Radiografía de la dispersión: el 62% del territorio está poblado, el triple que la media española

Dos personas mayores caminan por Lugo, con más gente al fondo. AEP
A nivel estatal, solo el 21,8% de la superficie está habitada. El Ige indica que en el 30% del mapa no se llega a 21 habitantes por metro cuadrado 

Con el melón de la reforma del sistema de financiación por abrir, la Xunta tiene en la compensación de los costes derivados del envejecimiento y la dispersión dos grandes caballos de batalla. Y los datos dan fe de que los habitantes cada vez peinan más canas al igual que atestiguan que, aunque el éxodo del rural hacia las urbes sigue progresando, la población gallega sigue estando bastante 'espallada'.  

Según el último estudio del Instituto Galego de Estatística, que disecciona el mapa autonómico en 30.776 cuadrículas de un kilómetro cuadrado, solo 11.776 no contaban con población a 1 de enero de 2023, esto es, el equivalente al 38,3% del territorio. La consecuencia lógica es que el 61,7% está ocupado, una ratio que casi triplica el indicador español, del 21,8, y que también supera al portugués, del 43,8%. 

La instantánea muestra, además, que en el 27,7% del plano la concentración no llega a los 21 habitantes. Son un total de 8.535 celdas de un kilómetro cuadrado que resisten, aunque a buen seguro que algunas no tardarán en inicorporarse a la Galicia 'vaciada'.

La despoblación no deja de avanzar

La estadística refleja, de hecho, como poco a poco la despoblación va avanzando, pues en 2020, el primer año para el que se elaboró este completo estudio, las casillas sin ningún morador eran 52 menos que ahora, un total de 11.724, de manera que el 38,1% del territorio estaba desocupado. 

En una Galicia por la que es difícil desplazarse sin encontrar una casa, se observa, con todo, que la tendencia es a la concentración, pues el 97% de los gallegos residen en el 34% del mapa. La mayor densidad corresponde a las siete grandes urbes y a sus áreas metropolitanas. Los otros grandes focos son las Rías Altas y las Baixas y, en el interior, algunos núcleos como Verín, Monforte de Lemos u O Barco de Valdeorras.

Los gallegos también se articulan en torno a las vías de alta capacidad, como es el caso de la AP-9, la A-52 –que enlaza Ourense y Vigo–, o la AP-53, que conecta Santiago y Ourense, lo que demuestra que las comunicaciones son un factor clave a la hora de entablar un proyecto laboral y familiar. 

En total, el Ige  –que se sirvió de la localización de la dirección postal en la que reside cada habitante– refleja que en 35 cuadrículas la población es igual o superior a los 10.000 habitantes. De ellas, 34 están ubicadas en las grandes urbes, que también copan 59 de las 80 casillas con una densidad entre 5.000 y 9.999 personas por kilómetro cuadrado. 

La utilidad del estudio de la distribución espacial de los habitantes, como indica el Ige, reside en que puede servir a los poderes públicos en la toma de decisiones ligadas a la población que habite en zonas con riesgo de inundación, y también para analizar al detalle el grado de accesibilidad a servicios como el centro de salud más próximo o en lo que toca al volumen de menores asignados a un centro educativo, por ejemplo. 

Una Galicia con más mujeres

La estadística también permite analizar la distribución poblacional por sexos. En una comunidad en la que las mujeres son mayoría (51,9%), en concordancia con esta realidad, en el 53,5% del territorio ellas predominan sobre los hombres, que son más numerosos en solo el 39,7%.

De otro lado, el mapa que traza el Ige refleja una Galicia "nova" y otra "envellecida" que se ensancha con la falta de relevo y la reducida natalidad. Los mayores de 64 años superan a la población de menos de 20 años en el 99% del territorio y en el 44,7% de las cuadrículas estos habitantes más añosos multiplican hasta por tres o más a los jóvenes.