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La salida desde Pontevedra

Pensará usted con razón que para qué hablar en Pontevedra de lo que encontrará un peregrino en Pontevedra, si aquí todos lo sabemos. Eso es verdad, pero excluir a Pontevedra de una sección dedicada a lo más reseñable del Camiño sería injusto. Pontevedra es reconocida oficiosamente, y debiera serlo de forma oficial, como la capital del Camiño portugués. Nos lo hemos ganado a pulso, entre otras cosas porque su promotor, Tino Lores, es el artífice de la promoción de nuestra ciudad como el gran destino antes de llegar a Compostela, sin que ello suponga demérito alguno a las sedes de los otros tramos.

Por lo general, los peregrinos llegan antes de comer, se duchan, dejan sus mochilas y sus ropas de tabajo y ejercen de turistas que recorren nuestra ciudad, comen en ella, hacen algunas compras y nos dejan su dinero. Eso lo hacen en todas partes, de ahí la grandeza del Camiño, que va regando toda Galiza de dinero, pero lo mejor que encontrará el peregrino es el recorrido que hará a la mañana siguiente, cuando emprenda la ruta de camiño al siguiente destino, que es Caldas de Reis.

Las joyas del Camino

Saliendo del albergue tiene dos opciones: recorrer Eduardo Pondal, que no está mal o ir por el paseo de Os Gafos, mucho más recomendable. Se tarda lo mismo y uno va caminando junto al río por un parque arbolado y ajardinado. Hay pajaritos y peces en el río. Es un espacio natural como pocos en una zona urbana. Subierndo por O Gorgullón, en tres minutos llega a la rúa Virxe do Camiño. Antes había una capilla pero la tiramos para construir una iglesia moderna que no está en esa calle aunque mantenga el nombre y la advocación.

Sigue por ahí, llega a la Fonte dos Nenos y de ahí se planta ante el santuario de la Virxe Peregrina. Igual por eso tiramos la otra capilla y construimos la nueva en otro lado. No creo que haya otra ciudad en el mundo que tenga dos vírgenes dedicadas al Camiño y al peregrinaje. Estaban demasiado cerca una de la otra e igual no se llevaban bien. No las vírgenes, quiero decir, que aunque se presente bajo muchas y diversas formas es sólo una y siempre la misma, la madre de Jesús, que hay gente que piensa que cada virgen es una diferente. Pues no: eso son las santas, no las vírgenes.

Igual eran los respectivos párrocos los que no se llevaban bien, aunque eso tampoco es posible porque la iglesia de A Peregrina no ejerce de parroquia y por tanto carece de párroco. En todo caso, la competencia por las limosnas y las dádivas siempre se recrudece entre templos cercanos. La batalla la ganó A Peregrina, que fue nombrada patrona de la provincia y del Camiño portugués. O sea que tenemos credenciales más que de sobra para ser la capital de la provincia y del Camiño.

Sigue el recorrido atravesando la zona monumental hasta llegar al Lérez que se cruza por el puente de O Burgo. A lo largo de todo ese camino sólo hay dos cruces en los que el peregrino verá algún coche: el de Eduardo Pondal con Uxío Novoneyra y el de Sagasta con A Peregrina. Todo el trayecto es peatonal, incluyendo el puente de A Barca, nuestro puente más antiguo, medieval, construido sobre las ruinas del antiguo puente romano y recientemente reformado para adaptarlo al fin del tránsito de vehículos.

Cuentan peregrinos y peregrinos que la salida de Pontevedra es mucho más espectacular que la entrada y tienen razón. Al albergue se llega por una carretera con poco espacio para el caminante y con unas vistas y un entorno que no son precisamente generosos. A ver, que la entrada a la ciudad no es en absoluto de una belleza admirable; sin embargo, no creo que haya otra ciudad en ninguna de las rutas xacobeas que ofrezca una salida tan espectacular, desde el albergue hasta que se abandona el casco urbano.

Esa salida es además como una visita guiada a buena parte de lo mejor que tenemos. Un parque con paseo junto a un río, nuestra iglesia más famosa (aunque yo prefiero Santa María), la Praza da Ferrería con Santo Domingo al fondo, los soportales nuestros tan característicos, que si se fija en ellos verá que en ese tramo casi no hay dos columnas iguales ni en el mismo edificio y de ahí a la Pzara do Teucro, nuestro falso fundador mitológico, que hasta eso tenemos, y el cruce de nuestro otro río por nuestro puente medieval. No hay manera de subir esta apuesta, lo siento.

Exactamente ese mismo trayecto es el que vienen recorriendo los peregrinos desde hace siglos, de ahí buena parte de su encanto. A quienes peregrinan desde Pontevedra yo les sugiero que empiecen ahí, en el paseo de O Gafos y mantengan la tradición como las buenas personas que sin duda son. Aunque sean pontevedreses y vivan junto al puente. Vayan un poco hacia atrás y háganlo como debe hacerse la mejor salida del Camiño.

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