Repsol prevé dotarse de una planta de combustibles renovables en su complejo coruñés en el marco de su plan estratégico para 2024-2027, que incluye reducir las emisiones un 33% en los próximos cuatro años para avanzar en la descarbonización con el horizonte de 2050. Su objetivo es "reforzar la competitividad" de las instalaciones y situarlas "entre las más avanzadas del mundo".
La multienergética estudia reconvertir antes de 2030 una unidad del recinto para fabricar estos carburantes y otros productos descarbonizados, siguiendo el modelo de la planta de Puertollano, en Ciudad Real, que producirá en 2025.
El consejero delegado, Josu Jon Imaz, repasó este jueves los desafíos en la presentación de los resultados de 2023, un ejercicio en el que Repsol ganó 3.168 millones de euros, un 25,5% menos al abaratarse el crudo y el gas, que la guerra de Ucrania disparó en 2022. En la hoja de ruta hasta 2027 figura desplegar una inversión de entre 16.000 y 19.000 millones a nivel global. El compromiso es que seis de cada 10 euros reviertan en la Península.
Imaz advirtió al Gobierno que las inversiones en España "se pueden hacer o no hacer". Todo depende de que exista un marco fiscal "adecuado". Partidario del "diálogo", afirmó percibir un "cambio" ante la disposición del Ejecutivo a fomentar la inversión en renovables, modificando el impuesto especial creado inicialmente para gravar los ingresos extraordinarios propiciados por la escalada de los combustibles por la guerra en 2022 y 2023.
En Galicia, la compañía inició en diciembre la recogida de aceite de cocina usado en gasolineras en un proyecto para producir combustible 100% renovable. Poco antes, comenzó a suministrar en su estación de servicio de Coirós diésel 100% ‘verde’ generado a partir de estos óleos usados y de residuos agroforestales. Desde octubre de 2021, la refinería coruñesa procesa aceites domésticos usados para producir gasóleo renovable.
¿De qué se trata?
Los combustibles renovables se producen a partir de residuos orgánicos como aceites de cocina, restos agrícolas o la fracción orgánica de los desechos urbanos. También se obtienen capturando CO2 de la atmósfera y combinándolo con hidrógeno renovable. Los primeros son los biocombustibles avanzados —que el grupo producirá de forma pionera en España en Cartagena desde este mes— y los segundos, combustibles sintéticos o e-fuels. Repsol defiende que la huella de carbono de estos productos "es cero o muy cercana a cero" y que son una solución "rápida, inclusiva y eficiente" para descarbonizar el transporte de inmediato.
Carburante con hidrógeno ‘verde’ producido en Meirama en 2026
El hidrógeno renovable y el biometano son otros de los pilares del plan de descarbonización que R epsol tiene para sus seis complejos industriales ibéricos. En la hoja de ruta está instalar electrolizadores en todas estas plantas. En Meirama, el grupo se ha aliado con Reganosa y Naturgy para producir H2 verde en 2026. La planta, que se ubicará en los terrenos de la antigua central térmica de Cerceda, tendrá una potencia inicial de 30 megavatios. Parte de hidrógeno renovable se usará en las instalaciones de la refinería para producir combustible renovables.
Biogás con purines
Para convertirse en productor relevante de biometano, de la mano de Reganosa y Naturgy, Repsol impulsa en Meirama una planta de generación de este gas renovable. La materia prima será el excedente de purín bovino, lo que exigirá desplegar, para empezar, cinco plantas de pretratamiento en territorio lucense y coruñés.
630: son los empleos que sostiene el complejo coruñés de Repsol. La actividad del centro representa más del 60% del tráfico total del puerto.
10.000 millones de euros: Es la gratificación que Repsol prevé para sus 520.000 accionistas en los próximos cuatro años entre el programa de recompra de acciones y el reparto de beneficios por 4.600 millones. Este año, el dividendo sube un 30%, hasta los 0,9 euros por título.
