El Ministerio de Igualdad traza el mapa de la prostitución en Galicia y España
La prostitución prospera en España en una especie de limbo: no es ni legal ni ilegal. El Código Penal sí contempla castigos para el proxenetismo, la trata y la contratación de servicios sexuales de menores, al tiempo que la Ley de Seguridad Ciudadana permite sancionar tanto la "solicitud" como la "aceptación" de "servicios sexuales retribuidos" en la vía pública "en las proximidades de lugares destinados a su uso por menores" o cuando "puedan generar un riesgo para la seguridad vial". Pero, como tal, no hay una prohibición del trabajo sexual.
De hecho, el Ministerio de Igualdad trata de ponerle cifras: en 2023, había "al menos" 114.576 mujeres mayores de edad en situación de prostitución en el país, 4.053 de ellas en Galicia, calcula. Pero esta es apenas una aproximación bosquejada tan solo a través de los anuncios publicados en internet –una práctica precisamente vetada por ley desde septiembre de 2022–. La estimación completa eleva su número total a "entre 152.735 y 184.234 mujeres".
Únicamente teniendo en cuenta las ofertas sexuales que afloran de forma explícita en la red –y descontando además modalidades exclusivamente virtuales como las webcams u OnlyFans–, este macroestudio indica que la prostitución afecta a 33 de cada 10.000 mujeres mayores de edad en la comunidad, la décima tasa de entre todas las autonomías.
El ministerio identifica a 1.834 personas prostituidas en A Coruña, 1.417 en Pontevedra, 487 en Lugo y 315 en Ourense. En términos relativos, las ratios provinciales también siguen este orden: 36 mujeres afectadas por cada 10.000 mayores de edad en A Coruña, valores en torno a la media gallega en Pontevedra y Lugo y de poco más de 22 en Ourense.
Todas ellas quedan lejos de las descomunales tasas de la costa mediterránea, epicentro del comercio sexual español: es de 128 personas en Lleida, 121 en Baleares, 104 en Barcelona, 98 en Girona, 94 en Valencia o 92 en Tarragona.
Explotación y trata
En todo caso, el propio informe invita a "tomar con prudencia" los números. Entre otros, porque internet es inabarcable y especialmente recóndito en cuanto a servicios delictuosos –es imposible cuantificar las menores prostituidas–. También porque muchas de las trabajadoras sexuales no se ofrecen en internet –como las que ejercen en clubes o hacen la calle–.
Así, los analistas han intentado afinar las cifras con hipótesis. Por ejemplo, aluden a que "diversas investigaciones internacionales" consideran que alrededor de una de cada cuatro prostitutas queda fuera de la red, por lo que, en cuanto a Galicia, el total de mujeres quedaría por encima de las 5.000.
Sea como fuere, ya solo esta prostitución manifiesta, disponible negro sobre blanco en las pantallas, permite extraer conclusiones tan inquietantes como que 27.757 de las mujeres se promocionan en anuncios que arrojan tantas 'banderas rojas' –se publicitan mujeres en plural, se destacan como "novedad", se hace alusión a su corta edad o a su exotismo, se habla de ellas en tercera persona, prometen horarios de 24 horas, se abren a prácticas de riesgo...– que sugieren que están sometidas a explotación sexual.
Y de ellas, entre 9.764 y 17.639 podrían ser víctimas de trata.
La precariedad y la "feminización de la supervivencia"
En este sentido, Igualdad recuerda que "la precariedad laboral" y la "feminización de la supervivencia" son " los principales factores que provocan la expulsión de las mujeres al sistema prostitucional", una vulnerabilidad que se ceba todavía más con las migrantes, sobre todo si están en situación irregular.
Muestra de ello es que la mitad de las prostitutas de estos anuncios son latinas. La colombiana es, de largo, la nacionalidad más común, dado que abarca el 28,23% de los casos. Le siguen a distancia la española (13,47%), la brasileña (4,98%) y la venezolana (4,86%).
Además, se trata de un mercado que demanda 'carne fresca': cuando el anuncio muestra la edad de la chica, en nueve de cada diez casos esta dice tener menos de 36 años.
