la coordinadora nacional de EU, Eva Solla, que demanda una propuesta firme en la que "las fuerzas de la izquierda puedan llegar a acuerdos para formalizar una coalición", igual que lo hicieron en las pasadas generales y también antes en Galicia bajo el sello Age y En Marea. Eso sí, Solla deja claro que cualquier pacto a la izquierda del PSdeG debe incluir un "idóneo reconocimiento de las partes", que a efectos prácticos significa cuotas de poder para cada una de las siglas que integren la coalición o, mejor explicado todavía: puestos y cargos. Cada vez que asoman las urnas, es una práctica habitual la de empezar a moverse para no quedar fuera de la foto.

La vena política de los conselleiros

Siempre se dijo que Feijóo diseñaba equipos de gobierno de técnicos y, como Alfonso Rueda heredó el grueso de su equipo, también tiene una Xunta que se mueve mejor en el despacho que en la tribuna del Parlamento. Con la excepción de Diego Calvo y Román Rodríguez, e incluso Ángeles Vázquez, que están más fogueados en la administración local, puede ser así. Sin embargo, el fichaje de Alfonso Villares para Mar confirma que a Rueda le gustan los conselleiros que se manejen bien en la arena política. E incluso se ve evolución en algunos muy técnicos, como ocurrió con el de Medio Rural, José González. El miércoles, el de O Ribeiro le respondió en redes sociales a un vídeo de Besteiro en la feria de Monterroso, donde ambos coincidieron. "En lugar de andar con xogos de palabras, dígalle ao señor @sanchezcastejon que, entre amnistía e amnistía, se preocupe por Galicia", escribió el conselleiro. ¿Estilo Rueda?

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