La huelga del taxi iniciada el fin de semana continúa y se extiende cada vez a más paradas de España en una ola que ahora también llega a Galicia, donde este lunes se inició un paro que se prolongará hasta la medianoche de este martes. La reunión mantenida este mismo lunes por las principales asociaciones del sector y el Ministerio de Fomento dejó compromisos y hasta alguna buena palabra del colectivo, pero no sirvió para poner fin a un paro con el que el taxi se levanta ante la proliferación de los vehículos de alquiler con conductor (VTC).
A la espera de que el Gobierno se reúna este martes con los representantes de esa actividad —la de plataformas como Uber y Cabify— y de que se celebre un encuentro con las comunidades, el mapa de las protestas se hace más grande. Este lunes sumó Galicia justo cuando comenzaba la cita en Madrid —a las doce del mediodía—, con una convocatoria de paro de 36 horas que en la primera jornada se desarrolló con un impacto desigual. Frente al "paro xeneralizado" del que hablaba la Federación de Autónomos del Taxi de Galicia (Fegataxi) desde A Coruña, en paradas del centro de Lugo o de Santiago no era complicado encontrar vehículos, aunque fuese con cartel de servicios mínimos. Fueron del 20% de la flota en algunas urbes y del 30% en otras.
El presidente de Radio Taxi de Lugo, Jesús Carracedo, explicaba en las primeras horas que al ser convocado este lunes el paro tenía de entrada "poca incidencia" en la ciudad, aunque preveía que los profesionales se irían sumando, sobre todo por "solidaridad" con los compañeros de las urbes en las que los VTC tienen más implantación y están afectando al negocio del sector en mayor medida. Los datos del Ministerio de Fomento dicen que a inicios de julio había 13 autoriza ciones para VTC en la provincia de Lugo, y que eran 276 en toda Galicia. Y 9.366 en España.
"Pedimos o que pon a lei", subraya Manuel Sánchez Quindimil, presidente de Fegataxi, que informó de la convocatoria de la huelga tras una reunión del sector en A Coruña. La norma a la que remite es la que contempla un límite de una licencia para coche de transporte concertado por cada 30 de taxis, ratio que está lejos de cumplirse. En España, con 65.277 vehículos del servicio público, la proporción es de un VTC por cada siete taxis y en Galicia —donde no operan ni Uber ni Cabify— sale a uno por cada trece.
