Trabajar para que las personas que consumen sustancias psicoactivas a diario reduzcan su uso ayudaría a bajar las tasas de suicidio en Galicia, ya que el riesgo en las personas con problemas con el alcohol es 10 veces mayor que el de la población general y en el caso de otras drogas, se llega a multiplicar por 14.
Es la conclusión de un estudio elaborado por expertos gallegos sobre este "serio problema de salud pública" que se ceba especialmente con la comunidad, en vista de que su ratio de víctimas supera en mucho la estatal: en 2022 se registraron 11,4 suicidios por cada 100.000 habitantes frente a los casi 8,6 de España, según el avance de datos del Instituto Nacional de Estadística (Ine). Más aún, en Lugo se eleva a 15,4 muertes tras los 50 fallecidos del año pasado, prácticamente uno por semana.
La investigación, recién publicada en la revista Frontiers in Psychiatry y que repasa datos de 2006 a 2020, recuerda además que tanto las estadísticas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) como del Ine dibujan una tendencia "estable" en este periodo que sitúa a Lugo como la provincia más afectada. El Ine confirma además que vuelve a cumplirse en 2021 y 2022.
Pero, para explicar esta mayor prevalencia lucense, los investigadores acuden al envejecimiento demográfico y la ratio de masculinidad, dos variables "relacionadas" con una comisión de suicidios más elevada. De hecho, el 68% de las víctimas en Lugo el año pasado eran varones. En este sentido –y en línea con que Ourense ocupe con frecuencia la segunda plaza–, el documento abunda en que el suicidio consumado es "más común" entre hombres residentes en zonas rurales, toda vez que tienden a tener un comportamiento "estoico" y "no buscan ayuda" profesional para afrontar posibles trastornos mentales.
Con todo, este equipo multidisciplinar subraya que el consumo de sustancias como el alcohol y las drogas es "otro factor de riesgo de primer orden". Sobre todo la bebida, la de uso más habitual –el 8,8% de los encuestados de entre 15 y 64 años en el último Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones declaraba haberlo tomado a diario en el último mes–, no solo por su condición de factor de riesgo en sí misma, sino como precipitador de esta conducta debido a su capacidad desinhibidora y por cómo daña la habilidad de la persona para manejar sus pensamientos, emociones y acciones.
Al respecto, señala que los datos del Specific Mortality Register (SMR) sobre decesos asociados al uso de sustancias contribuyen a explicar también la alta incidencia de Lugo y, en el lado contrario, que Pontevedra suela encontrarse en el puesto más bajo en Galicia.
En este sentido, destaca que, a diferencia de lo que sucede con la edad y sexo, las medidas de prevención y tratamiento sí pueden tener impacto sobre esta variable, incluso si se enfocan hacia toda la población. "La prevención universal puede ser útil para reducir los consumos entre la población general y por tanto la incidencia de los trastornos por uso de sustancias", recalca uno de los firmantes, Gerardo Flórez, psiquiatra que dirige la unidad de Condutas Adictivas del Complexo Hospitalario de Ourense y miembro de la sociedad científica Socidrogalcohol. "La intoxicación por consumo de alcohol y/o otras drogas puede precipitar la conducta suicida, por lo que intervenir en la prevención de los consumos puede reducir también las tasas de suicidio", resume.
La economía influye menos
Los expertos destacan su "sorpresa" por que los factores socioeconómicos –en especial el desempleo, que se disparó varios años tras la crisis de 2008– "no influyen significativamente" en la tasa de suicidios.
Lo atribuyen a que puede haber variables "importantes" pero que tienen un "efecto menor" frente a otras cuestiones que impactan en mucha mayor medida.
