Las conserveras gallegas buscan más de medio millar de trabajadores
El sector conservero afronta dos grandes retos a corto plazo. Por un lado, la posible imposición de aranceles en Estados Unidos, ya que el país es destino de productos de "alto valor", como los calamares, y, por otro, el continuado descenso del consumo de pescado en España. En todo caso, también constituye una fuente de oportunidades: busca incorporar entre 500 y 600 trabajadores en Galicia para cubrir puestos de producción.
La Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados y Mariscos (Anfaco-Cecopesca) presentó este viernes su balance de 2024 y sus previsiones para 2025, un año para el que las perspectivas "siguen siendo inciertas", reconoció su secretario general, Roberto Alonso.
La organización, que cerró el ejercicio con 252 empresas asociadas que suman una facturación anual de 14.289 millones de euros –unos 2.000 más que en 2023– y que representan más del 71% de la facturación estatal del sector, sitúa como "principales retos" garantizar el suministro de pescados y mariscos –condicionado entre otros por el "impacto" del cambio climático–; mejorar la competitividad de las empresas –para lo que abogó por la inversión en transformación digital e I+d+i, con la vista puesta en las ayudas previstas en el Perte Mar-Industria y la esperanza de que el Gobierno apure la partida hasta el límite de 40 millones–, y "estimular" el consumo, dado que en la categoría de pesca "retrocede un 2,7% en volumen" en España, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Anfaco destaca que esta tendencia a la desaparición del pescado en los menús de los hogares españoles "es constante en los últimos cinco años" y, en 2024, se extendió por todos los tipos de producto salvo dos: las conservas de pescado y marisco (+3,61% en volumen) y el pescado ahumado (+0,7%). En cifras, se pusieron sobre la mesa 18,3 kilos por persona, frente a los 19 kilos del año anterior.
Por ello, Alonso demandó "actuaciones urgentes" que palíen la situación, en referencia a propuestas históricas del sector como la rebaja del Iva o la lucha contra la "desinformación" sobre los productos pesqueros, como por ejemplo el atún en conserva.
El sector rastrea nuevos mercados
Pero la geopolítica también tiene en vilo al sector conservero. Porque, aunque Estados Unidos no es uno de los principales importadores de esta industria, la política arancelaria que pueda aplicar Donald Trump desde la Casa Blanca dejaría, en todo caso, una caída evidente en esta relación comercial.
Las empresas "mantienen la calma", ya que por ahora no hay casi productos pesqueros sometidos a debate arancelario, pero, en todo caso no se pierden de vista su apertura a "nuevos mercados" para diversificar la exportación, informó Alonso.
Asimismo, incidió en una "creciente" competencia internacional que, "en ocasiones", es "desleal", ya que opera con prácticas de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. De ahí su llamada a vigilar los acuerdos de libre comercio entre la Unión Europea y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, en especial con Tailandia –país que la asociación considera permisivo en cuanto a actividades irregulares y derechos laborales– para garantizar el terreno de juego igualitario o level playing field.
Demandan más de 500 trabajadores
Las empresas del sector emplearon en Galicia a 11.200 trabajadores de media el año pasado. En realidad trabajadoras, ya que el 65% son mujeres. Son unos 150 menos que en 2023, algo que, según Alonso, "no tiene que verse como algo negativo", dado que influyen factores como la automatización de los procesos o la reconversión de puestos.
Sin embargo, admitió que hay "escasez de mano de obra cualificada" y es necesario avanzar en una renovación generacional ante una edad media del personal que "empieza a ser alta", con el 59% de las plantillas con 45 o más años, lo que influye también en que el absentismo se haya "disparado".
Así las cosas, informó de que el sector busca en Galicia entre 500 y 600 trabajadores, a los que Anfaco ofrece un "entorno laboral seguro" y "de calidad", con "escasa incidencia de enfermedades profesionales" y "más del 90%" de los contratos indefinidos, "destacando la contratación fija ordinaria y fija-discontinua".
Porque, si hace años se presentaban cien candidatos a cubrir diez puestos, ahora son seis o siete "y al día siguiente uno deja de ir a trabajar", lamentó Alonso, que a la vista de esta tendencia planteó apostar por programas de retorno de emigrados.