Los matrimonios civiles han aumentado en veinte puntos porcentuales en una década en Galicia hasta representar el 87% de las bodas que se celebraron en la comunidad en 2022, último año del que ofrece datos completos el Instituto Nacional de Estadística. Con todo, esta ni siquiera es la tasa más alta de la serie. Las cifras sufrieron grandes cambios en todo el país en 2020 y 2021, dos años marcados por la pandemia y sus restricciones, y las bodas civiles coparon en Galicia hasta el 91% y 90% del total, respectivamente.
La ratio gallega supera en seis puntos la media del país, según el estudio Matrimonios en España, publicado este jueves por la escuela de negocios TBS Education-Barcelona. Con todo, las mayores diferencias entre modalidades se dieron en 2022 en País Vasco y Cataluña, donde el 90% de los enlaces se celebraron por la vía civil.
Con ritmos distintos, todas las comunidades han experimentado una transformación que denota cada vez más una tendencia creciente hacia el matrimonio civil. Sobresale, por ejemplo, el caso de Extremadura donde la diferencia en el 2013 era solamente de dos puntos, con un 49% de bodas religiosas y un 51% de bodas civiles. Ahora estos porcentajes se han convertido en un 29% y un 71%.
Entre provincias, los porcentajes de 2022 oscilaron entre el 89% de Pontevedra y el 85% de Lugo.
Por otro lado, el estudio apunta que España tiene una de las ratios de casamientos más bajas de toda la Unión Europea: en la última década ha habido un promedio de 3,3 bodas por cada 1.000 habitantes, mientras que la media europea se ha situado en los 4,1.
Además, la tendencia general es a la baja, ya que todavía no se ha alcanzado el ritmo previo a la pandemia: en 2019 la ratio española era de 3,5. El informe lo atribuye "al descenso de la población".
