El agua del subsuelo, un recurso olvidado que aflora ante futuras sequías: solo el 2% se consume

La Xunta sondeará en la demarcación Galicia-Costa estos acuíferos socorridos en el rural. Los expertos estiman que existen entre 80.000 y 160.000 captaciones. Augas de Galicia señala que el objetivo es contar con una red de aprovechamiento "nun prazo razoable" para estar preparados ante "prealertas ou secas" 

SANTA EULALIA DE CUÍÑA

Fuente Se la conoce como Fonte das Ribas y está al lado de la carretera. El agua sale por un caño de una tubería, tras bajar por la ladera de una roca. Muchos lucenses acuden hasta ahí para llenar botellas y garrafas.
Fuente de agua en el rural. AEP

Con un rural salpicado de pozos y manantiales que emergen del subsuelo y que durante años han sido el recurso que muchos vecinos se han procurado para llevar el agua hasta sus casas y granjas, el potencial de las aguas subterráneas capta ahora la atención de las administraciones. A través de Augas de Galicia, la Xunta se dispone a mover ficha en la demarcación hidrográfica de su competencia, Galicia-Costa, que concentra el 70% de la población gallega. El objetivo es hacer frente "a tensións" en el abastecimiento como las que se dieron este otoño gestionando estas reservas de forma integrada con las aguas superficiales de los embalses.

En un otoño que arrancó con carencia de lluvias entre septiembre y mediados de octubre, 45 concellos de las áreas de Vigo, Baiona, Pontevedra, Costa da Morte, Bergantiños y de la comarca de A Coruña estuvieron en prealerta por sequía. Y los expertos indican que con el cambio climático las lluvias tenderán a concentrarse más en periodos cortos de tiempo, con episodios intensos, una realidad que hace vulnerables los embalses.

Con un presupuesto de 1,15 millones, Augas de Galicia se ha marcado un plan de trabajo hasta 2028 que prevé el despliegue en la cuenca Galicia-Costa de una nueva red digital de piezometría en 33 puntos de control repartidos por las 19 áreas de gestión de la demarcación. Estos dispositivos permitirán medir en tiempo real los niveles, la temperatura y la conductividad de las aguas subterráneas. Sustituirán la red de control actual, obsoleta y enfocada principalmente en la calidad de un recurso expuesto al riesgo de contaminación bacteriológica y por nitratos por la gestión de los purines y el estiércol en algunas zonas.

Otra pata del plan es la colaboración con hidrogeólogos de las universidades gallegas para "identificar as zonas máis susceptibles de almacenar auga suficiente" para trazar un mapa de calor con técnicas sismográficas.

"Teremos unha rede de aproveitamento de auga subterránea nun prazo razoable. Servirá de garantía ante prealertas ou secas", señala el director de Augas de Galicia

Una vez cubierto este trabajo, lo siguiente será colaborar con los concellos para "facer esas prospeccións para acabar de identificar acuíferos que se poidan utilizar coma se fosen encoros subterráneos", indica el director de Augas de Galicia, Roi Fernández.

"Pretendemos facer a grande escala o que calquera persoa facía na súa casa hai uns anos: un pozo ou procurar un manantial. Trátase de buscar volumes amplos para, en momentos de escaseza, complementar a nosa rede podendo levar auga aos encoros ou ás redes", explica este ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que remarca que la Administración gallega busca "ter ferramentas canto antes" para hacer frente "ás tensións", a la vista "do horizonte" que dibuja el cambio climático.

La alternativa es construir grandes embalses, una solución que conlleva un mayor impacto ambiental y que en una demarcación con cuencas relativamente pequeñas puede no colmar las expectativas. Y a esto se suma la dispersión poblacional, que complica el abastecimiento desde una presa. Fernández, que sostiene que a nivel económico la explotación de las augas del subsuelo puede tener un coste "na mesma orde de magnitude" que construir un embalse, incide en que la ventaja de sondear los acuíferos es que el impacto "no entorno es moito menor".

¿Cuánto recurso se extrae del subsuelo?

Según el Plan Hidrolóxico Galicia-Costa vigente, en la demarcación hay 6.993 captaciones para abastecimiento humano registradas, con un volumen total de captación de 47,7 hectómetros cúbicos al año (hm3/año). A estas se suman otras 153 para surtir industrias, con un consumo de 1,61 hm3/año. Otras 1.834 captaciones se emplean para regadíos, con un gasto de 4,24 hm3/año, en tanto que 442 suministran a granjas, copando 2,067 hm3/año. Sumando las explotaciones enfocadas a otros usos de las que hay datos, Augas cifra en poco más de 56 hm3/año el consumo total, si bien es cierto que hay que tener en cuenta que no todos los pozos y depósitos están legalizados.

Aguas subterráneas.EP

Según las estimaciones del catedrático de la UDC y coordinador del grupo de investigación Aquaterra, Javier Samper, podría haber entre 80.000 y 160.000 captaciones, suponiendo que existen entre 35 y 70 por kilómetro cuadrado, en un escenario en el que "la mayor parte de la población rural se abastece con sistemas autónomos" basados, en su mayoría, en aguas subterráneas.

En todo caso, el volumen que se utiliza sería una pequeña parte de los más de 3.300 hm3/año en los que se cifra el recurso disponible en las 19 áreas de gestión. El consumo registrado supondría apenas un 1,7%. Y hay que tener en cuenta que la red de medidores actuales es deficitaria, de manera que los expertos estiman que el líquido almacenado bajo nuestros pies sería varias veces mayor —entre 3 y 10— que lo que indican los datos oficiales.

Las reservas subterráneas cuando menos cuadruplican el potencial de los embalses

Llenos al 100%, los 22 embalses de la demarcación Galicia-Costa sumarían un volumen de almacenamiento de 690 hm3, de lo que se extrae que las masas subterráneas cuando menos cuadruplicarían el potencial de las superficiales.

"De maneira reiterada vemos que estamos sometidos a unhas presións que non temos por que soportar tendo ese recurso aí", constata el director de Augas de Galicia, que incide en que la meta es contar "cunha rede de aproveitamento nun tempo razoable" para que sirva de "rede de garantía" ante episodios "de prealerta ou seca". Todo ello, recalca, sin sobreexplotar estos reservorios.

La intención es "priorizar onde aperta o zapato", de manera que las zonas "máis tensionadas" puedan contar con este refuerzo lo antes posible. "Nas zonas onde hai moita máis demanda, nas que se ve que hai máis necesidade, temos que actuar antes", asume Fernández, que confía en que el próximo año el ente pueda determinar dónde intervenir y fijar plazos.