Carmen González, psicóloga: "Las secuelas por los incendios serán menos si las autoridades facilitan volver cuanto antes a la rutina"
El Colexio de Psicoloxía de Galicia expresó en los últimos días su solidaridad con los afectados por los incendios, señalando el sufrimiento al que se ven expuestos. ¿Qué efectos pueden sufrir?
Tanto en este tipo de emergencia como en otras, las consecuencias psicológicas van a depender del apoyo social percibido y la confianza en la comunidad, de la capacidad propia de afrontamiento y de lo rápido que se pueda restablecer la seguridad. Es decir, si las autoridades o la estructura social hacen que se pueda volver cuanto antes a la rutina, restaurando los servicios y los sistemas de cuidado o de convivencia existentes, los efectos serán menos. Pero, si todas estas cosas fallan, las personas pueden desarrollar sensación de agotamiento, incapacidad, desesperanza ante el futuro y dificultades de concentración e incluso para las relaciones sociales. Las consecuencias psicológicas no dependen solo de la gravedad de los hechos.
A nivel individual, ¿existen algunas pautas aplicables para tratar de superar este trance?
No hay manera de que, ahora mismo, durante la emergencia, esto no duela. Hay que procurar mantener unas pautas de autocuidado, como respetar, en la medida de lo posible, los tiempos de descanso y sueño, la alimentación y las pautas de higiene. También hay que estar atento a las indicaciones de los operativos para cooperar y para que todos rememos en una misma dirección. Y toca cuidar de los nuestros, protegerlos, saber dónde están y que se encuentran a salvo. Estas pautas pueden ayudarnos, en el meollo de la emergencia, a llevarlo lo mejor posible para no bloquearnos o que nos den crisis de ansiedad. A nivel emocional, es importante permitirnos recibir el cuidado de los nuestros y de la comunidad. Y darnos cuenta de que esta es una situación grupal en la que debemos colaborar unos con otros sin discusiones o duelos de egos. Hay que contribuir en una misma línea. Que cada uno haga cosas distintas nos puede poner en riesgo y dificultar más el operativo. Además, hay que confiar en los que nos están rescatando.
¿Qué perfiles son más vulnerables ante este tipo de catástrofe?
Aquellos colectivos que habitualmente ya tienen esa consideración: personas con poco apoyo social, con menos recursos físicos o intelectuales. No obstante, cualquier emergencia nos genera a todos una sensación de incertidumbre e inseguridad al no saber hasta dónde podemos intervenir o protegernos. Para reducir la vulnerabilidad es fundamental el apoyo social. A veces pensamos que hacer voluntariado consiste solo en ir a apagar el fuego o abrir zanjas, pero también lo es acudir a ayudar a que no cunda el pánico y a restaurar la confianza entre personas.
Algunos expertos hablan de 'solastalgia', como la desazón que nos invade al ver nuestro entorno natural destruido. ¿Existe este fenómeno?
En las clasificaciones diagnósticas no figura. Pero desde luego que somos seres naturales que precisan de la tierra para vivir y de la comunidad. Cualquier situación que ponga a unos en contra de otros o que haga que nuestro entorno peligre, claro está, nos tiene que asustar. Es natural reaccionar si vemos que la tierra sufre, los ríos se contaminan, los bosques arden y los animales mueren. Lo anormal sería que nos fuese indiferente.
No hay manera de no sentir dolor durante una emergencia como esta. Hay que procurar mantener unas pautas de autocuidado"
¿Qué secuelas pueden sufrir los efectivos de extinción después de tantos días de lucha?
Al igual que para el resto de la población, las secuelas van a depender del apoyo que perciben, de si se sienten abandonados o no, de si la administración les pone recursos y les facilita cambios de turnos y de que la población respete las indicaciones. También dependerá de cómo se cuidan y colaboran entre ellos. Partiendo de que cada persona lo va a vivir de manera distinta, influirán la situación vital y los recursos emocionales de cada uno. Las secuelas pueden ser iguales a las del 'burnout'.
¿En qué consiste?
Cuando personas que trabajan en tareas de rescate ven cosas muy duras y no consiguen el resultado que desean puede ser terrible. Les puede agotar, llevar a creer que su labor no tiene sentido y provocar sentimientos de culpa, pensando que no hicieron todo lo debido. Cuando un profesional está afectado se pueden dar cambios de humor, aislamiento, dificultades de concentración y un descuido en el autocuidado. Pero esto no quiere decir que todos lo vayan a sufrir. Tanto para la población general como para los profesionales, es importante distinguir cuando el nivel de afectación requiere de un cuidado especial o cuando lo que se necesita es descansar cuerpo y mente. No siempre, porque haya situaciones difíciles, los daños psicológicos son irreparables.