El salto tecnológico dado por Tejas Verea sitúa la planta que el grupo acaba de inaugurar en Mesía como pionera en España. Sus nuevas tejas lucen el sello Galicia Calidade, que refleja la exigencia de un proceso productivo en el que interviene un sistema de control de calidad basado en la visión y el sonido artificial para detectar fisuras que escapan al ojo humano. Representante de la cuarta generación de una familia de tradición ceramista, Luis Verea (Boimorto, 1957) lleva las riendas de una compañía con canteras propias en Mesía y capacidad para producir 50 millones de tejas al año que lucen en las cubiertas de la Península y de más de 30 países, entre los cuales figuran Estados Unidos, República Dominicana, Panamá, El Salvador, Guatemala y Jamaica.
¿Qué innovación tienen estas tejas como para que puedan ofrecer una garantía de 100 años?
Las cocemos a 1.170 grados, lo que implica que la absorción de agua no llegue ni al 2%. La temperatura de cocción les da una durabilidad para siempre.
La inversión fue cuantiosa. Ascendió a 3 millones de euros...
Sí. Lo que hicimos fue arrasar la línea más antigua, que estaba parada desde hace 20 años. El resultado es una pequeña planta, pero íntegramente nueva, para producir este nuevo formato de tejas planas, que se venden mucho en América, y todas las piezas especiales de las cubiertas. Antes, esto último lo teníamos externalizado en una fábrica portuguesa.
Entonces, ¿esas piezas se realizan ya íntegramente en Mesía?
Sí. Fue el motivo principal para crear esta planta. El hecho de que nos las produjese otra fábrica implicaba que pudiéramos tener problemas de suministro.
Solo el gas determina el 50% del coste de una teja. Si sumamos la electricidad y la mano de obra, alcanzamos el 80%
¿A qué tipo de mercados y construcciones están enfocadas estas tejas?
En Estados Unidos se colocan en casas unifamiliares de mucho valor económico, sobre todo en la zona de Florida. Son muy demandadas en América, donde ya vendíamos tejas curvas y un formato mixto y extrusionado que hacemos especialmente para allí, la teja S. Para completar nuestro portfolio, nos faltaba la plana. Aprovechando esta nueva planta y como la producción de las piezas especiales de todo el año nos ocupa unos dos meses y medio, decidimos aprovechar la fábrica el resto de tiempo para hacer este formato de teja.
¿Todo esto ha revertido en nuevos puestos de trabajo?
Sí. Hemos incorporado a 20 personas y ya somos 70 en total.
Para tratar de reducir la factura energética, Verea ha invertido en instalar una planta fotovoltaica con 1.800 paneles. ¿La electricidad y el gas son grandes lastres?
Somos consumidores electrointensivos. El tema es reducir nuestra factura de electricidad con la fotovoltaica. La planta está pensada para que todo lo que consuma nuestra nueva línea de producción se cubra con los paneles.
¿Seguirán instalando más equipos solares para recortar más los costes?
Sí. Apostaremos por paneles e incluso nos estamos planteando instalar un aerogenerador para autoconsumo. El problema de la fotovoltaica es que de noche no produce y es cuando trabajamos.
El mercado nacional está un poco parado y la tendencia es que empeore algo. En exportación estamos creciendo
¿Contemplan el hidrógeno verde como sustituto del gas natural?
Sí. Es una alternativa, aunque está un poco verde. Creo que de aquí a 2028 posiblemente sea una alternativa viable quemar hidrógeno verde en lugar de gas.
¿Qué parte de los costes de producción copa la energía?
Lo tenemos medidísimo. Solo el gas supone el 50% del coste de una teja. Sumando la electricidad y la mano de obra alcanzamos el 80%.
¿Cómo marcha el negocio en España? ¿Se están aprovechando los fondos UE para mejorar cubiertas?
El mercado nacional está un poco parado. La situación no es mejor que en 2022 y creo que la tendencia es que vaya empeorando algo. En exportación sí vamos a más cada año. Estamos en un mercado muy importante, Estados Unidos, y ahí estamos creciendo.
¿Qué parte de los ingresos proviene de las exportaciones?
Su peso llega al 50% de la facturación, aunque en volumen de materiales el mercado exterior ronda el 35%. Como fuera se vende más caro, a nivel de ingresos ya es una parte muy importante del negocio. Llevamos en Estados Unidos desde el año 2008 y ya somos muy conocidos en todos los estados del sur.
Tras el lanzamiento de la gama Eternal, ¿tienen algún plan en vista aprovechando los fondos europeos?
No. No tenemos proyectos en el corto plazo, sino mirando a medio plazo, como la reforma de la línea dos. Hay que ir poco a poco.
¿Cuesta crecer sin dejar de ser una empresa familiar y afrontar inversiones tan relevantes como esta última sin recurrir a inversores externos?
Sí. Hay que tirar de préstamos bancarios y pagar. Es lo que hay. Y, en cuanto a las subvenciones, cuando hacemos una inversión la planteamos para que sea viable sin ayudas. Es nuestra filosofía.
