A bordo del Sasemar 102: así se buscan sacos de pellets desde el aire

Desde el 13 de diciembre, aviones y helicópteros de Salvamento han operado 25 vuelos para peinar el litoral gallego sin detectar nada. Sobrevolamos durante una hora las rías de Arousa, Vigo y Muros y Noia con la tripulación del Sasemar 102 en una misión sin frutos
photo_camera VÍDEO: VERÓNICA NÚÑEZ.

Sin resultado. Así se han saldado las veinticinco misiones aéreas que Salvamento Marítimo desplegó desde el 13 de diciembre hasta la jornada de este jueves para tratar de detectar en el mar acumulaciones o sacos de pellets procedentes de uno de los seis contenedores que transportaba la naviera Maersk a bordo del Toconao que cayeron al mar cuando el mercante navegaba a 40 millas náuticas de Viana do Castelo el día 8 del mes pasado.

Con Francisco Eytor Garrido, Chete, a los mandos, este jueves el avión Rosalía de Castro (Sasemar 102) de Salvamento sobrevoló las rías de Arousa, Vigo y Muros y Noia tras el rastro de los microplásticos. Bregado en la lucha contra el tráfico de drogas y el contrabando de tabaco en sus años patrullando en Arousa con un helicóptero para Vigilancia Aduanera y destinado desde 2007 en la base aérea de Salvamento en Compostela, Chete y otros cuatro tripulantes —todos personal de Avincis— surcan el cielo con los cinco sentidos alerta para ayudar a salvar vidas y detectar desde plásticos contaminantes hasta sentinazos.

El Sasemar 102 en Lavacolla.AGN
El Sasemar 102 en Lavacolla.AGN

Ahora, su objetivo tiene cinco milímetros y, hasta el momento, se muestra esquivo pese a que la Xunta insiste en que es en alta mar —competencia del Estado, al que el Gobierno gallego ha pedido medios— donde hay que hacer esfuerzos para recuperar los sacos. Ajena a unos rifirrafes políticos que se han acentuado por la proximidad de las elecciones autonómicas, la propia Organización Internacional Marítima (OMI) lo ve poco efectivo atendiendo a otros episodios similares y considera preferible centrar los esfuerzos en la línea de costa.

"En todo el tiempo que llevamos buscando, no se ha encontrado nada en el mar", explicó este jueves Néstor Perales, el jefe del servicio aéreo de Salvamento Marítimo. Este jueves se desplazó a Santiago para acompañar a la tripulación del Sasemar 102 y a un grupo de periodistas que tuvieron ocasión de presenciar en primera persona el desarrollo del operativo.

¿Por qué la granza no aparece? "Los pellets se mueven de una forma muy disgregada. Las bolitas van muy separadas unas de otras, y van a estar viajando por las líneas de corriente hasta llegar a los puntos de remanso, que normalmente están en la línea de la costa, donde podríamos tener posibilidades de encontrarlos agrupados", indica el ingeniero aeronáutico. Con todo, no tira la toalla, pues admite que es "posible" encontrar sacos e "islas flotantes" de bolitas en la superficie del agua. Falta que aparezcan.

Salvamento señala que un buque de apoyo a bateas recuperó un saco en el agua y un helicóptero de la Xunta localizó dos "en tierra"

TRES TONELADAS. Este jueves, el contador de la Xunta reflejaba 3.130 kilos recogidos de este material compuesto por tereftalato de polietileno —también conocido como PET—, lo que equivale a 125 sacos. A mayores, ya van 7.700 kilos de otros residuos plásticos que en muchos casos acaban en el mar arrastrados desde los cauces de los ríos. La tarea que queda por delante no es menor, pues el miércoles la Autoridad Marítima Nacional de Portugal había recogido menos de un kilo y, según informó el gigante danés del transporte marítimo tras perder parte de su carga en aguas lusas, el contenedor contenía 1.050 sacos de 25 kilos cada uno, de lo que resultan 26,25 toneladas vertidas al mar.

Vista de la ensenada de Corrubedo, en Ribeira.AGN
Vista de la ensenada de Corrubedo, en Ribeira.AGN

Pese a la falta de resultados, Salvamento Marítimo, que depende del Ministerio de Transportes, incide en que seguirá peinando las aguas. "Es nuestra responsabilidad", declararon fuentes oficiales a AGN, que detallan que desde que el 13 de diciembre se produjeron los primeros avisos de particulares por la aparición de pellets en Corrubedo, en el concello coruñés de Ribeira, el ente público ha operado 25 vuelos de búsqueda entre aviones y helicópteros y ha analizado "más de 50 imágenes satelitarias con resultado negativo". "La recuperación en el mar, en los incidentes con pellets sucedidos hasta ahora en el mundo, no ha sido exitosa. En este caso, se ha producido una recuperación accidental por parte de un buque de apoyo a bateas y dos sacos en tierra localizados por un helicóptero de la Xunta que inspeccionaba la línea costera frente a 90-100 sacos recobrados en tierra", constatan desde Salvamento.

