Adoptar un niño es un paso que deciden dar cada vez menos personas en Galicia. Lejos de revertirse la tendencia de caída observada en los últimos tiempos, el año pasado cerró con un nuevo descenso que dejó las peticiones en 193, lo que supone 14 menos respecto a las contabilizadas en 2015. La cifra de demandantes lleva siete ejercicios bajando de forma ininterrumpida y sigue perforando mínimos del siglo. De hecho, el panorama actual tiene poco que ver con el que había 14 años atrás, cuando se alcanzaron las 959 solicitudes, casi cinco veces más que en la actualidad según los datos de la Xunta.
Más allá de los cambios sociales que han hecho que tener un hijo sea una cuestión menos vital para más gente, uno de los principales factores que explican ese descenso del interés por la vía de la adopción es que los tiempos de espera hasta poder tener al lado al menor son cada vez más prolongados. Años de trámites e incertidumbre en torno a un proceso que conlleva un importante desembolso de dinero en muchos casos. Prueba de ello, los 700 demandantes pendientes de asignación que se contaban a cierre de 2016 en la comunidad. El endurecimiento de los requisitos que las familias deben reunir para completar con éxito ese largo camino y el acotado perfil de niño que se quiere adoptar llevan también a desistir de esta opción.
La caída de las peticiones de adopción se ciñó a los procesos nacionales el año pasado, con 166, y los internacionales fueron 177
El descenso de las peticiones se concentró el año pasado en los procedimientos nacionales, pasando de 130 a 116 las familias que con la búsqueda acotada a España. Con todo, continúan superando por mucho a las que ponen la mirada en otros países para conseguir su anhelo. En concreto, fueron 77 las solicitudes de adopción internacional presentadas desde Galicia, exactamente las mismas que en 2015, con Vietnam, Hungría, Honduras, Bulgaria y China como principales focos.
Atrás han quedado los años en los que se disparó la demanda en otros países, con un importante 'boom' entre 2002 y 2004 que dio paso a un descenso hasta los primeros años de la crisis. En la actualidad, son tres veces menos quienes inician los trámites. Sobre los motivos, la directora xeral de Familia, Infancia e Dinamización Demográfica, Amparo González, apunta que "cada vez hay menos países que tramitan" adopciones. Un listado que en Galicia se ciñe a 25. Hay menos donde elegir y aumentan las exigencias que se imponen desde los lugares de origen de los niños.
PERFIL. Hándicaps que se suman a unos tiempos de espera que se alargan. Y más en el caso de aquellos que limitan su demanda de adopción a niños de hasta un año sanos, caso de la mayoría de familias gallegas que se embarcan en el proceso. Si buscan dentro de España, la resolución puede tardar entre "cuatro y cinco años" y superará los dos en solicitudes internacionales. Y es que este "no es el perfil mayoritario" de los niños que necesitan de una familia.
Para menores con necesidades especiales, la espera puede reducirse a "meses o un año", pero las peticiones que se cursan son inferiores. En este colectivo se incluyen grupos de hermanos, mayores de ocho años y menores con alguna discapacidad o enfermedad, entre otros factores. La oferta y la demanda están desequilibradas.
Se materializaron 48 adopciones en la comunidad en el pasado año
La buena noticia de ver aprobada una adopción les llegó el año pasado a 48 familias en Galicia. De ellas, 36 habían limitado su solicitud a España y la docena restante se había abierto a otros países. Por sexos, encontraron un hogar en Galicia 14 niñas y 22 varones. En cuanto a las edades, seis de cada diez tenían de cero a tres años, y solo uno estaba entre siete y diez.
Desde Galicia
Los datos que maneja la Xunta cifran en 16 los menores recién nacidos que fueron dados en adopción nacional en Galicia, dos de Pontevedra.
59
Son las familias que pusieron en marcha los engranajes de la adopción el año pasado en Pontevedra. En 39 de los casos la solicitud se ceñía al ámbito nacional y en los restantes se abría al internacional. Se trata de la segunda provincia en la que más se recurre a esta opción, tras A Coruña.
