Evitar la pobreza en Galicia queda en manos de las pensiones y las políticas sociales
Unas 384.000 personas viven en la pobreza en Galicia. El dato, de 2024, suena fuerte. Pero son 140.000 vecinos menos en esta situación que el año previo. Entre las razones de este avance destacan el aumento de la renta media –que creció "o dobre que no resto de España"– o la inclusión sociolaboral de la población migrante. Pero, "por si só", el crecimiento económico no es suficiente.
Con la "emerxencia" de la vivienda sin resolver, las "políticas sociais activas" suponen un pilar contra esta lacra. De hecho, sin las transferencias de Gobierno, Xunta o concellos, la tasa de pobreza se triplicaría, metiendo en ella a 760.000 personas más, advirtió este viernes la Rede Galega de Loita Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN Galicia).
Más allá del ingreso mínimo vital o la Risga, entre otras prestaciones, en una comunidad envejecida como la gallega sobresale el rol de las pensiones de jubilación, cuyos beneficios irradian a toda la familia: reducen la pobreza 59,5 puntos entre los mayores de 65, pero "tamén o fan 9,2 puntos entre o resto da poboación". Y eso que la cuantía de "cerca da metade" de estas "non supera o limiar da pobreza" –es decir, que no llegan a los 827 euros mensuales en catorce pagas, el peor balance autonómico– y, más aún, una de cada cinco el de pobreza severa.
En la presentación de su informe anual en el Parlamento gallego, EAPNG Galicia afirmó que los datos de 2024 conducen al optimismo, en parte vinculados a unas rentas medias que llegaron a los 14.558 euros, 1.411 más que en 2023, o a que Galicia logra ser "a comunidade con menos desigualdade" entre su población.
También a las "políticas de inclusión social da poboación estranxeira", favorecidas porque Galicia sea "única comunidade na que nas súas institucións non existen partidos que difundan o discurso de odio e a xenofobia" y que "facilitan unha mellora das condicións de vida destas persoas" que, por su parte, "contribúen a paliar o decrecemento" de la población. Hasta el punto de que los vecinos extranjeros tienen "unha taxa de emprego máis elevada" y su tasa de pobreza se ha reducido más que los nacidos en España.
Con todo y ello, no evita que ser extranjero sea sinónimo de apuros: su tasa de pobreza es del 50,1%, cuando entre los naturales del país es del 15,6%.
El problema de la vivienda
Sin embargo, la entidad también pidió "cautela" ante unos resultados que "seguen mostrando cifras elevadas" –como que unas 160.000 personas sufren pobreza severa al sobrevivir con menos de 644 euros al mes en un hogar unipersonal o con menos de 1.300 euros en uno con dos adultos y dos menores–, así como la continuidad "dunha serie de problemas estruturais".
Empezando por el acceso a una vivienda "digna, axeitada e accesible". Porque, entre los hogares pobres, un tercio de los ingresos se los come la casa. De hecho, aumentan seis décimas, hasta el 5,1% de la población, quienes residen en hogares "con falta de espazo". Se percibe, además, una brecha entre propietarios y arrendatarios: un 36,1% de las personas que viven en alquiler están en riesgo de pobreza frente a un 14,8% de los que son propietarios.
El informe halla en la discapacidad otro "factor determinante", porque los miembros de este colectivo arrojan una tasa de pobreza y exclusión social del 28,7%, casi trece puntos más que las personas sin discapacidad, por lo que urge a "reforzar as políticas públicas e sistemas de protección social".
Pobreza con rostro de mujer
En cambio, ante la caída de 10,7 puntos del riesgo de pobreza y exclusión social infantil, hasta lograr un mínimo histórico del 17,5%, "revértese a tendencia de que ter fillos é un factor de empobrecemento". Apunta aquí a la influencia de políticas autonómicas de protección a las familias como la gratuidad de las escuelas infantiles o la Tarxeta Benvida.
Aunque los resultados no son tan positivos para las familias monoparentales, ya que la pobreza sigue afectando al 50,3% de sus miembros. Además, "máis do 80%" de estas las encabezan mujeres.
Porque la pobreza sigue teniendo rostro femenino: de esas 384.000 personas afectadas, 216.000 son mujeres y 168.000, hombres. A pesar del aumento del empleo femenino y de una menor brecha salarial, "traballan en maiores condicións de precariedade laboral e soportan unha maior proporción de persoas con xornada a tempo parcial", lo que afecta a sus salarios y pensiones.
Y regresando al impacto de las prestaciones públicas, contribuye que el 63,6% de las pensiones de viudedad estén por debajo del umbral de la pobreza.
A Coruña y Lugo lideran el gasto en las ciudades
EAPN Galicia analiza, por primera vez, el gasto en políticas sociales en las siete ciudades, ya que los concellos son, junto al resto de administraciones, "responsables de garantir o benestar da poboación e reducir as taxas de pobreza e desigualdade mediante a inversión en políticas sociais ou en vivenda". Y las "signifivativas" diferencias detectadas "deberían ser motivo de reflexión", avisó su presidenta, Ana Pardo.
El gasto por habitante roza los 126 euros en A Coruña, en Lugo es de 107,64 y en Ferrol se acerca a 106. Ourense (92,44 euros) y Santiago (89,59 euros) ya bajan de la centena, pero en Vigo y Pontevedra el dato se desploma hasta los 72,79 y los 48,65 euros, respectivamente.
Por otro lado, la tasa de población en riesgo es mayor en zonas rurales (20,5%) que en urbanas (18,2%).
Voluntad política
El director de EAPN GAlicia, Xosé Cuns, expuso que la mejoría de los datos de pobreza en Galicia y el empeoramiento en cambio en otras como Madrid, Castilla La Mancha, Murcia o Castilla y León, se debe a que alguna de estas últimas ha cometido "o erro garrafal político de non impulsar medidas propias contra a pobreza".
Así, reiterando que todas las administraciones juegan un papel clave en la reducción de pobreza con sus políticas sociales y medidas de protección, la entidad marca como retos para continuar reduciendo la pobreza en Galicia la modificación de la ley de inclusión social "para facilitar o acceso á Risga e a súa complementariedade co ingreso mínimo vital mentres non sexa transferido á Xunta", el apoyo a las familias monoparentales "acatando por fin a Lei de Impulso Demográfico de Galicia" y garantizar programas integrales de inclusión sociolaboral.
"A mellora da maioría dos indicadores demostra que cando hai vontade política e compromiso orzamentario conxunto das administracións, é posible avanzar. Non é casualidade. En Galicia, estes indicadores melloran moito máis que no conxunto do Estado", resumió Pardo para demandar coordinación y trabajo conjunto entre las administraciones, así como recursos suficientes.