Solicitan apoyo contra el traslado de un joven con autismo de un centro de A Coruña a otro de Ourense

Óscar Castro, de 23 años, está ingresado en el Centro de Atención a Persoas con Discapacidade de As Xubias. Aunque el centro de Ourense tiene una unidad especializada, su hermano insiste en que alejarlo de su entorno familiar sería perjudicial. La Xunta incide en que la decisión sobre el traslado compete a la Fiscalía, dado que el joven tiene fijadas medidas de apoyo del ministerio público.
Óscar Castro junto a sus padres. CEDIDA
Óscar Castro junto a sus padres. CEDIDA

Óscar tiene 23 años, es autista, con un grado III de dependencia —el más alto reconocido— y un 69% de discapacidad. Su vida ha estado marcada por la falta de apoyos adecuados y por decisiones institucionales que, según su familia, buscan apartarlo. Tras años de lucha, logró vivir en un centro a solo 500 metros de su hogar en A Coruña. Sin embargo, ahora la Xunta plantea su traslado a una residencia en Ourense, a más de 175 kilómetros de su casa y lejos de su entorno familiar.

Víctor, hermano de Óscar, ha lanzado un llamamiento en redes sociales para pedir ayuda y visibilizar la situación de su hermano. Defiende que el traslado lo alejaría del centro en el que actualmente reside, a apenas unos minutos de su casa en A Coruña, a un nuevo lugar a más de 175 kilómetros de distancia. Óscar perdería así la posibilidad de acudir varias veces por semana a su hogar, a su barrio de toda la vida y al entorno familiar que le proporciona estabilidad. En su mensaje, Víctor ha compartido la historia de Óscar desde la infancia hasta hoy, con 23 años, denunciando la falta de apoyos y el trato que ha recibido por parte de las instituciones.

Víctor recuerda que Óscar ingresó en un colegio ordinario con solo tres años, pero nunca logró integrarse ni hacer amigos. Con el tiempo, algunos padres llegaron a presionar a la dirección para que lo expulsaran, alegando que "interrumpía el aprendizaje de los niños normales". A los diez años, perdió su plaza escolar y pasó un año y medio sin acceso a ningún recurso educativo. Durante ese tiempo, su madre se vio obligada a dejar su trabajo para poder atenderlo a tiempo completo. Solo después de iniciar acciones legales, consiguieron que Óscar obtuviera una nueva plaza en el centro María Mariño, en A Coruña, cuando ya tenía doce años.

La pandemia agravó aún más la situación de Óscar. "Mi hermano mide 1,93 y pesa más de 100 kilos. En casa se volvió imposible de manejar", relata Víctor. Tras más de un año de espera para conseguir una plaza en régimen de internamiento, en 2021 se le asignó una de urgencia en un centro en Sarria. Esto obligaba a sus padres a realizar casi tres horas de viaje desde A Coruña cada vez que querían visitarlo, lo que dificultaba enormemente el contacto regular con la familia.

Finalmente, la familia consiguió que Óscar fuera trasladado al centro de atención a personas con discapacidad de As Xubias, en A Coruña, ubicado a solo 500 metros de su casa. Este cambio supuso un antes y un después: por primera vez, pudo mantener un vínculo real y estable con su entorno. Volvió a cenar en casa con su familia, fue reconocido por los vecinos, y empezó a formar parte activa de su comunidad. "La gente por la calle lo saluda y en el bar del puerto siempre le regalan un KitKat", cuenta Víctor.

La Xunta señala que el nuevo centro en Ourense responde mejor a sus necesidades e incide en que la decisión compete a la Fiscalía

La semana pasada, la familia recibió una carta de la Xunta informando que a Óscar se le ha asignado plaza en un centro recién inaugurado en Ourense, y que el traslado se realizará en un plazo de diez días. Para Víctor, esto supondría "una catástrofe": "Mis padres, que ya rondan los 70 años, lo visitan tres veces por semana. En Ourense, Óscar no conoce a nadie, no podría cenar en casa y mis padres tendrían que recorrer 250 kilómetros y pasar cuatro horas en coche cada día para poder verlo".

“El propio centro de Ourense no le ve el sentido al traslado teniendo en cuenta que toda su familia está aquí y el centro a unos minutos de casa", explica.

Víctor también recuerda que la Ley 39/2006, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, establece que la atención a las personas dependientes debe asegurar la proximidad a su entorno habitual, promoviendo así su permanencia en el ámbito familiar y comunitario.

Sin embargo, fuentes de la Consellería de Política Social incidieron este jueves en que la Xunta "non obriga a ninguén a cambiar de praza", sino que el traslado queda a criterio de la Fiscalía, dado que el joven cuenta con medidas de apoyo fijadas por el ministerio público. 

Añaden que si la consellería propuso la plaza en el Centro de atención a personas con discapacidad (CAP) de Ourense fue teniendo en cuenta que la institución dispone de una unidad especializada en trastornos del espectro autista.

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