"Hay dolores de rodilla, de cadera y de otras partes del cuerpo que se tratan desde el pie"

Eugeni Llorca está en Santiago para participar en las V Jornadas Gallegas de Podología que organiza el Colegio Oficial de Podólogos de Galicia. Este profesional es especialista en biomecánica, una disciplina que bastante joven pero que puede solucionarnos muchas lesiones que restan calidad de vida y que, aunque no lo sabemos, tiene su origen o cura en el pie.
Eugeni Llorca (Denia, 1992). EP
photo_camera Eugeni Llorca (Denia, 1992). EP

En líneas generales, ¿cómo es la salud de nuestros pies?
Bastante buena. Está arraigado que el podólogo es quien cuida nuestros pies, pero más a nivel de uñas, de piel... La biomecánica es una especialidad relativamente joven y estamos en proceso de concienciación de la sociedad. Porque hay que saber que un dolor en la rodilla, la cadera o incluso otras zonas puede tratarse desde el pie.

La pandemia nos tiró al monte en el sentido de que nos hicimos más senderistas. ¿Requieren nuestros pies algún cuidado especial para esta actividad?
El senderismo es como cualquier otra actividad de impacto, como caminar, pero cambia la superficie y el grupo de músculos activados. Lo más relevante es tener en cuenta el volumen de actividad que podemos soportar, porque tiene que ser muy medida, y el calzado. Y si a pesar de esto aparecen molestias, entonces sí es importante acudir al podólogo.

Cada vez se escucha hablar más de pisadas pronadoras y supinadoras, sobre todo en el ámbito deportivo. ¿Es bueno saber cómo pisamos?
Es realmente relevante. Que seamos más pronadores o más supinadores no es un problema. Es igual que tener la piel clara, algo que no implica desarrollar un problema futuro. Si esa persona trabaja en un despacho no tiene que tomar tantas precauciones, pero si está en la obra y se pasa diez horas al sol, tiene que protegerse. Pues con la pronación y la supinación del pie es lo mismo. Un deportista que corre a menudo, o un camarero o un cajero que pasan horas de pie... cualquiera que aumente el volumen de trabajo del pie, en el plano deportivo laboral, puede aumentar el riesgo de lesión dependiendo de su mecánica. Por eso es recomendable tomar medidas.

Hoy no hay más pie plano que antes, pero sí más problemas con él porque ahora hacemos gimnasio, crossfit, running"

¿Y cuál es la pisada más común?
La mayor parte de la gente tiene una pisada en un grado variable de pronación [con el interior del pie]. Después estarían los más neutros y, por último, una minoría de supinadores [parte exterior del pie] del 10%.

El running lleva años de moda. Esa actividad sí exige más cuidado con la protección del pie, ¿no?
Sí. Por un lado, el peso que cargamos en cada zancada al correr es dos o tres veces nuestro peso. Y además, el gesto que hacemos al correr acorta la distancia entre pies con respecto a cuando caminamos: es decir, apoyamos el pie más cerca de la línea media del cuerpo, más cerca de la nariz que de los hombros, para entendernos. Así que si somos pronadores y nunca tuvimos problemas al caminar, al empezar con el running las posibilidades de molestias en esas estructuras son altas.

¿Pueden darse lesiones graves o incluso incapacitantes?
Muy incapacitantes. En un joven es difícil que desarrollemos una lesión tan importante, pero cuando entramos en la quinta o sexta década esas molestias de juventud pueden ser muy inhabilitantes y acabar en el quirófano, como menisco, artrosis...

Usted habló en la conferencia de los pies planos. Oír esa expresión es muchas veces pensar en librar de la mili, pero... ¿qué implica en realidad ese problema?
Insisto en que tener un pie plano o pronador que se vuelca hacia dentro no tiene que acarrear ningún problema. Pero implica que las estructuras que se encargan del equilibrio para que ese pie no se siga aplanando y el talón no siga volcándose están sometidas amucho más estrés que otras que no parten de esa posición. Así que si la sometemos a mucha cantidad de ciclos con el deporte...

¿Hay datos sobre la evolución de los pies planos? ¿Es un problema que aumenta, disminuye o se mantiene?
No hay un aumento de la incidencia. Pero la actividad de hoy, con gimnasio, crossfit, senderismo o carreras sí es diferente a la de hace 50 o 60 años; lo que cambió es el tipo de actividad que hacemos. Así que el pie plano lo hubo siempre, pero debido al uso que le damos hoy genera más problemas.

Usted también es especialista en pediatría infantil. ¿Cuáles son los principales problemas pediátricos infantiles que se encuentra?
El pie plano en edad pediátrica. Es normal nacer con el pie plano y volcado hacia adentro, pero hay ciertos ‘apellidos’ que acompañan a ese pie plano que pueden hacer que no desaparezca con el paso del tiempo y desarrollemos el problema antes comentado. La labor del podólogo es encontrar esos factores y tratarlos de forma precoz. En niños es más sencillo diagnosticar y con gestos relativamente fáciles se pueden evitar problemas mayores. Pero como digo, a la concienciación social a nivel de podología pediátrica le falta camino.

¿Hay diferencias o mayor incidencia de unos problemas u otros según territorios en España?
Dentro de España tal vez no haya diferencias. Hay artículos que sugieren que en otros países como India o algunos de África la incidencia de ese arco aplanado sea menor que aquí, quizás por caminar más descalzos.

Caminar descalzo puede ser beneficioso en pequeñas dosis, y los tacones también se pueden usar un tiempo concreto"

Ya que lo cita, ¿es bueno caminar descalzo?
La respuesta más cierta es la más descafeinada. Hay gente que puede caminar descalza y gente que no aguanta. Para la mayoría, caminar descalzo en pequeñas dosis será beneficioso; pero nunca se puede sobrepasar la línea de riesgo, ya que sobretrabajar el pie puede llevarnos a una lesión.

Y ahora que llega el verano, ¿caminar descalzos en la arena?
Es la misma pauta: puede ser muy beneficioso siempre que no nos pasemos.

¿Y qué opina de los tacones?
Utilizaremos la misma premisa: el tacón cambia la biomecánica de nuestro pie y el reparto de cargas del mismo, así que en periodos de tiempo concretos y limitados podemos usarlos y son muy bonitos. Pero si los utilizamos a diario las posibilidades de llevarnos una lesión a casa son altas.

¿Cuándo recomendaría usted acudir a un podólogo por cuestiones biomecánicas?
A nivel pediátrico, al cumplir 3 o 4 años, igual que vamos al dentista o al oculista. Y una vez de adultos, recomendaría dos escenarios: cuando tenemos sintomatología, es decir, un dolor recurrente que repite con el tiempo y no se soluciona; o antes de empezar a practicar una actividad física de impacto. El podólogo puede recomendarnos ejercicios para evitar lesiones o diseñar tratamientos personalizados.

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