Prisión sin fianza para los detenidos por la muerte del prófugo de Pereiro de Aguiar

El cuerpo de Fernando Iglesias Espiño fue localizado en una granja de Maside

Fernando Iglesias Espiño. TWITTER (@policia)
photo_camera Fernando Iglesias Espiño. TWITTER (@policia)

Los dos detenidos por la muerte violenta del preso gallego Fernando Iglesias Espiño, que el 13 de agosto tendría que haber vuelto al penal orensano de Pereiro de Aguiar en el que cumplía condena por haber matado a su mujer y a sus dos hijos en Jinámar (Gran Canaria), ingresarán en prisión provisional comunicada y sin fianza.

Es lo que ha decretado el titular del juzgado de instrucción número uno de Ourense. Según han señalado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, a los dos hombres se les imputa un delito de homicidio o asesinato -pendiente de calificar- en concurso con un robo con violencia.

Todo indica, ha informado la misma fuente, que el presunto crimen se produjo ese fin de semana. El cuerpo de la víctima fue fue encontrado este jueves enterrado en una granja de Maside.

Los dos detenidos habían compartido, según fuentes consultadas por Efe, prisión en la cárcel orensana con el recluso gallego, que permanecía desde el pasado mes de agosto en paradero desconocido después de no regresar a la prisión tras un permiso penitenciario.

Los investigadores han mantenido desde un inicio todas las hipótesis abiertas y no descartaban que le hubiese podido suceder algo o que simplemente haya decidido no regresar, pese a haber cumplido más de tres cuartas partes de la condena.

Iglesias Espiño, de origen silledense, había sido condenado a 54 años de prisión por el triple crimen. El preso, que ingresó en prisión en 1996, había cumplido 22 de los 25 años que como máximo puede pasar en la cárcel según el código vigente cuando fue condenado por asesinar a su mujer y a sus dos hijos.

Hasta su desaparición, Iglesias Espiño se encontraba en régimen de tercer grado, cumplía su pena en el módulo del centro penitenciario donde se encuentran los presos en régimen de semilibertad y salía de la prisión cada dos fines de semana.