"Si se gestiona bien, ser altamente sensible es una herramienta para lograr grandes cosas"
Este viernes se celebró en Santiago la presentación oficial de Agalas, la primera Asociación Gallega de Alta Sensibilidad. El evento tuvo lugar en la Facultad de Filosofía de la USC, donde numerosos expertos y personas altamente sensibles (PAS) se dieron cita para arrojar luz sobre este rasgo de la personalidad, que afecta a un 20% de la población mundial.
La asociación, liderada por la psicóloga sanitaria Ana Belén Vidal Ramos (Lugo, 1972), surge con el propósito de "crear una comunidad en Galicia que ayude a las personas altamente sensibles a entenderse mejor y a gestionar su rasgo". Ella deja bien claro que la alta sensibilidad no es un síndrome ni una patología, sino "una forma de ser, como lo es ser introvertido o extrovertido".
La psicóloga enfatiza que no se trata de un diagnóstico clínico, sino de una característica inherente que, bien gestionada, puede aportar grandes ventajas: "Ser altamente sensible no debería ser una desventaja; al contrario, si se gestiona bien, es una herramienta poderosa para lograr grandes cosas".
Vidal destaca las cuatro características fundamentales que definen a las PAS: "Un procesamiento profundo de la información, una gran empatía innata, una mayor capacidad de observación y la tendencia a la sobreestimulación".
Este rasgo, descubierto por la psicóloga e investigadora Elaine N. Aron en los años 90, se ha convertido en un área de creciente interés en la psicología moderna. "El cerebro de una persona altamente sensible procesa más información y lo hace con mayor profundidad", expone Vidal. Sin embargo, este procesamiento exhaustivo puede derivar en saturación, "como un ordenador que recibe demasiados datos y necesita desconectar".
Agalas nace, en palabras de su presidenta, "con la necesidad de crear una tribu, un espacio seguro donde las personas altamente sensibles puedan compartir sus experiencias y proyectos".
Una asociación que nace de la experiencia
Durante sus más de 23 años de experiencia en el ámbito de la psicología, observó que muchas de las personas que acudían a su consulta mostraban este rasgo, lo que la llevó a especializarse en alta sensibilidad. "Me di cuenta de que no había ninguna asociación en Galicia, y pensé: ¿por qué no crear una comunidad que nos permita entendernos y apoyarnos mejor?", señaló.
Entre los objetivos de Agalas, destaca la importancia de dar visibilidad al rasgo y eliminar los estigmas que aún la rodean. "A menudo se confunde con debilidad emocional o vulnerabilidad, pero no tiene nada que ver con eso", explica, subrayando que reconocer este rasgo puede suponer un alivio para quienes lo descubren: "Cuando te das cuenta de que eres altamente sensible, todo cobra sentido".
"Vivimos en una sociedad que va muy rápido y está llena de estímulos"
Otro de los aspectos clave que aborda la psicóloga lucense es la importancia de gestionar adecuadamente la sobreestimulación a la que se ven expuestas las PAS. "Vivimos en una sociedad que va muy rápido y está llena de estímulos", comentó Vidal, haciendo hincapié en la necesidad de que las PAS aprendan a poner límites y a priorizar momentos de desconexión. No obstante, subrayó que este rasgo también conlleva ventajas, como la capacidad de captar detalles que pasan desapercibidos para otros o una empatía que facilita conectar con emociones ajenas.
Agalas, además de presentarse como un apoyo y punto de encuentro para este grupo de personas, tiene como objetivo colaborar con otras asociaciones estatales y fomentar encuentros presenciales que permitan a las PAS gallegas compartir sus inquietudes. "El contacto físico, tras la pandemia, es algo que la gente demanda más que nunca", aseguró la presidenta de Agalas.
