La concentración del turismo en verano se reduce pero 4 zonas de Galicia copan las noches

Turistas en la playa. JAVIER CERVERA
Arousa, el entorno de Santiago, Vigo y O Baixo Miño y la zona de A Coruña-As Mariñas concentraron el 64% de las pernoctaciones en 2024. La mayor presión de visitantes se registra en territorio arousano. El 48% de los viajeros que visitan A Mariña lo hacen en agosto y julio 

Avanzar en la desestacionalización del turismo y procurar que los visitantes se diseminen por todo el territorio son algunos de los desafíos que afronta Galicia. La última radiografía del Instituto Galego de Estatística (Ige), que toma el pulso a la demanda turística, refleja que cuatro áreas son las que tienen mayor atractivo para los viajeros, sobre todo a la hora de pasar la noche, que junto con el gasto en la hostelería es lo que deja mayor retorno económico.

En un 2024 en el que hoteles, cámpings, pisos turísticos y casas de turismo rural rozaron los 12,25 millones de pernoctaciones, lo que supone un máximo histórico, los datos indican que la ría de Arousa fue el destino predilecto al copar el 19,1% de las noches, seguido de los concellos que conforman el área de las Terras de Santiago (18,5%), el único destino de interior que va en cabeza en el ránking, con el centro de peregrinación de Compostela como faro.

El tercer puesto fue para la ría de Vigo y O Baixo Miño, con el 15,6% de las pernoctaciones, en tanto que la zona de A Coruña y As Mariñas concentraron el 10,9%. En el polo opuesto, el destino Manzaneda-Trevinca y las comarcas de Verín y Viana empataron con el 0,4%. Echando la vista atrás, a 2014, la radiografía era prácticamente la misma, pues estos cuatro destinos copaban el 64,4% de las noches, lo que evidencia que todavía queda camino por andar para tratar de desconcentrar el flujo turístico para irrigar a otras zonas de la comunidad con la actividad económica asociada.

En lo que Galicia ha mejorado algo es en conseguir que los visitantes se acerquen fuera de los meses centrales del verano.

El año pasado, el 35,6% de las pernoctaciones se concentraron en julio y agosto. En 2014, la ratio se elevaba al 38%. Con todo, las diferencias por áreas son notorias. En este caso, la Ría de Muros y Noia es la que tiene la mayor tarea por delante para tratar de desestacionalizar la actividad al resto del año, pues los alojamientos turísticos centralizaron en la temporada estival el 64% de las pernoctaciones. Otro destino de costa, la ría de Arousa tiene en julio y agosto sus meses fuertes (53,4%), aunque en la última década ha progresado algo, al igual que también lo hizo A Mariña, que ahora desarrolla en verano el 47,8% de su actividad. Y quizá debido al efecto disuasorio de las altas temperaturas estivales, los destinos del interior, sobre todo de Ourense, solo facturan dos de cada diez noches en julio y agosto.

Y fruto de la proyección del Camino, en las Terras de Santiago el peso del verano en el total de noches no llega al 25%.

Crece la presión: Por cada 100 residentes en Arousa, el turismo supondría sumar otros tres habitantes

En un escenario en el que el gobierno de Compostela aspira a aplicar la tasa turística —que supondrá un gravamen de entre 1 y 2,5 euros por noche— entre finales de julio y principios de agosto, el Ige ofrece otro indicador de interés, el que mide la presión que ejercen los turistas sobre la población de las 18 áreas estudiadas y, en consecuencia, sobre los servicios públicos.

Como polo de atracción, Arousa registra una tasa del 3,35%, que significa que en 2024, la llegada de visitantes equivalió a sumar 3,35 habitantes más por cada 100 residentes. Una década atrás, el índice era del 2,3%. Al igual que entonces, ahora la siguiente área más tensionada es la de Terras de Santiago, con un 2,25%, por delante de A Mariña (2,13%), la Ribeira Sacra (1,9) y Os Ancares-Courel (1,76)