El lotero de A Coruña acusado de quedarse una Primitiva de 4,7 millones ya tiene fecha para el juicio
Manuel Reija, responsable de la administración de lotería de la Plaza de San Agustín, en A Coruña, y su hermano, Miguel, por entonces delegado de Loterías y Apuestas del Estado en la ciudad herculina, ya tienen fecha para el juicio en el que se les acusará de quedarse con un boleto de Primitiva premiado con 4,7 millones de euros de un cliente en 2012.
La vista comenzará el 13 de abril de 2026 viene en la Audiencia de A Coruña, donde la Fiscalía solicitará para el primero seis años de cárcel por un delito de estafa o, alternativamente, por apropiación indebida, y otros seis años para el segundo, en su caso por blanqueo de capitales o por encubrimiento, según confirmaron fuentes judiciales a Europa Press.
Los hermanos Reija siguen en libertad provisional pasados trece años de un suceso que tuvo en vilo a la ciudad herculina, puesto que hubo cientos candidatos que se presentaron como legítimos acreedores de esa Primitiva presuntamente olvidada, sin que ninguno consiguiera convencer a las autoridades de que era el verdadero agraciado.
Tampoco lo logró Manuel Reija, quien durante la investigación aseguró que se había encontrado el resguardo encima del mostrador de su establecimiento y que, antes de desecharlo, comprobó si llevaba premio. Y este era nada menos que de 4.722.337,75 euros.
Es la misma cantidad a la que, ahora, asciende la fianza conjunta y solidaria que deben aportar los hermanos para asegurar las responsabilidades que se le pudieran imponer en la sentencia. Y con embargo de bienes previsto si no consiguen juntarla, tal y como ratifica el auto de apertura de juicio.
El engaño
Porque, según sostiene el informe policial, el verdadero ganador de la Primitiva selló el boleto, con números elegidos por la máquina, en la administración de loterías número 44 de A Coruña, en el Carrefour de la Avenida de Alfonso Molina, pero luego fue a comprobar su suerte al despacho de Reija. Allí, prosigue el documento, el lotero le habría engañado diciéndole que no tenía premio. No le devolvió ni el resguardo ni el comprobante.
Es entonces cuando entra en juego su hermano, Miguel, delegado de Loterías en A Coruña, quien presenta la versión del hallazgo fortuito del billete al presidente de Loterías y Apuestas del Estado.
Con el boleto en la caja fuerte de la entidad, Manuel reclama su cobro, pero Loterías y Apuestas no solo encarga rastrear las huellas dactilares en la Primitiva, sino que termina entregándosela al Concello de A Coruña para que busque a su dueño.
Ninguno de los alrededor de 300 candidatos que se postularon como propietarios del billete cuadró con los datos que manejaban Loterías y el Ayuntamiento. En cambio, la investigación de la Policía Nacional apuntó a un hombre ya fallecido. Sus herederos reclaman el premio.