Diez años desde el fin de las cuotas lácteas: así ha cambiado el sector en Galicia

Una ganadería de leche en Chantada. CARLOS CASTRO (EUROPA PRESS)
La comunidad tiene hoy menos explotaciones pero más profesionales y dimensionadas, y una mayor producción

Hace justo hoy diez años, el sector lácteo gallego se adentraba en una nueva era, la que abría el fin del sistema de cuotas lácteas y daba vía libre a cada ganadero para producir los litros de leche que fuera capaz de vender.

Se cerraba un periodo de más de tres décadas de regulación a través de un régimen que se había implantado en la UE en 1984 para reducir el excedente de leche que existía entonces por el desajuste entre la oferta y la demanda. Las granjas españolas y, en concreto, las gallegas lo tuvieron que asumir en 1986, con la entrada en la Comunidad Económica Europea.

Después de abocar al sector productor gallego a invertir millones de euros en comprar derechos de producción para dimensionar sus explotaciones a costa de endeudarse y a afrontar multas por exceso de producción, el sistema de cuotas pasó a la historia abriendo un escenario de incertidumbre.

¿Qué ha cambiado?

Una década después, Galicia tiene menos de la mitad de explotaciones de leche que entonces, apenas unas 5.200, pero la producción anual es un 21% mayor, rebasando los 3 millones de toneladas el año pasado. Las granjas que siguen adelante están más profesionalizadas y el peso de las consideradas grandes no ha dejado de ir a más.

En este tiempo, Galicia se ha afianzado como potencia láctea: concentra el 41% del oro blanco del campo que sale de las granjas de toda España y es la novena región productora de la Unión Europea, muy cerca de alcanzar a la tiene justo delante. 

La evolución de los precios

En lo que respecta a los precios, desde el fin de las cuotas ha habido un poco de todo: momentos bajos pero también máximos históricos. En estos días años, el suelo en lo que a precio medio se refiere ha estado algo por debajo de los 27 céntimos por litro (sin Iva), mientras el techo fueron los casi 59 céntimos alcanzados entre finales de 2022 e inicios de 2023.

Lo que no ha cambiado es que los ganaderos gallegos siguen siendo los peor pagados de España. Y existe una brecha de precios entre las explotaciones grandes y las más pequeñas en la que están poniendo el foco las organizaciones agrarias justo en este momento.

En lo que toca a la industria, se ha avanzado en este tiempo para elevar el peso de la leche gallega que se transforma en la comunidad y darle valor, con nuevos proyectos y el crecimiento de alguna empresa, pero aún queda camino.