Investigadores gallegos dan con una terapia para reducir los daños tras sufrir un ictus
Una investigación encabezada por el doctor experto en Bioquímica Alberto Ouro Villasante --que forma parte del grupo de Neuroenvejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (Idis), que coordina Tomás Sobrino-- ha sentado las bases para desarrollar una terapia innovadora para tratar el ictus isquémico, la primera causa de mortalidad derivada de una patología.
La revista Metabolism publicó el estudio, realizado conjuntamente con el grupo de NeurObesity del Cimus, liderado por el profesor Miguel López, cuyo resultado es una nueva herramienta terapéutica para abordar estos accidentes cerebrovasculares, cuyas opciones terapéuticas "siguen siendo limitadas" en la actualidad, como señala el Idis.
¿En qué consiste la terapia?
Se basa en el uso de pequeñas vesículas extracelulares para inhibir de forma selectiva la proteína AMPK cerebral. Se trata, según explica el Idis, de una tecnología "que ha sido protegida por patente" por el equipo gallego con el fin de impulsar su desarrollo terapéutico y su "posterior aplicación clínica. Los hallazgos de los científicos indican que su estrategia contribuye a reducir el tamaño de la lesión cerebral, además de mejorar la recuperación funcional.
En 2023, más de 1.800 gallegos perecieron por un accidente cerebrovascular
El ictus isquémico es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en el mundo. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2023, más de 1.800 gallegos perecieron por causa de una enfermedad cerebrovascular. Esta cifra equivale al 5,5% de los óbitos.
"Las vesículas extracelulares representan una herramienta prometedora para desarrollar terapias más seguras y dirigidas", destaca Ouro, el autor principal del estudio
El Idis expone que, aunque se sabe que fumar "aumenta el riesgo de sufrir un ictus", por lo que debe evitarse el tabaco, las investigaciones de los grupos compostelanos observaron que "los pacientes fumadores pueden presentar una mejor recuperación funcional tras sufrir un infarto cerebral. Se trata de la 'paradoja del fumador en el ictus'. En este sentido, el estudio refleja que la nicotina "tiene un efecto neuroprotector al inhibir la proteína AMPK en el cerebro", lo que reduce el daño tras un ictus y mejora la recuperación neurológica y funcional en las pruebas realizadas con ratas isquémicas, recurriendo a la resonancia magnética.
Vistos los riesgos de la nicotina para la salud, los investigadores desarrollaron una alternativa terapéutica basada en la administración de vesículas extracelulares diseñadas para inhibir de forma específica la AMPKα2 en el cerebro. Y los resultados muestran que este enfoque "reduce significativamente" la lesión, además de "mejorar las funciones motoras y cognitivas" en modelos experimentales de ictus.
"Las vesículas extracelulares representan una herramienta prometedora para desarrollar terapias más seguras y dirigidas", destaca Ouro, el autor principal del estudio.
Para poder dar los siguientes pasos, que implican trasladar los avances al ámbito clínico, los investigadores registraron una patente que protege el uso de vesículas extracelulares en el abordaje del ictus. Ouro indica que el objetivo es "avanzar en el desarrollo de esta terapia y facilitar su llegada a los pacientes, superando los retos de toxicidad, escalabilidad y producción a nivel clínico".
Ahora, queda por delante realizar nuevos estudios para evaluar "la seguridad y eficacia" de la estrategia en humanos para desarrollar nuevos abordajes para los pacientes.
