La tasa de infección por virus del papiloma humano es elevada entre hombres cuyas parejas tienen lesiones de cérvix de alto grado, según recoge en su tesis doctoral la uróloga del complejo hospitalario de Vigo Elena López-Díez.
La tesis de esta especialista avala otros estudios que entre 2009 y 2013 analizaron 400 casos de mujeres con lesiones cervicales de alto grado causadas por la infección por virus del papiloma humano, mientras que entre 2014 y 2016 se estudiaron 175 casos de hombres parejas de estas pacientes.
Con los datos en la mano, la conclusión de López-Díez es que estos hombres presentan un alto grado de infección por virus del papiloma humano de alto riesgo oncogénico.
El trabajo de campo ha corrido a cargo de un grupo multidisciplinar de urólogos, ginecólogos, especialistas en VIH y medicina interna, cirujanos, anatomopatólogos, microbiólogos y otorrinolaringólogos del complejo hospitalario de Vigo, detalla el Servicio Gallego de Salud en un comunicado.
Todos ellos están integrados en un grupo denominado GECAO, que se dedica al estudio e investigación de la infección por virus del papiloma humano.
El grupo del virus del papiloma humano (VPH) contiene más de 150 tipos diferentes, de los que más de 40 se transmiten sexualmente y pueden infectar al área anogenital y orofaríngea de hombres y mujeres, y en algunos casos son de alto riesgo y potencialmente oncológicos.
La infección por VPH constituye la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en la población sexualmente activa.
La prevalencia de la infección está asociada a la edad, el inicio precoz de las relaciones sexuales, el tabaco y el número de relaciones sexuales a lo largo de la vida.
La doctora Elena López-Díez señala que el objetivo de su tesis no es alarmar, sino concienciar de la necesidad de conocer los riesgos que puede haber en la población masculina y atajarlos.
Sostiene que esa concienciación debe realizarse desde tres puntos de vista: como padres, mediante la vacunación; como personas, mediante el conocimiento de si está o no entre los grupos de riesgo; y como miembro de una pareja, mediante el conocimiento de lo que supone esta enfermedad.
Dado que en estos momentos no existe un cribado de la población masculina sobre este tipo de infecciones, el conocimiento y la prevención son "las dos pautas esenciales" que hay que seguir, sostiene esta especialista.
