Cuidar la mente desde clase

El programa YAM impulsa el bienestar psíquico y la prevención de problemas como el suicidio entre los jóvenes. En su segundo año en Galicia, la iniciativa llega a alumnos de tercero de Eso en varios institutos, ofreciendo una actividad innovadora, transformadora y profesional
Manuel Arrojo y María José Mogo son las caras visibles en la dirección del equipo del proyecto YAM en Galicia. EP
Manuel Arrojo y María José Mogo son las caras visibles en la dirección del equipo del proyecto YAM en Galicia. EP

La salud mental de los adolescentes ha ganado peso en el debate público, sobre todo tras los efectos colaterales de la pandemia del coronavirus. En este contexto, Galicia ha apostado por implementar el programa YAM (en inglés, Youth Aware of Mental Health), un proyecto internacional de prevención de salud psíquica diseñado para adolescentes de entre 13 y 17 años. Este programa, coordinado por el Instituto Karolinska y con un aval de éxito clínico desde 2015, busca dar a los jóvenes las herramientas necesarias para gestionar sus emociones, tomar conciencia de su bienestar mental y actuar en consecuencia. Su instauración ya ha dado resultados en países como Suecia o Australia.

Manuel Arrojo, coordinador asistencial de Saúde Mental, y María José Mogo, parte del equipo técnico de psicólogos, son los principales responsables de su implementación en Galicia. Ambos lideran un equipo multidisciplinar que ya ha conseguido que el programa se aplique en múltiples institutos gallegos. "El año pasado logramos hacer 71 intervenciones y este año pretendemos llegar a más 200. Es un salto importante y la respuesta de los alumnos ha sido muy positiva", señala Mogo.

El YAM es un programa de prevención universal que se lleva a cabo con todo el alumnado de tercero de la Eso en cinco sesiones interactivas. Durante estos encuentros, los estudiantes pueden expresar libremente sus inquietudes, compartir sus experiencias y hablar sobre temas tan importantes como el bienestar emocional, la resolución de conflictos o la prevención del suicidio. "La salud mental no es una patología, la tenemos todos", remarca la experta, subrayando que una de las claves del programa es normalizar el diálogo sobre estos temas entre los adolescentes gallegos.

La iniciativa tuvo una muy buena acogida en las aulas gallegas

Los responsables destacan que una de las ventajas del YAM es su capacidad para crear un espacio seguro y libre donde los jóvenes pueden hablar abiertamente, sin sentirse juzgados. "Una vez que pasan el ‘primer susto’ al enterarse de que vamos a hablar de salud mental, se muestran muy receptivos y participativos. Es una actividad diferente y ellos son los verdaderos protagonistas", explica María José Mogo, que también forma parte de dicha actividad. El enfoque es innovador: los alumnos no solo escuchan, sino que también piensan, dan su opinión y construyen sus propias conclusiones.

El YAM está alineado con el protocolo de prevención del suicidio infanto-juvenil de Galicia. Uno de los pilares fundamentales del programa es precisamente la detección temprana de actitudes de riesgo, lo que implica una estrecha colaboración entre los centros educativos y el sistema sanitario. Si un alumno muestra signos de alarma, se activa un protocolo público que incluye la derivación al sistema sanitario, donde los especialistas abordan cada caso de forma individualizada.

Pero más allá de la prevención del suicidio, de forma paralela, los profesionales están tratando en la actualidad otros factores de riesgo, como el consumo de cannabis entre adolescentes, que puede desencadenar problemas de salud mental más graves, como la esquizofrenia. "Además del YAM, estamos promoviendo un estilo de vida saludable entre los estudiantes y darles los recursos necesarios para acudir a los profesionales si lo necesitan", puntualiza Arrojo.

Las expectativas de cara al futuro son altas

El proyecto llega en un momento en el que la salud mental de los adolescentes está bajo el foco. La pandemia ha dejado secuelas emocionales, y los expertos coinciden en que ahora más que nunca es fundamental reforzar las medidas preventivas en el ámbito educativo. En Galicia, la implantación del YAM ha tenido un gran recibimiento, y las expectativas para el futuro son altas. "Nuestra meta es que el proyecto siga después del año 2031 –hasta donde llega el programa– y que todos los institutos de Galicia lo adopten de manera natural en su estructura educativa", señala el doctor Manuel Arrojo.

El programa también apuesta por la sostenibilidad y por instruir a un equipo gallego independiente que pueda asumir el control total de las formaciones y las intervenciones, sin depender del Instituto Karolinska. "Este año se han formado una veintena de instructores y seguimos construyendo una red sólida que pueda mantenerse a largo plazo", añade el psiquiatra. El objetivo es que esta clase de intervenciones preventivas sea una constante en las aulas gallegas, y no una excepción.

No solo se trata de prevenir, sino de promocionar la salud mental

Los responsables del YAM insisten en que el enfoque del programa es integral. No se trata solo de prevenir, sino de promocionar la salud mental en su sentido más amplio, y dotar a los adolescentes de los recursos y habilidades que necesitarán en su vida adulta. "La salud mental no es algo que debamos temer o evitar, sino algo que debemos cuidar, y los jóvenes deben aprender a gestionarla de forma sana", concluye Mogo.

El equipo coordinador del YAM en la comunidad tiene la mirada puesta en un futuro en el que los adolescentes no solo puedan hablar de salud mental sin tabúes, sino también contar con los recursos adecuados para afrontar sus desafíos emocionales con confianza.

La formación de instructores es una de las claves del éxito

Uno de los pilares del éxito del proyecto YAM es la formación de los instructores que llevan a cabo las intervenciones en los centros educativos. El Instituto Karolinska, que es una institución médica con base en Suecia, se encargó de entrenar a los profesionales de sanidad y educación en la comunidad gallega, asegurando que estén preparados para guiar a los jóvenes estudiantes en sus diferentes discusiones sobre salud mental.

En Galicia, ya se han formado 21 instructores para este curso 2024-25 y el equipo coordinador espera seguir ampliando la red de facilitadores en los próximos cursos. "Nuestro objetivo es que el equipo gallego sea independiente y que pueda mantener el programa activo de forma autónoma", destaca Arrojo. La labor de estos instructores es crucial, ya que son quienes generan el ambiente de confianza para que los adolescentes se sientan seguros al hablar de sus preocupaciones. En el curso anterior, el 2023-24, hubo 18 instructores.

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