"El objetivo es centralizar recursos en Galicia para dar servicio nacional e internacional"

La tecnología ya no avanza con ceros y unos, sino con los infinitos valores que hay entre ambos. En ellos pueden estar las respuestas a problemas incluso aún por concebir. Hacia allí camina la Rede Galega de Tecnoloxías Cuánticas con el apoyo de Fujitsu, que en febrero abrió oficina en Santiago bajo la dirección de Almudena Justo.
Almudena Justo Martínez (Mos, 1983). EP
photo_camera Almudena Justo Martínez (Mos, 1983). EP

¿Qué demonios es un cuanto y para qué sirve?
Las tecnologías cuánticas son tecnologías incipientes que trabajan con un paradigma de computación totalmente nuevo. En los ordenadores clásicos la información se transmite con 0 y 1: pasa corriente o no pasa corriente. En la tecnología cuántica, la unidad, el cúbit, puede tomar infinitos valores entre 0 y 1. Eso quiere decir que se pueden hacer muchísimos más cálculos, lo que permite resolver problemas que hoy no tienen solución, por ejemplo relacionados con el descubrimiento de materiales, la anticipación a desastres medioambientales, problemas de genómica o el descubrimiento de fármacos –las moléculas son sistemas cuánticos en sí mismos que son muy difícil de representar en la computación clásica–. Además, las operaciones son mucho más rápidas: un cálculo que ahora puede llevar tres días se podría hacer en cuestión de segundos, por ejemplo para calcular la optimización de una cartera de inversión en tiempo real. Y esa velocidad también deriva en un consumo energético mucho menor. 

Entonces estamos aún en un nivel ‘básico’ en estas tecnologías.
Todavía están en desarrollo. Estamos en un momento de investigación, pero ya se han hecho descubrimientos que auguran que, en unos pocos años, vamos a poder tener un computador cuántico con suficientes cúbits estables, con los tiempos de coherencia necesarios, que permita realizar los cálculos de problemas reales. Ahí se está trabajando a nivel de hardware, para lo cual se utilizan distintas tecnologías. En Fujitsu lo hacemos con superconductores y con spin de diamante.

¿Cuándo se verán ya resultados reales de esta tecnología?
Ya tenemos problemas que se pueden resolver con optimización combinatoria con tecnologías de inspiración cuántica –un ordenador clásico con algoritmo de inspiración cuántica–. La forma en la que se desarrollan a nivel de programación es la misma con la que se trabaja en los ordenadores cuánticos, con lo cual se podrían migrar con una línea de código. Es importante, porque ya estamos aprendiendo y, a la vez, hay resultados que se pueden aplicar. Si nos vamos a la cuántica pura me cuesta decir una fecha, pero creo que en diez años, o menos, ya vamos a tener computadores cuánticos que puedan resolver problemas reales. Por eso ahora es el momento de invertir, porque si esperamos diez años, se llegará tarde.

El Centro Internacional de Cuántica se marca como objetivo posicionar a Galicia como un referente en computación cuántica, mejorando la competitividad de las empresas y el sector público gallego. 
Es una apuesta de la Xunta a través de la Axencia Galega de Innovación (Gain) y el Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga), donde Fujitsu somos un player que está apostando por ese hub y esa Rede Galega de Tecnoloxías Cuánticas creada por Gain. Hay diferentes inversiones, como la del computador cuántico Qmio, de 32 cúbits, que suministramos desde Fujitsu, o la red de comunicaciones cuánticas entre Vigo y Santiago. En lo que estamos colaborando, y que es muy relevante, es en aunar esfuerzos para que, con las capacidades de cada uno, desarrollemos las tecnologías cuánticas desde el hardware y el middleware [funciones en nube]. Para eso, nos reunimos de forma periódica en la Rede y se hacen aportaciones del trabajo de investigación y de difusión con empresas, y se buscan esas colaboraciones. Es una carrera de fondo para poder posicionar a Galicia en la carrera cuántica y que las empresas gallegas se pueda beneficiar a futuro de primera mano de ellas. Será un paradigma completamente nuevo que, para aquellos que lo adopten de manera temprana, les supondrá una mejora en la competitividad. Ahí es donde estamos ayudando.

