Dos compañeros de prisión lideraban la red narco desmantelada en la Costa da Morte

La investigación sigue abierta y no se descartan nuevos arrestos aparte de los once realizados hasta ahora. El balance de la operación arroja 5,5 kilos de cocaína, tres de hachís y uno de marihuana
Uno de los arrestos producidos en el marco de esta operación dirigida desde los juzgados de Corcubión. EP
Uno de los arrestos producidos en el marco de esta operación dirigida desde los juzgados de Corcubión. EP

La investigación se inició a principios de año, cuando los investigadores detectaron viviendo en Cee al que terminarían identificando como líder de la banda: un gallego con el tráfico de drogas en su historial delictivo que se dedicaba al transporte de sustancias estupefacientes para distintas organizaciones utilizando vehículos de alquiler y, de manera más habitual, coches dotados con caleta, es decir, con compartimentos ocultos. Siguiendo su rastro, llegaron hasta Carballo, donde concentraban buena parte de sus labores. Y en este concello bergantiñano hallaron a su principal socio en la organización: un hombre con antecedentes por delitos contra las personas a quien precisamente conocía tras hacer coincidido ambos en prisión.

Vigilancia Aduanera y Policía Nacional dan por "desarticulada" esta red de narcotráfico con centro en la Costa da Morte pero con ramificaciones en diferentes puntos de Galicia tras una operación dirigida por el juzgado de instrucción uno de Corcubión que se saldó con diez registros domiciliarios, once detenidos y la incautación de 5,5 kilos de cocaína, tres de hachís, uno más de marihuana y 56.000 euros en efectivo, entre otros.

Cuatro de estos implicados ya están en prisión y no se descartan más arrestos aparte de los que trascendieron a finales de octubre, ya que la investigación "sigue abierta".

En el balance del caso, presentado este domingo, la Policía explica que el líder de la banda no dudaba en atravesar toda España para entrevistarse con sus proveedores y preparar los alijos, que también llegaban por mar. Tras comprar la mercancía, él y su equipo, con tareas bien definidas, la ocultaban en distintos escondrijos en los alrededores de Carballo para luego cortarla y moverla por Galicia. Además, contaban con "medios técnicos" para detectar si la Policía estaba tras sus pasos. 

En junio, este vecino de Cee viajó a Madrid a por un alijo. En realidad, él hacía de lanzadera, circulando por delante del coche de su colaborador, donde iban los 5 kilos de cocaína, para vigilar la carretera. Sin embargo, fue ahí cuando los agentes les dieron caza. Ese fue el principio del fin de la banda.

Una vez identificados todos los miembros de la organización, se practicaron cuatro registros en Corcubión, otros tantos en Carballo, uno en Muros y, ya en la provincia de Pontevedra, un último en A Illa de Arousa.

Uno de los registros practicados. EP
Uno de los registros practicados. EP

Estaban armados

En las diligencias se intervinieron drogas, dinero, útiles de manipulación, pequeñas plantaciones indoor de marihuana, documentación y cuatro vehículos, tres de ellos con sistemas de ocultación artesanal, las citadas caletas.

Las caletas utilizadas por el grupo. EP
Las caletas utilizadas por el grupo. EP

Pero, además, al grupo se le encontraron un arma de fuego real, varias simuladas y otras armas prohibidas.

Una banda de mediana escala

Se considera que esta operación afecta a traficantes ubicados, principalmente, en la mediana escala: personas con capacidad para acceder a los paquetes de cocaína que, en forma de comisión, se quedan en el territorio como parte del pago por el trabajo que efectúan los lancheros al servicio de los grandes cárteles.

Comentarios