Opinión

I'm glad I spent it with you

Me obsesiona cómo en ‘Perfect Day’ Lou Reed convierte un destello de felicidad pura en una de las canciones más tristes del mundo. La plenitud emocional que describe es tan absoluta que hiere por insólita, porque no podrá igualarse jamás. Es un contraste bestial, que atraviesa debido a la fuerza de su intuición fatalista. Hace años que Messi me produce la misma sensación. La persistencia de su genialidad en un deporte condicionado por el vigor y la decadencia física es la prueba de que puede sentirse melancolía por cosas que aún disfrutamos. Hay un sabor a despedida aplazada pero inexorable. Dicen que 2021 es su último baile. Anochecerá y tendremos que irnos a casa, a reencontrarnos con nuestro problemas.