El jefe del servicio aéreo de Salvamento sostiene que los microplásticos viajan hasta "los puntos de remanso" que suelen coincidir con la línea de costa

FECHAS. En cuanto a la guerra de fechas que la Xunta mantiene con La Moncloa después de que el presidente, Alfonso Rueda, afirmase que no fue hasta el 3 de enero cuando el Estado notificó oficialmente los hechos a San Caetano a través del reenvío por parte de Sasemar del correo informativo de Maersk al subdirector de Gardacostas de Galicia, el equipo de Salvamento insiste en que, por su parte, lleva trabajando 37 días. El día 13 de diciembre "arrancó todo el dispositivo" desplegado por aire y por mar con embarcaciones como la Salvamar Mirach, que este jueves coincidió con el avión Rosalía de Castro peinando las aguas del Parque Nacional de las Illas Atlánticas.

Cada hora de vuelo: 1.600 euros

La tripulación el Rosalía de Castro funciona como un mecanismo engrasado a la perfección. La conforman el piloto Chete Eytor Garrido; el copiloto Juan Iglesias; el técnico de apoyo al vuelo José María Jiménez, que se encarga de la seguridad y de tomar fotografías de calidad cuando, por ejemplo, logran cazar a un buque realizando un sentinazo, y los operadores de medios tecnológicos José Ramón Sampedro y Pau Ontiveros, que manejan los sensores, radares y cámaras montadas en la aeronave. Todos son personal de Avincis, que presta servicios a Salvamento.

Parque Nacional das Illas Atlánticas.AGN
Parque Nacional das Illas Atlánticas.AGN

Antes de cualquier misión, el ritual es claro. Arranca en la base de Salvamento en Lavacolla con un ‘briefing’ en el que estos profesionales revisan con los mecánicos desde el estado del Airbus hasta las condiciones meteorológicas previstas en la zona a inspeccionar, sin descuidar cerciorarse de que el cálculo del centro de gravedad y el reparto de la carga en la aeronave —cargada este jueves con 2.900 kilos de carburante— sea el correcto. "El centro de gravedad debe ir en unos límites. Si cae fuera, el avión se convierte en algo incontrolable. Normalmente, el centro de gravedad y masas cae en el punto donde menos se mueve una aeronave, en el ala. Si uno se sienta en esta zona notará menos las turbulencias", revelan los técnicos.

DRONES. Como es lógico, nada se deja a la improvisación, pues también se cotejan con Enaire las notificaciones a los pilotos para comprobar si hay drones operando en la zona de vuelo prevista e incluso si la aeronave puede verse sorprendida por parapentes o alas delta, una situación con la que suelen encontrarse "en el área de Ferrol". En el espacio aéreo de la ciudad departamental también existe una zona militar de tiro en la que conviene no incursionar.

¿Por cuánto sale un operativo como este? "Los precios son públicos. Una hora de avión cuesta 1.600 euros. Tenemos un contrato de operación y mantenimiento a través de un concurso público", explica Néstor Perales, el jefe del servicio aéreo de Salvamento Marítimo. Después de sobrevolar el miércoles durante cuatro horas el litoral cantábrico, desde Foz hasta la frontera con Francia durante cuatro horas, Chete destaca la importancia de analizar en detalle las condiciones del viento y el oleaje, que si es intenso puede "camuflar" los sacos de pellets con la espuma. "Ir para nada es tontería. Si vamos, lo hacemos en zonas donde el vuelo sea efectivo. Si no, no salimos. No vamos a gastar horas de vuelo y dinero del contribuyente para nada", remacha el piloto.

"En general, las aguas están muy limpias en Galicia"

Al frente de los medios aéreos de Salvamento, Néstor Perales dice que la vigilancia ha resultado desde que el Prestige tiñó de negro la costa en el 2002. En contra de lo que podría pensarse señala que "aunque hay quien hace fechorías, las aguas gallegas están muy limpias".

José Ramón Sampedro y Pau Ontiveros, los operadores de medios tecnológicos del Sasemar 102.AGN
José Ramón Sampedro y Pau Ontiveros, los operadores de medios tecnológicos del Sasemar 102.AGN

Cada año, el ente público detecta una veintena de sentinazos de buques que toman las aguas españolas por su particular vertedero. La clave, dice, es la supervisión con aviones y por satélite. "Europa está muy vigilada y los barcos lo saben", explica el ingeniero, que rememora que cuando técnicos alemanes se desplazaron a Galicia para montar el equipo láser que llevan las aeronaves para detectar contaminantes "tuvieron problemas para calibrarlo porque decían que el agua era muy pura".

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