Venancio Salcines: "El turismo interno y la exportación jugarán a favor de Galicia"

El presidente de la Escuela de Finanzas de A Coruña augura que España precisará "cerca de una década de control presupuestario" para sanear las cuentas públicas
Venancio Salcines. AEP
photo_camera Venancio Salcines. AEP

El consumo de las familias y la inversión privada serán dos elementos clave para sacar la economía de su letargo y conseguir que Galicia retorne al crecimiento, una fase que queda supeditada a que, previamente, España logre superar la crisis sanitaria. Es una de las conclusiones que extrae el presidente de la Escuela de Finanzas de A Coruña (EF Business School) y director del Centro de Estudios Superiores Universitarios de Galicia (Cesuga), que señala que la comunidad tiene en el mayor peso del turismo doméstico y en la apertura de las empresas hacia los mercados internacionales dos factores que contribuirán a mitigar el impacto del Covid-19. Economista, empresario, filántropo —a través de la fundación que lleva su nombre— y profesor de mercados financieros en la Universidade da Coruña, Venancio Salcines (A Coruña, 1965) calcula que, a partir de 2022, España precisará cerca de "una década de control presupuestario" para poner en orden las cuentas públicas e impulsar la colaboración público-privada.

¿Las secuelas que dejará el coronavirus serán más profundas que las de la crisis financiera que estalló en 2008?
En el corto plazo, en lo inminente la crisis será mayor que cualquier otro periodo equivalente de nuestra historia. Lo positivo es que la recuperación será rápida, aunque no inferior a veinte meses. Los inversores y los consumidores antes de lanzarse a invertir o consumir desean constatar que la recuperación, especialmente la sanitaria, va en serio.

¿Cuánto tardará la economía gallega en recuperarse? ¿Y si en otoño se impone otro confinamiento?
La economía gallega será de las que registren una mayor aceleración y/o menor caída. Por dos razones fundamentales, la primera es que somos una autonomía exportadora, A Coruña es la quinta provincia de España y Pontevedra la número once. En este sentido, influye que nuestros principales mercados, Europa Central y Portugal se van a recuperar antes que nosotros, por tanto el sector exterior será un lastre inferior al que tendrán las áreas más dependientes de las economías domésticas. El segundo factor es el turismo. Hay que tener en cuenta que somos un área de turismo doméstico y este se recuperará a mayor velocidad que el internacional. Por tanto, tenemos dos vectores o diferenciales positivos frente a otras autonomías españolas.

Los ajustes de 2022 en adelante tendrán que poner en valor la colaboración público-privada

¿La prórroga de los Erte por fuerza mayor evitará los despidos o hacen falta medidas más ambiciosas?
Los expedientes de regulación temporal de empleo por fuerza mayor protegen al trabajador durante seis meses tras la primera incorporación. En muchos casos, entre la primera y el fin de la causa mayor pasarán dos meses, por tanto la prórroga para muchos puestos de trabajo será de cuatro meses y caerá en noviembre, un mes históricamente malo para el empleo, máxime para comercio y hostelería. Es evidente que este año los Erte no serán capaces de soportar todo el impacto. ¿Cuáles podrían ser unas medidas más ambiciosas? Ampliar el tiempo de duración para los sectores más estacionales.

¿Cómo evalúa la renta mínima vital que ultima el Gobierno? ¿Fomentará la economía sumergida?
La renta mínima es una medida de alto perfil político. Si su objetivo fuera el que se indica que es, el camino tendría que ser fortalecer los sistemas de protección autonómicos, los cuales llevan años de colaboración leal con los municipios. Ninguna persona debe tener en su mano la llave de una caja que transfiere dinero de modo directo a un millón de familias, unos tres millones de personas. Por otra parte, habrá familias que sientan esta renta como una gran oportunidad y les ayude a reiniciar su vida, ojalá sean la inmensa mayoría, pero me temo que veremos muchos casos de picaresca y abuso del sistema, más de los que seremos capaces, como sociedad, de soportar.

¿La caída de los ingresos fiscales y el coste de las medidas traerán recortes o subidas de impuestos?
Con toda seguridad, los años 20 y el 21, serán expansivos en materia de gasto público, y a partir de 2022 entraremos en una fase larga de ajustes. Necesitaremos cerca de una década de control presupuestario para estabilizar nuestras cuentas públicas. Por eso, está bien que pidamos ayuda al Estado, pero dentro de lo sensato y lo necesario. Que el pánico no dirija nuestras cuentas públicas. Por otra parte, veo evidente que de esta crisis no saldremos con más Estado, al contrario. Los ajustes de 2022 en adelante tendrán que poner en valor la colaboración público-privada.

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