Blog | OJO DE BUEY

La competencia del 'cash'

Aunque el 65% de la población sigue usando a diario efectivo, plataformas de pago, Bizum y tarjetas virtuales son duros competidores
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aunque las monedas y los billetes escasean en cada vez más carteras, no solo por el efecto corrosivo de la inflación, sino también por el avance de los medios de pago electrónicos y la reducción de la red de oficinas bancarias, las estadísticas indican que el efectivo resiste. En 2023, el 65% de los españoles utilizó dinero en metálico a diario y para seis de cada diez fue el medio de pago principal o más habitual al pasar por caja en un comercio.

Son datos del Banco de España, según los cuales el 88% de la población dispone de una tarjeta para sacar dinero o realizar otras gestiones en una red integrada por 43.620 cajeros automáticos o para abonar gastos en los 2,5 millones de terminales de puntos de venta operativos en hostelería, tiendas y todo tipo de empresas. Pese a lo extendido que está este artilugio — cuya invención se remonta a 1949, después de que el financiero Frank McNamara se sintiese avergonzado tras invitar a unos compañeros a comer en Nueva York y descubrir que no llevaba consigo la cartera—, llama la atención que la utilización de la tarjeta de crédito o débito cae al 77,5% entre los mayores de 65 años.

En un país en el que pese al acelerón que supuso el covid la digitalización todavía tiene mucho recorrido, con frenos como la ciberdelincuencia —que aumenta las reticencias hacia el uso de dispositivos electrónicos para manejar nuestro dinero— o el nivel de estudios, todavía es poco habitual emplear aplicaciones como Google Pay, Samsung Pay, Apple Pay o las herramientas desarrolladas por las entidades financieras para abonar compras a través del móvil o el ‘smartwatch’. Solo una cuarta parte (25,4%) de los ciudadanos se apaña con ellas, si bien es cierto que tienen más tirón entre los jóvenes —las usan el 55% de los menores de 25 años—, mientras que nuestros mayores son bastante más reacios ante estos avances tecnológicos (5,4%). Una prueba es que un 15,2% de quienes superan los 65 solo utiliza dinero contante y sonante.

Apoyado en la expansión de los móviles inteligentes, entre los casos claros de éxito está Bizum, la plataforma de pagos inmediatos a través del móvil desarrollada por la banca española. Creada en 2016 para facilitar las transferencias entre particulares simplemente compartiendo el número de teléfono, cerró 2023 con 25,6 millones de usuarios. Son tres millones de adeptos más en un año y con un volumen anual de operaciones de 51.000 millones de euros movidos en transferencias para, por ejemplo, pagar cenas, regalos y otros gastos a escote entre amigos, abonar compras en comercios, hacer donativos a causas sociales o pagar o cobrar apuestas de Loterías del Estado. El 1 de diciembre se marcó un récord: 48 bizums por segundo.

Con el ‘smartphone’ como herramienta básica, la innovación no se detiene en el sector financiero, que ofrece opciones como la retirada de efectivo incluso cuando no llevamos la tarjeta encima o cuando se estropea y nos deja colgados. En algunas entidades, basta con ordenar la transferencia desde nuestra cuenta a un móvil, que puede ser el nuestro o el de un familiar o conocido que necesite ‘cash’, para que el banco envíe a ese número un código que el destinatario final podrá introducir en un cajero automático para sacar dinero. Otra opción es utilizar la tarjeta virtual en nuestro móvil con tecnología NFC, un chip con el que cuenta la mayoría de ‘smartphones’ que nos permite operar al acercar el terminal al sistema ‘contactless’ del cajero. Para los que van a la última, todo esto es posible con algunos relojes inteligentes.

¿Qué será lo próximo? A la espera de lo que nos depare el sector bancario, Amazon, que forma parte de la llamada ‘banca en la sombra’, testa el pago con escáner de la palma de la mano en su red de supermercados en Estados Unidos, los Whole Foods.

Está claro que nada es imposible con tal de llegar a nuestra cartera.