La carga fiscal es un peaje necesario en un estado del bienestar para financiar servicios públicos como la sanidad, la educación, el sistema de pensiones, la seguridad, las carreteras o la recogida de basuras, pero conviene tomar conciencia del esfuerzo que conlleva. Con el fin de medir mejor el impacto que supone la factura fiscal total tomando en consideración el tipo de hogar y el nivel de renta, el Consejo General de Economistas de España (CGE) y el Instituto de Economía de Barcelona (IEB) han analizado lo que se abona en concepto de IRPF, Iva, cotizaciones, impuestos especiales que gravan el alcohol, la luz y los carburantes, por el gravamen sobre las primas de seguros y el elenco de figuras municipales integrado por el Ibi, la tasa de basuras y el impuesto de circulación.
Y una de las conclusiones es que una pareja de clase media con dos hijos —un perfil cuya renta mediana se situaría en 43.677 euros, o lo que es lo mismo 3.639,75 brutos mensuales tomando como base los datos de la encuesta de condiciones de vida del Ine— soportaría una fiscalidad de 1.153,42 euros al mes, esto es, unos 13.841 al año. De esta factura, la mayor parte, 6.285,56 euros, se los llevaría el IRPF, por el que este hogar tipo tributaría a un tipo medio del 14,39% incluyendo el gravamen general y el del ahorro.
El otro 55% del desembolso se correspondería con el resto de tributos. En base a este ejemplo de una situación que definió como "!sangrante", el presidente del CGE, Valentí Pich, llamó a la reflexión en la presentación del informe. Y es que la renta disponible de esta familia de cuatro miembros se quedaría en 2.486,33 euros con los que hacer frente a la alimentación, el transporte, la ropa, la vivienda y los recibos de suministros varios. "Creen que esa renta dará para atender tantas necesidades", cuestionó el economista barcelonés, que invitó a las administraciones a reflexionar sobre "la importancia de gestionar de forma eficiente los recursos públicos" por la "enorme incidencia que las cargas fiscales pueden suponer para muchas familias".
El completo estudio refleja que, proporcionalmente, las personas que viven solas o las parejas sin descendencia soportan una carga mayor. Así, un soltero de clase media con una renta mediana de 1.733,25 euros al mes afronta unos 582,19 en impuestos, lo que se traduce en una tasa total del 33,59%. Esta carga se eleva al 35,35% en el caso de la unión de dos adultos que dispongan de unos 2.599,83 euros al mes. Para una pareja de clase media con un vástago, el esfuerzo tributario equivaldrá al 31,71% de sus ganancias, que el CGE sitúa en 3.199,83 euros.
El presidente del CGE, Valentí Pich, llama las administraciones a gestionar con "eficiencia" los ingresos públicos dada la "enorme incidencia" que la carga fiscal supone "para muchas familias"
Ante el "amplio abanico" de tributos que se devengan, el presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (Reaf-CGE), Agustín Fernández, constató que "el pago de impuestos se ha convertido en un acto inherente y cotidiano" que los ciudadanos asumen "sin prestar la debida atención". Al sondear la carga tributaria tomando en cuenta tanto el nivel de renta como el tipo de hogar, el documento refleja que la imposición es progresiva por el papel que juega el IRPF, el impuesto predominante para todos los hogares y que tiene en cuenta la situación personal y familiar.
Brecha territorial
El estudio también pone el foco en las diferencias derivadas de la capacidad que las comunidades tienen a la hora de fijar la cuota autonómica del impuesto de la renta. En Cataluña y Baleares, esta porción representa casi el 52% de la tarifa total del IRPF, mientras en Madrid y Canarias la tarifa autonómica supone el 47%. Así las cosas, un soltero sin hijos con 20.799 euros anuales en ingresos abonaría en Cataluña 3.435 euros en IRPF, 286 más que en la capital del Estado.
