Opinión

Carteras a tutiplén

ENTRE pitos, flautas y vaticinios varios, Sánchez no solo sigue apostando por independentistas y desleales al Estado de derecho para alcanzar la Moncloa, lo único que le importa, sino que también se envalentona, por si el invento no fracasa, al aumentar a tutiplén, dicen que hasta veinte (o más) el número de ministerios, asumiendo la extorsión de los oportunistas que blindan su egolatría a cambio de su bondad. Además de café para todos, tómate una cartera, a cuenta del pardillo Juan Español, con la talega que, según la inefable Carmen Calvo, no es de nadie. Lo creen. Como si no existiesen palmarias privaciones de supervivencia, penurias que afectan a miles de ciudadanos, de los que no se acuerdan para nada, solo para sisarles e insultarles. Ello confirma que con alcanzar la investidura, aparte de ver satisfecha su petulancia, Sánchez cree que el objetivo de gobernabilidad está cerrado, cuando, como muy bien apuntó Iñaki Gabilondo, no es más que el punto de partida hacia un incierto y conflictivo futuro. Como en muchos otros anhelos de la vida, es más fácil llegar que mantenerse. Sánchez lo sabe, pero su irresponsabilidad manifiesta le impide ver un cantado fracaso, válido para jubilarse. De eso se trata.

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