El despliegue para detener a la vecina acusada de terrorismo sobrecoge Galdo

La operación buscaba prevenir un atentado el Día del Apóstol ► Lucía Expósito Cao, de 45 anos, ya había sido arrestada en el año 2018
La intervención de los guardias en el número siete de la casa de Galdo y foto antigua de la detenida. ELISEO TRIGO
photo_camera La intervención de los guardias en el número siete de la casa de Galdo y foto antigua de la detenida. ELISEO TRIGO

El dispositivo desplegado este martes por la mañana en Galdo para la detención de la vecina Lucía Expósito Cao, de 45 años, acusada de apología del terrorismo tras su supuesta radicalización yihadista, causó un gran revuelo en la localidad, donde residía la mujer junto a familiares desde su regreso de Canarias, de donde dicen que volvió cambiada, según habría confesado su finada madre a vecinos. "Contoumo súa nai cun disgusto tremendo. Antes non era tan sonado iso de inmolarse, pero súa nai dicía que estaba metida niso e que lle lavaran o cerebro".

La operación, que también incluyó la detención de otros tres presuntos colaboradores de Daesh en Guipúzcoa por propagar el ideario yihadista a través de las redes sociales -llevada a cabo en ese caso por la Policía Nacional-, tendría un carácter preventivo ante la cercanía del Día del Apóstol Santiago, debido a que la mujer de Galdo mostró su intención de replicar en Galicia un atentado de características similares a los perpetrados en Barcelona y Cambrils en agosto de 2017.

Fuentes del operativo desarrollado por agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 5 de Madrid y la Fiscalía de la Audiencia Nacional indican que además de consumir propaganda producida por diversos grupos terroristas, la vivariense habría celebrado públicamente acciones violentas como los ataques mencionados.

En base a los indicios obtenidos en la investigación, por la reincidencia y el incremento del nivel de riesgo, debido a la cercanía del Día del Apóstol, la Guardia Civil procedió a la detención por segunda vez de esta mujer, que ya había sido arrestada en el pasado 2018, momento desde el que adoptó numerosas medidas de seguridad con la intención de eludir la vigilancia, que afectan tanto a su actividad en internet o redes sociales como a las comunicaciones telefónicas, así como a su comportamiento en la vida real. El objetivo de la intervención consistió en neutralizar la posible amenaza a la seguridad pública y determinar si estaba siendo instrumentalizada o influenciada por alguien. 

Su marcha a Canarias se produjo a raíz de una herencia familiar y cuando retornó ella misma llegó a comentar que había cambiado de religión

El vecindario aún estaba en shock por la tarde tras una mañana de asedio en el entorno de la vivienda por parte de la Guardia Civil, cuyas unidades de Intervención Rápida con armas automáticas sorprendieron a los vecinos, que se preguntaban "que pasaría na casa do Chapiña". La intervención se acompañó con guardias de paisano de la Policía Judicial. "O pescadeiro viña branco do medo que colleu, foi ata alí e saíulle un garda cunha metralleta, e pensou 'pés para que vos quero'; o garda preguntoulle se era daquí e díxolle: 'Non, veño vender o peixe', e largouse". Él constató que tenían el acceso al lugar de Outeiro cortado y que no permitían el paso.

Otro vecino fue a dar de beber a unas vacas que tiene en campos de esa zona y del medio de la hierba salió un guardia con una metralleta, "que estaba deitado no medio da herba grande apuntando para a casa". La operación culminó pasada la una de la tarde con la detención de la mujer, aunque el dispositivo se instaló desde las ocho y media de la mañana. "Estiveron atrincheirados polos campos ata case as dúas da tarde".

Todo o mundo lle escapaba cando empezaba con esas historias do islamismo, pero non lle dábamos importancia

En la zona desconocen si la mujer tenía algún empleo aunque creen que cuidaba a personas mayores, a lo que siempre estaba dispuesta a ayudar. Relatan que la Guardia Civil la tenía fichada porque andaba sin carné de conducir, sin seguro ni carné de identidad. Algunos la consideraban "una anarquista, una libertaria, unha rapaza rara, que non participaba en colectivos nin actos, á que non lle interesaba esta sociedade". Defendía no pagar los impuestos.

Su marcha a Canarias se produjo a raíz de una herencia familiar y cuando retornó ella misma llegó a comentar que había cambiado de religión.

Unidades especiales de la Guardia Civil tomaron el barrio vivariense y cundió temor entre el vecindario de la parroquia

Había quien ya eludía a la mujer cuando se la encontraban, porque "todas as normas que hai neste país están mal, o que máis e o que menos a esquiva". "Todo o mundo lle escapaba cando empezaba con esas historias do islamismo, pero non lle dábamos importancia porque respectamos á familia. En Viveiro díxome que eu era a culpable de que mataran á xente, que era unha criminal", mientras a otro vecino le dijo "vaite castigar Alá" por llevar santos en las procesiones. "Andaba seguido co Islam a voltas", señalan algunos que la conocen.

Otros creen que podría padecer problemas psicológicos pero no que sea capaz de llevar a cabo un atentado. Su posible regreso a Galdo no agradaría a personas que piensan que no la retendrán. Recuerdan que su madre decía que "ao ser maior de idade non podía facer nada", pero que le gustaría que recibiese atención médica. Todos desvinculan a su familia de lo sucedido. Dicen que recientemente se movía mucho en el coche.

ALQUILAR UNA FURGONETA. Fuentes de la investigación indicaron al diario La Razón que la supuesta yihadista había comenzado a gestionar el alquiler de una furgoneta con el propósito de perpetrar algún atropello masivo del tipo del ocurrido en La Rambla de Barcelona. También le atribuyen el consumo de propaganda de diversos grupos terroristas y la celebración de las acciones violentas, de estos, como la citada. La Guardia Civil ya había detenido a la mujer durante el pasado 2018, momento en el que tomaría medidas de seguridad al moverse en internet, comunicaciones telefónicas y con su comportamiento para eludir la vigilancia.

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