El mapa de la población extranjera en Galicia: del 19% del censo en Oímbra al 0,6% de Cervantes

Los vecinos de Galicia con otra nacionalidad llevan aumentando su peso siete años seguidos hasta suponer ya seis de cada cien habitantes
Dos trabajadores extranjeros, en un andamio. AEP
Dos trabajadores extranjeros, en un andamio. AEP

Casi seis de cada cien habitantes de Galicia son extranjeros. En concreto, son el 5,74% de los vecinos de la comunidad, "o maior valor" de la serie histórica, destaca el Instituto Galego de Estatística. De hecho, esta tasa creció más de dos puntos en una década, con Lugo como la provincia donde más peso ganaron y Pontevedra, donde menos. Porque, en todo caso, su distribución es desigual entre los concellos gallegos: mientras que en Oímbra representan el 19% del censo municipal, en Frades, Campo Lameiro y Cervantes no llegan al 1%.

El Ige presentó este viernes la actualización de datos sobre las personas con nacionalidad no española en Galicia a 1 de enero de 2024. En ella se refleja el progresivo aumento de su influencia a través de los intercambios migratorios positivos con el exterior y el saldo vegetativo negativo en un territorio marcado por el envejecimiento demográfico, puesto que este colectivo –el 93% del cual tiene menos de 65 años– ha pasado de suponer el 3,57% de los habitantes en 2014 al 5,74% el curso pasado, tras siete años de ascenso ininterrumpido. 

Son 155.281 personas de las 2.705.833 que recoge el censo anual de población. Asimismo, el 3,4% de estos ciudadanos ya ha nacido en la propia Galicia y la estadística deja fuera a aquellos que cuentan con pasaporte español –sobre todo por ser descendientes de emigrados o por motivo de residencia–.

Porque, en conjunto, las personas nacidas en el extranjero y que ahora viven en la comunidad son 305.251 –lo que equivale al 11,28% del total–.

Destacan en Ourense y Lugo

En relación a su población, los vecinos de otra nacionalidad son más en la provincia de Ourense (7,07%) y Lugo (6,95%), que es además donde más aumentaron en una década: prácticamente tres puntos porcentuales. En A Coruña son el 5,52% de los empadronados y en Pontevedra, el 5,16%. Coincide que esta última es donde menos peso han ido sumando, con apenas punto y medio en estos diez años.

El reparto tampoco es uniforme en las siete ciudades, porque en A Coruña, Lugo y Ourense superan el 8% del total del censo, en tanto que en Pontevedra y Ferrol no llegan al 6%. Y entre medias quedan Santiago y Vigo, igualadas en el 7,1%.

En línea con la estadística provincial, en cuanto a los ayuntamientos de menor tamaño, los mayores porcentajes se observan en concellos ourensanos y lucenses: Oímbra (19%), A Mezquita (15,5%), Carballeda de Valdeorras (14,7%), Burela (13,35%), Verín (13,17%), Entrimo (12,31%), O Barco de Valdeorras (12,31%), Monforte (11,05%), Rábade (10,58%) y Meira (10,32%).

Las ratios van descendiendo gradualmente a lo largo de una lista que cierran Portas (1,33%), A Illa de Arousa (1,32%), As Nogais (1,28%), Rianxo (1,26%), Dodro (1,22%), Mesía (1,14%), Lousame (1,12%), Frades (0,87%), Campo Lameiro (0,82%) y Cervantes (0,59%).

El mapa de la población extranjera de Galicia

La capacidad de atracción de Galicia

El Ige también publicó el saldo migratorio de Galicia de 2023, año en el que se establecieron en la comunidad 25.738 personas más de las que se marcharon de ella –sea al resto de España, sea más allá de sus fronteras–.

El balance, que lleva acumulando números verdes desde 2016, es el segundo más alto de una serie histórica que llega a 2011. Es, eso sí, un 5,6% inferior al de 2022, con Lugo como única provincia donde fue a más.

En consonancia con su peso demográfico, las siete urbes arrojan los mejores datos, con A Coruña y Vigo a la cabeza. Lugo es la tercera al ganar 1.626 vecinos. Pontevedra es la última de ellas, tras sumar 860 personas. 

La entidad sostiene que, desde 2016, la capacidad de atracción de Galicia es mayor que la propensión de sus habitantes a marcharse. En 2023 se refleja en que hubo 22,9 entradas por cada mil habitantes por 13,3 salidas.

Centrándose en la población en edad laboral, que proporciona "información relevante sobre o dinamismo do territorio", la diferencia más amplia entre ambas se observa en Lugo: si se registró la emigración de unos 41 vecinos por cada mil de entre 16 y 64 años, a cambio inmigraron 62.