Gonzalo Bernardos: "Las empresas pagan mal. 1.300 euros no dan para nada"
Popular por sus intervenciones televisivas para abordar la actualidad sin morderse la lengua, el profesor titular de Economía de la Universidad de Barcelona y consultor inmobiliario Gonzalo Bernardos sostiene que con la vivienda se ha hecho "todo lo contrario" de lo que se debería. Dice que la administración no quiere ofrecer alquileres de protección oficial por la "altísima" tasa de impagos y el mantenimiento
Este experto perspicaz y con gran capacidad de análisis echa en falta un plan de futuro para España. Gonzalo Bernardos cree que a la vivienda se sumarán como "grandes problema sociales" sanidad, educación y pensiones.
Las proyecciones de instituciones y centros de análisis nos sitúan a la cabeza en crecimiento entre las grandes economías pero, ¿es oro todo lo que reluce o vendrán curvas?
Hay que mirar las tripas de la economía. Tenemos diversos indicadores, pero hay uno que es el principal: la balanza por cuenta corriente de capital, que popularmente se puede considerar como el déficit del país, la suma del público y el privado. Si el déficit es elevado, el crecimiento económico es un espejismo y tendrás pronto una recesión. Esto es lo que le pasaba a Zapatero en los años 2005, 2006 y 2007. Teníamos la crisis a la vuelta de la esquina, porque el modelo económico era insostenible. Estaba basado en endeudarse. Ahora sucede todo lo contrario. El año pasado tuvimos el mayor superávit desde la llegada de la democracia. Por lo tanto, el crecimiento económico es muy sano y no hay atisbo de una recesión.
¿Es porque este Gobierno tiene un buen modelo para la economía?
No. Tiene un modelo de relaciones laborales, pero no tiene ningún modelo económico. Es por suerte. El turismo se ha vuelto un gasto imprescindible para muchísimas personas, que cambian la dirección del gasto. Compran menos bienes manufacturados y más servicios, entre ellos ocio y principalmente turismo, y esto está tirando de la economía muchísimo. El segundo elemento son los fondos europeos Next Generation, que dan un plus de crecimiento, inferior al que podría ser, pero lo dan. Y el tercero es la llegada de muchísimos inmigrantes, más de 500.000 cada año. Trabajan donde nosotros no queremos, hacen que muchas empresas tengan la mano de obra que necesitan. A estos factores podríamos añadir un cuarto: la competitividad alcanzada por las empresas manufactureras.
Hay una crisis que sí tenemos: la del acceso a la vivienda, y no se ve el fin.
Este es el principal problema del país. El PP lo hizo mal, porque no hizo nada, y el PSOE lo ha hecho fatal, todo lo contrario de lo que se debería hacer. Los gobiernos de Pedro Sánchez han tomado la vivienda como una fuente de ganancia de votos y se han dedicado a engañar a la población. Han cogido las posiciones ideológicas de Unidas Podemos y Sumar y las han aceptado plenamente, a sabiendas de que el control de los alquileres agudiza el problema. Han demonizado al propietario y han favorecido las ocupaciones al retrasarlas lo máximo posible.
El principal problema del país es el acceso a la vivienda. El Gobierno la ha tomado como una fuente para ganar votos
¿Por qué se ha llegado a este punto?
El diagnóstico es fácil. En España, principalmente en el mercado de alquiler, hay una escasa oferta. Las administraciones públicas no quieren ofrecer pisos de alquiler de protección oficial porque tienen una altísima tasa de impagos. La morosidad es espectacular. El segundo problema es el mantenimiento de la vivienda, pues al cabo de siete años como mucho tienen que renovarla por completo. Entonces la oferta viene del sector privado, y si le haces las mil y una no la aumentará sino que la reducirá. A partir de ahí, el Gobierno va buscando culpables. Señala a las viviendas de uso turístico. ¿Alguien se cree que el 1,33% de la oferta en España sea responsable de lo que está sucediendo con el alquiler? Ahora es el arrendamiento de temporada. Si lo liquidamos, ¿dónde van a vivir los estudiantes o los ejecutivos desplazados? Si hay viviendas de uso turístico o de alquiler de temporada que no cumplen la legislación es porque la administración pública no ha hecho nada. Lo que no se puede es criminalizar al propietario. La inmensa mayoría son personas de clase media-alta, sí, pero lo que hacen es poner ahí su ahorro.
¿Puede haber soluciones al problema habitacional a corto plazo?
No parece que haya ninguna medida se que pueda aplicar en el corto plazo que vaya a ser efectiva para romper con la espiral de alquileres prohibitivos en muchas zonas.
El ritmo de construcción debería ser mucho mayor ante la demanda.
En los últimos diez años se han construido en torno a 850.000 viviendas en España mientras que solo en 2026 se iniciaron unas 725.000. ¿Dónde está el problema? El primero es que los promotores no tienen dinero para comprar el suelo finalista que hay en el mercado porque el banco no les financia. El segundo, que los ayuntamientos no han creado suelo público, para evitar denuncias y porque se tarda años en recibir alguna compensación. Lo siguen vendiendo y no hacen viviendas de protección oficial para alquiler. En el último año han hecho 4.400, con la demanda que hay.
