La población en riesgo de pobreza baja en Galicia al 23,6% pero crece la carencia material

Aumenta el porcentaje de gallegos que no puede caldear su casa, comer carne o pescado cada dos días, tener coche propio o irse de vacaciones, y el 7% tiene dificultades para llegar a fin de mes
Una persona pide dinero en una calle de Pontevedra. AEP
photo_camera Una persona pide dinero en una calle de Pontevedra. AEP

El 23,6% de los gallegos estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022, lo que supone casi dos puntos menos que en el año anterior (25,2%), según la Encuesta de Condiciones de Vida, publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (Ine). Sin embargo, el empuje de la inflación o las dificultades para el acceso a la vivienda dejan un impacto evidente, dado que aumentó la cantidad de gallegos que no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada, se privan de comer carne o pescado al menos cada dos días, tener un automóvil les resulta prohibitivo o no pueden irse de vacaciones.

En toda España, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social Arope –por sus siglas en inglés–, creada para medir la pobreza relativa ampliando el concepto de la tasa de riesgo de pobreza –que solo contempla los ingresos– refleja un descenso entre 2021 y 2022 que va desde el 27,8% hasta el 26%. Así las cosas, Galicia figura por debajo de la media del país con la décima mejor tasa autonómica. Las más elevadas se dieron en Extremadura (36,9%) y Canarias (36,2%) , mientras que en el lado contrario se sitúan Navarra (14,5%) y País Vasco (15,7%).

La encuesta del Ine también mide el riesgo de pobreza, un indicador que muestra cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población. En 2022, el porcentaje de habitantes en esta situación –teniendo en cuenta los ingresos de 2021– era del 20,4% de los residentes, frente al 21,7% del año anterior. En Galicia la tendencia es similar, al recortarse desde el 20,2% al 18%, más de dos puntos que la posicionan como la mejor ratio desde el año 2014.

Carencias 

Los datos, pues, parecen ser favorables, pero entrando en detalle se observa que las carestías materiales se han acrecentado de forma general. Empezando por que las personas por dificultades para llegar a fin de mes son el 7% en Galicia, una décima más que, aun así, la convierte en la mayor cantidad desde 2015. En España la variación también fue de una décima, pero en su caso a mejor (8,7%).

Esta hipótesis se refuerza a través de casi todos los parámetros encuestados: prácticamente cuatro de cada diez gallegos asegura no les llega el dinero para irse de vacaciones al menos una semana al año; se duplica hasta el 4,4% las personas para quienes comer carne o pescado cada dos días es un lujo imposible; la pobreza energética en el hogar se dispara del 13,1 al 19,3% –un 2,2% sobre la media estatal–; el 29,3% no puede afrontar gastos imprevistos y el 2,6% no puede tener coche propio –siete décimas más–.

En la misma línea, también se incrementan los gallegos que padecen carencias severas: el 6,3%, un 0,1 más. Son casi 170.000 personas. En cambio, la tasa estatal mejoró: del 8,3 se bajó al 7,7%.

Medidas

Unos 118.380 gallegos no pueden comer carne o pescado con frecuencia. En 2021, aún bajo la crisis del covid, la tasa había caído del 14,9% al 2,1% gracias, según EAPN Galicia, al "éxito" de medidas de inclusión social como la Tarxeta Básica de la Xunta para familias vulnerables. Se suprimió el pasado junio pese a las críticas en contra. Ahora, ante la crisis de la inflación, se actúa a bulto, como una bajada del Iva en la cesta de la compra que a las familias con menor renta les ahorra menos de 3 euros al mes, según EsadeEcPol. El mayor beneficio va a las rentas altas.

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