La tecnología cuántica es una carrera de fondo y hay que invertir ahora para tener ventaja a medio y largo plazo"

Colaboran ya con las universidades de Santiago y A Coruña, así como con algunas empresas.
Las de las universidades son colaboraciones de investigación que estamos definiendo ahora para ponerlas en marcha. Y a nivel de aplicación de esas tecnologías de inspiración cuántica, ya hemos hecho dos pruebas de concepto con Pescanova y con Hijos de Rivera, y las estamos iniciando con Finsa, Stellantis y Zendal. En Pescanova hemos aplicado las técnicas de optimización combinatoria a la alimentación en la acuicultura para disminuir el consumo de piensos. También tiene aplicaciones financieras, logísticas...

¿Cuál es el papel de Fujitsu en esa Rede de Tecnoloxías Cuánticas?
Ejercemos como empresa tractora. Somos una gran multinacional y tenemos nuestros propios laboratorios de cuántica para el desarrollo de hardware, middleware y software. Aportamos nuestro expertise y colaboramos con el ecosistema ayudando a la captación de fondos públicos de concurrencia competitiva para ayudar a la investigación.

La Rede se reunió la semana pasada para marcar objetivos. ¿Qué se propone a corto plazo?
El objetivo es dinamizar el ecosistema y que los distintos actores, tanto empresas tecnológicas, como investigadores y usuarios finales, puedan aprender cómo se desarrolla la cuántica y colaboren a distintos niveles de tal forma que la propiedad intelectual de esos desarrollos se queden en Galicia, con un valor añadido para ella y un incremento de su riqueza. Pero insisto en que es una carrera de fondo: hay que invertir ahora para poder tener esa ventaja a medio y largo plazo. Por otra parte, se busca que las empresas gallegas se puedan ir beneficiando ya de estos avances.

También se prevé trazar un "mapa de capacidades" de Galicia.
Los players que trabajamos en Galicia nos conocemos, pero es relevante plasmar en un documento, en detalle, qué puede aportar cada uno desde un punto estratégico o técnico para poder definir sinergias y desarrollos conjuntos, sea en computación o en comunicaciones cuánticas, para que Galicia se convierta en un referente.

Hemos hecho pruebas con Pescanova usando optimización combinatoria para reducir el consumo de pienso en la acuicultura"

¿Cuáles serán los campos prioritarios para su aplicación?
En la Rede estamos creando todavía las comisiones de trabajo donde se definirán estas prioridades.

Todo esto requerirá también captar profesionales especializados.
Sí, porque estamos viendo que hay una escasez de expertos en cuántica. Es algo con lo que estamos colaborando desde Fujitsu a través del máster interuniversitario de cuántica que organizan las universidades de Santiago, Vigo y A Coruña. Precisamente esta semana hemos incorporado en prácticas a tres de sus alumnos.

El centro de Fujitsu en Santiago tiene proyección internacional. ¿En qué le beneficia esto a Galicia?
Esa mirada hacia fuera es muy importante, porque el objetivo de Fujitsu es que, en la medida de lo posible, los recursos se centralicen en Galicia y, desde aquí, se pueda dar servicio a nivel nacional e internacional, colaborando con compañeros y centros de referencia de otros países. Es generar valor y atraer talento altamente cualificado. Hace poco hemos contratado a un titulado de Física por la USC que estuvo trabajando en Países Bajos y que ha querido retornar a Galicia.

Ha sido experta de la Comisión Europea y el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología; también directora de Innovación y Programas Europeos de Feuga... Con ese perfil sabrá decir cómo de fluida es esa colaboración público-privada que se está buscando en este campo.
Es una colaboración necesaria, porque tanto empresas como universidades y centros de investigación, los verdaderos centros de conocimiento, tenemos mucho que aportar. En Fujitsu lo llevamos en nuestro ADN: trabajamos con Riken, el centro de investigación cuántica de Japón; con la universidad técnica de Delft, en Países Bajos; con el Barcelona Supercomputing Center, con el Cesga se está estableciendo ahora...

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