En los últimos diez años se han construido en España pocas más viviendas que las iniciadas solo en 2006
Más allá de la vivienda, todo ha subido mucho, empezando por la alimentación. ¿Este nivel de precios ha venido para quedarse?
No veremos, por lo menos a corto plazo, bajadas que lleguen al bolsillo de verdad. Habrá bajadas importantes en el aceite de oliva virgen, pues veremos el litro a entre 5 y 6 euros. Pero los demás precios se mantendrán. La inflación en España ya no es un problema. Está en el 1,5% y difícilmente subirá de forma significativa.
El crecimiento económico es muy sano y la inflación ya no es un problema, aunque los precios se mantendrán
En los últimos años el Gobierno ha impulsado reformas para que nos jubilemos más tarde. ¿Ha acertado?
En su etapa como ministro, Escrivá hizo unas reformas que no sirven para nada. La situación actual del sistema de pensiones es inasumible. Tenemos tres alternativas y debemos escoger alguna de ellas o una combinación. La primera es que las personas paguen más cotizaciones a la Seguridad Social, una medida que ya se ha tomado. También se ha intentado que los trabajadores se jubilen más tarde, pero no es suficiente. La tercera vía es bajar las pensiones, pero nadie se atreve. Si lo hacen, se van del Gobierno. Los pensionistas son el principal lobby español, aunque no estén organizados. Para mí la opción más clara es retrasar la edad de jubilación, algo extremadamente impopular. Por eso, van haciendo hasta que esto sea como el problema de la vivienda y haya que tomar medidas extremas.
La situación del sistema de pensiones es inasumible. Para mí la vía más clara es retrasar la edad de jubilación
Las bajas laborales y su duración se han disparado de un tiempo a esta parte. ¿Cuáles son los motivos?
En 2020 y 2021 había pocas bajas porque la población estaba muy insegura en su empleo. El futuro de las empresas era una incógnita por la pandemia y no se faltaba al trabajo. Ahora pasa todo lo contrario, la población está muy segura y se permite estar de baja más tiempo. Podemos descartar que la razón del aumento del absentismo sea el envejecimiento porque sube en todas las franjas de edad. ¿Es falta de motivación? Probablemente. ¿Jefes que no dan la talla? Probablemente. ¿Personas que no se toman en serio el trabajo? También. Hay una serie de factores que permiten repartir culpas entre empleados y jefes. Me gustaría que se hiciera una comparativa de las bajas del sector privado y las del público, que me parece que ganaría. En cualquier caso, es un problema que hay que atacar. La única manera es penalizar a aquellas personas que están reiteradamente de baja sin que haya un motivo médico importante. Es sospechoso que el lunes sea el día que más gente está de baja.
Otra de las grandes preocupaciones de las empresas es la falta de profesionales para cubrir vacantes. ¿Cree que están abocadas a ofrecer más medidas de conciliación, flexibilidad y mejores salarios?
El problema que tenemos en España es que las empresas pagan muy mal. La inmensa mayoría son muy pequeñas y las dirige alguien que es un gran trabajador, que trabaja muchas horas, pero no es un gran empresario. Su competitividad se basa en dar un servicio de una calidad que puede ser regular o baja, pero sobre todo barato. En Alemania, Países Bajos o Francia no compiten en precio; nosotros sí. Esta economía 'low cost' genera muchos perjuicios. Nos encontramos a personas que salen al mercado de trabajo con una formación y acaban cobrando un salario de miseria. No es lo mejor para motivar a un trabajador. En España hay muchísima gente a la que le cuesta llegar a fin de mes. El salario mediano, el que tiene al 50% de trabajadores por encima y al otro 50% por debajo, es de 1.300 euros netos, no da para nada.
¿Reduciría usted el peso que tiene el turismo en la economía para dar más relevancia a otros sectores?
Soy totalmente contrario a eso. El turismo es el que está explicando nuestro gran desarrollo económico en los últimos años. Si yo fuese una empresa, querría estar en el segmento de mercado donde más va a aumentar el gasto de la población, y es el turismo. No la fastidiemos. Hay que intentar que los turistas aporten más dinero, que ya lo están haciendo. Además, los efectos contrarios que genera para el bienestar son muy inferiores a los de algunas industrias.
Estoy en contra de reducir el peso del turismo; está tirando de la economía y es donde más va a aumentar el gasto
¿Cómo ve el futuro de España?
Le falta un plan. Nadie lo tiene. Los políticos no miran más allá de las próximas elecciones. A mí me parece muy fácil y, le guste o no a la mayoría, el plan ha de pivotar en buena medida sobre el turismo, sobre el uso de los Next Generation para tener soberanía energética... Tenemos muchísimas posibilidades porque disponemos de un dinero del que hemos carecido siempre, que son esos fondos. Que las pequeñas empresas pudieran ser digitales sería fenomenal; tener puestos mejor pagados para generar y atraer industria; impulsar farmacéuticas que pudieran ser la Novo Nordisk del futuro o mejorar la agricultura. Incluso generar una multinacional española, intentar que algún grupo que está produciendo componentes haga productos finales. Pero tengo la impresión de que estos fondos se van a parecer al Plan E de Zapatero. Tendría que distribuirlos la banca, no la administración.