Bajas laborales de más de 90 días: la Seguridad Social propone un regreso gradual al trabajo

La ministra Elma Saiz. DIEGO RADAMÉS
La ministra Elma Saiz propone un modelo de reincorporación progresiva para incapacidades laborales prolongadas, con criterios médicos y según la patología

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha presentado esta semana a los agentes sociales una propuesta para regular el retorno progresivo al trabajo en casos de incapacidad temporal prolongada. La ministra Elma Saiz ha establecido un umbral mínimo de 90 días de baja para poder acogerse a esta modalidad de reincorporación, que se aplicaría exclusivamente bajo criterio médico y para determinadas patologías. Esta iniciativa busca facilitar la recuperación laboral de personas con procesos de incapacidad de larga duración, sin modificar el principio básico de que "un trabajador no puede trabajar estando de baja".

Durante el encuentro con los representantes de CEOE, UGT y CC OO, la titular de Seguridad Social ha subrayado que cualquier reincorporación progresiva requerirá previamente el alta médica y un informe clínico que acredite los beneficios para el trabajador. "Una vez que se tenga el alta médica, con un criterio médico que acredite que esa reincorporación progresiva al trabajo pueda ser beneficiosa para el trabajador", ha explicado Saiz, "se podrán explorar y analizar esas situaciones". La propuesta ministerial plantea además establecer un catálogo específico de patologías donde esta modalidad podría resultar terapéuticamente recomendable, mencionando como ejemplos los procesos oncológicos o los accidentes cerebrovasculares.

El Gobierno ha conformado un grupo técnico para desarrollar esta normativa, al que ha invitado a especialistas del Ministerio de Sanidad, buscando un enfoque interdisciplinar que combine la perspectiva laboral con la sanitaria. Este equipo trabajará durante las próximas semanas para concretar los aspectos técnicos de la propuesta, que deberá superar las reticencias expresadas por las organizaciones sindicales.

Posiciones enfrentadas entre patronal y sindicatos

Las centrales sindicales han mostrado cautela ante esta iniciativa. Tanto Unai Sordo (CC OO) como Pepe Álvarez (UGT) han condicionado cualquier negociación a la existencia previa de informes médicos que avalen los beneficios terapéuticos de estas reincorporaciones graduales. "Si los médicos en este país dicen que en determinados casos eso es conveniente para el paciente, y son los médicos los que activan esta cuestión, podemos verlo", ha manifestado Álvarez, quien ha recordado que hasta ahora no existe "ningún informe" que respalde esta postura.

Los sindicatos han expresado su preocupación por que esta medida pueda utilizarse como mecanismo para reducir el gasto en incapacidad temporal o combatir el absentismo laboral. "Esto no tiene que ver, no puede tener que ver con el absentismo, ni con el gasto en IT. Si unos debates van vinculados al otro, nosotros lo vamos a denunciar", ha advertido el secretario general de CCOO. En esta línea, Sordo ha aclarado que no negociarán "ningún esquema que sirva para acelerar injustificadamente los procesos de recuperación de las personas trabajadoras".

Por su parte, la patronal se ha mostrado más receptiva a la propuesta ministerial. Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha expresado su respaldo a los planteamientos de la ministra, mientras que fuentes empresariales han criticado la postura de los sindicatos por rechazar la iniciativa "sin estudiarla". Este contraste de posiciones anticipa una negociación compleja, donde los intereses de trabajadores y empresarios podrían entrar en conflicto.

¿Cómo funcionaría el sistema de reincorporación progresiva?

Aunque los detalles precisos del mecanismo aún están por definir, la propuesta ministerial esboza un sistema en dos fases. En primer lugar, sería necesario recibir el alta médica convencional, certificando que el trabajador está en condiciones de reincorporarse. En una segunda fase, un facultativo evaluaría si resulta beneficioso para su recuperación completa hacerlo de manera gradual, estableciendo las condiciones específicas (horario, funciones, etc.) de dicha reincorporación.

Este modelo se alejaría del concepto de "alta progresiva" inicialmente planteado, que había generado controversia por sugerir una compatibilidad entre situación de baja médica y actividad laboral. Como ha matizado Unai Sordo, "una vez se haya producido el alta, puede haber casos en los que se produzca una incorporación paulatina al puesto de trabajo si un médico recomienda que esto sea así". Lo que resulta innegociable para los sindicatos es que "en ningún caso estamos hablando de una alta progresiva, o de gente que no está en condiciones para trabajar, se le inste a incorporarse sin estar recuperada de su enfermedad".

El umbral de 90 días establecido por el ministerio restringiría esta modalidad a bajas de larga duración, excluyendo procesos más breves como gripes, lesiones menores o intervenciones quirúrgicas sencillas. Según datos de la Seguridad Social, las incapacidades temporales que superan los tres meses representan aproximadamente el 15% del total, pero concentran más del 60% del gasto en esta prestación.

Experiencias internacionales en reincorporación laboral gradual

La propuesta española se inspira en modelos ya implementados en otros países europeos, donde existen diversos sistemas de retorno escalonado al trabajo tras periodos de incapacidad. En Suecia, por ejemplo, funciona desde hace más de dos décadas un programa de "regreso terapéutico" para determinadas patologías, especialmente trastornos musculoesqueléticos y problemas de salud mental, con resultados positivos tanto en términos de recuperación del paciente como de reducción del gasto público.

Alemania y Países Bajos cuentan también con mecanismos similares, donde la gradualidad en la reincorporación se considera parte del proceso terapéutico. Estos sistemas suelen estar fuertemente medicalizados, con protocolos específicos según la patología y seguimiento continuo por parte de profesionales sanitarios. La experiencia internacional muestra que, cuando están bien diseñados y supervisados, estos programas pueden beneficiar tanto al trabajador como al sistema de protección social.

¿Qué patologías podrían beneficiarse de una reincorporación gradual?

Aunque el ministerio todavía está elaborando el listado definitivo, los expertos médicos suelen señalar varios tipos de procesos donde la vuelta progresiva al trabajo puede resultar terapéuticamente beneficiosa:

Los procesos oncológicos, mencionados explícitamente por la ministra, donde la reincorporación laboral forma parte de la normalización de la vida del paciente tras los tratamientos. Las enfermedades cardiovasculares, incluidos infartos e ictus, donde la actividad controlada ayuda a la rehabilitación. Los trastornos musculoesqueléticos severos, como hernias discales o fracturas complejas, donde la inactividad prolongada puede ser contraproducente. Y los problemas de salud mental, particularmente depresión y ansiedad, donde el aislamiento social puede agravar los síntomas.

En cualquier caso, la aplicación de este mecanismo requeriría siempre una evaluación individualizada, considerando factores como la evolución clínica, el tipo de trabajo y las características personales del paciente. La clave, según coinciden expertos médicos y representantes sindicales, es que prime siempre el criterio terapéutico sobre cualquier consideración económica o productiva.