La hermana del Chicle: "Con Enrique no vale ni el perdón ni visitarlo a prisión; mató a una niña"

María es la única familiar directa de El Chicle que lo repudia. "Si lo tuviera delante llegaría a las manos, seguramente", confiesa. Y reconoce que apellidarse Abuín Gey le cierra muchas puertas

María Abuín Gey no reniega de sus apellidos, aunque supongan un tremendo lastre para ella: "Cuando voy a buscar un trabajo y ven mis datos, esa plaza deja de estar disponible". Tampoco los repudia pese a no tener, a día de hoy, absolutamente ningún vínculo con sus progenitores ni hermanos, hasta el punto de considerarse "huérfana". "Mejor eso que tener a unos padres que siguen adorando a su niño mimado, aunque sea un asesino", justifica en una entrevista concedida a Espejo Público

María Abuín. EPA María la separó de su familia el crimen que perpetró su hermano, El Chicle, aunque para ella sigue siendo Enrique. Su mote le llegó a la par que sus primeros escarceos con los robos y el trapicheo de drogas, ya que en el mundo de la delincuencia es norma llamarse por apodos. Sus padres, cuenta ella, "siempre le consintieron todo, lo que decía él iba a misa". Y "siguen haciéndolo", lamenta, pese a "saber que mató a una niña". 

Y es que María, que declarará como testigo en el juicio, no concibe cómo se puede "apoyar a un asesino". "Ellos tienen nietas, incluida la hija de Enrique. Que le maten a alguna, a ver si les gustaría que los padres del asesino fueran a verlo a prisión como van ellos", se pregunta. "Por mucho que sea tu hijo ha matado a una niña; yo no quiero saber nada de ninguno de ellos", zanja vehemente. 

"Es duro apellidarse Abuín Gey. Cuando voy a buscar un trabajo y ven mis datos, ese puesto deja de estar disponible", dice María

En su alocución, María incluye implícitamente a su hermana Ana, con quien llegó a protagonizar un altercado en Rianxo después de que esta la abordase por la calle para recriminarle, a gritos, que diese la espalda a El Chicle. Eso fue hace seis meses, en los que la postura de María no ha variado un ápice. "Con mi hermano no vale el perdón, si lo tuviera delante llegaría a las manos, seguramente", dice, antes de desear "que tenga el castigo que se merece, que nunca será suficiente por lo que ha hecho". 

Además, María deseó suerte a los padres de la víctima de cara al juicio. Precisamente la madre estaba viendo el programa y llamó para "dar las gracias a María, que es otra víctima más de esta desgracia".