El Juzgado de Instrucción 2 de Caldas de Reis volvió a ser este miércoles el escenario fundamental en relación con la investigación que subyace del triple crimen de Valga. La jueza, consciente de la necesidad de que los dos huérfanos que presenciaron el crimen puedan reconducir sus vidas lo antes posible, ordenó la exploración de ambos para la obtención de sus testimonios como prueba preconstituida, de forma que los testimonios que vertieron este miércoles sobre lo sucedido serán los únicos que tendrán que efectuar, evitando su presencia en el juicio oral.
Para ello, la magistrada echó mano de un equipo de expertos, especialistas en el trato con los menores. No se trató, pues, de un interrogatorio al uso, sino que se realizó intentando reducir, en la medida de lo posible, la victimización secundaria de los pequeños. José Luis Abet, autor confeso del asesinato de Sandra, Alba y María Elena (su expareja, su excuñada y su exsuegra), tuvo que estar presente en la diligencia, aunque en ningún momento se produjo encuentro alguno entre él y sus hijos, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
Los pequeños explicaron lo que vieron: cómo su padre, revólver en mano, descerrajó varios tiros sobre el cuerpo de su madre, que se hallaba en el interior del coche. Uno y otro se encontraban en el vehículo, prestos para acudir al colegio.
Tras la práctica de la prueba, la jueza tomó una determinación que no por aguardada deja de ser importante: dictó la pérdida de la patria potestad para Abet, que, tras conocer la noticia, fue conducido de regreso a la prisión provincial de A Lama.
Ya por la tarde, el auditorio de Valga acogió un multitudinario sepelio en el que vecinos, amigos y familiares dieron el último adiós a las tres víctimas. Autoridades del Estado, la Xunta y la Deputación acudieron al oficio que dirigió el arzobispo Julián Barrio.
Los expertos en Criminalística de la Guardia Civil trabajan en ello. Partiendo de la base de que Abet carece de licencia para el uso del revólver que fue hallado en el cauce del río Tambre, lo más probable es que lo adquiriese en el mercado negro, bien a través de Internet o bien a personas que se dedican a la venta ilícita en la provincia de Pontevedra.
El criminal disparó 15 veces pero llevaba consigo muchas más balas, que tiró al río.