Raymond Torres: "Si no mejora la productividad, España estará condenada a competir con salarios bajos"

Elevar la inversión, el tamaño de las empresas, mejorar la formación de los trabajadores y adaptar los currículos académicos a lo que demanda el mercado son recetas que el director de Coyuntura y Análisis Internacional de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Raymond Torres, desgranó este jueves en la cita anual del Foro Económico de Galicia

 

Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.EP
photo_camera Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.EP

Lastrada por el escenario político y por las secuelas de la guerra y la crisis energética, la economía española tiene como talón de Aquiles la baja productividad. Fue uno de los asuntos que este jueves centraron la primera de las dos sesiones de debate organizadas por el Foro Económico de Galicia en el Parador de Muxía. Raymond Torres (Madrid, 1960), el director de coyuntura y economía internacional del ‘think tank’ Funcas, y que también pilotó el servicio de estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ve necesario "mejorar el clima de confianza" para que las empresas inviertan sus excedentes de capital en su expansión.

España lidera el crecimiento a nivel europeo. ¿Qué falla para que la productividad no mejore?

Un factor muy importante de la productividad para las empresas es la inversión en equipamiento y tecnología. Esto no ha despegado. Estamos en niveles inferiores a lo que se invertía hace cuatro años, antes de la pandemia. Es un lastre. Pero hay factores más estructurales. Las empresas españolas suelen ser relativamente pequeñas en relación a otros países y es otro freno para la inversión. También hay elementos que tienen que ver con la formación dentro de las compañías. No llega a todos los trabajadores y es relevante con el despliegue de la inteligencia artificial. Y están los jóvenes, que aunque hayan estudiado y tengan titulación no encuentran un puesto. Hay un desfase entre la educación y los empleos. Hay que mejorar la elaboración de los currículos educativos para que respondan a las necesidades del mercado y los servicios de empleo para que jueguen mejor su función de casamiento de oferta y demanda.

¿Qué se puede hacer para captar capital foráneo y lograr que las empresas españolas inviertan en crecer?

Aunque el capital extranjero bajó algo el año pasado en relación a 2022, lo cierto es que descendió más la atracción en otros países europeos. España no está mal posicionada en términos de competitividad. Pero esto no encuentra relevo a nivel interno en la inversión propiamente española. Tiene que ver con un contexto internacional incierto en el que la geopolítica no ayuda, con una pandemia, una guerra que sigue y una crisis energética. Son factores que aún pesan. Conviene mejorar con diálogo el clima de confianza para que los excedentes que existen en las empresas se inviertan. Es un desafío.

¿Los fondos europeos no deberían servir de catalizador?

Debería ser así. El despliegue de los fondos europeos ha sido lento. Realmente, era mucho dinero y hay trabas burocráticas y problemas de gestión. Hay un retraso en la ejecución. Habría que ver cómo se puede agilizar siempre y cuando se utilicen para lo que se tienen que utilizar: sectores estratégicos, cuestiones de transición energética y digital. Hay margen de mejora.

¿Es compatible que la productividad no mejore con que el salario mínimo y, en general, las retribuciones sigan subiendo?

Si la productividad sigue estancada, es un problema. En algún momento chocará con la voluntad de elevar los salarios, por eso es urgente aumentar la productividad. El propio crecimiento económico se sustenta en creación de más fuerza laboral. Tenemos un modelo productivo muy intensivo en empleo. Eso está bien, pero hace falta el relevo de la productividad.

Por su demografía, Galicia puede llegar más rápidamente a una limitación en el acceso a los recursos humanos

¿Por qué?

Porque en algún momento agotaremos los recursos humanos, algo que ya vemos en algún sector. Y, por otra parte, si no sube la productividad, eso nos condena a competir con bajos salarios. Hay ajustes posibles en el corto plazo. Hemos visto que la subida del SMI no ha producido efectos negativos evidentes. Pero, llegará un momento en el que será difícil seguir por el límite que impone la productividad.

Galicia va algo más rezagada que la media española en materia de productividad. ¿Debemos activar alguna receta particular?

Ya hay elementos positivos en Galicia en empresas grandes y punteras en sectores estratégicos como el automóvil, el textil e incluso en tecnologías. Es verdad que el porcentaje de empresas pequeñas es mayor aquí que en el resto de España. Siendo este uno de los obstáculos a la productividad, había que intentar ver cómo facilitar el crecimiento de las que son muy pequeñas para que se conviertan en medianas y, de esa forma, que consigan internacionalizarse, innovar y acceder a nuevas tecnologías. Esto hará crecer la productividad. Además, en términos demográficos, Galicia puede llegar más rápido a una limitación de acceso a recursos humanos.

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