Unións Agrarias calcula los daños del lobo en casi 3.000 reses y 2 millones de euros al año

La organización afea que el presupuesto para pagos de la Xunta solo cubre el 32% cuando podría ser el 100% si firmase el plan de gestión estatal
Un lobo Ibérico en las instalaciones del centro de interpretación. J.L.CEREIJIDO (EFE)
photo_camera Un lobo Ibérico en las instalaciones del centro de interpretación. J.L.CEREIJIDO (EFE)

Unións Agrarias calcula que el lobo mata en Galicia 2.203 vacas, caballos, cabras y ovejas de media al año. Eso solo teniendo en cuenta las reses declaradas en el último lustro, porque "el número real" de bajas por ataque "probablemente se acerque las 3.000", ya que "muchas" no se denuncian por problemas con el sistema de ayudas, avisa. Equivalen a un coste directo que "supera los 2 millones de euros anuales", una cantidad que contrasta con los 646.224 euros presupuestados por la Xunta para indemnizaciones para 2023, "un 32% de las pérdidas reales". Por ello, reclama a la Administración gallega "actualizar" las cuantías, "totalmente desfasadas", y que sean "ágiles" en su tramitación y pago.

"Quen está a asumir o custo de manter esta especie son os gandeiros e agricultores", lamentó este jueves desde UU.AA. Jacobo Feijoo, en la presentación del informe que la organización remitirá a la Comisión Europea para solicitar una gestión del lobo "eficaz, responsable e apegada á realidade das comunidades que conviven con esta especie", explicando que "ninguén no rural" aboga por su desaparición, sino por su control.

El análisis de la entidad argumenta que el lobo no está en peligro de extinción en Galicia a tenor del "aumento sostenido" de las denuncias de ataques entre 2010 y 2022, incluidas zonas "donde había desaparecido hace varias décadas". También alude a que las prospecciones del Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural de la Universidade de Santiago (USC) sitúan el norte gallego como una de las áreas "con mayor densidad de poblaciones a nivel mundial" y a que la Consellería de Medio Ambiente detecta su presencia en el 94% del territorio, cifrando su censo para 2021 y 2022 en entre 736 y 828 ejemplares repartidos en 93 manadas –solo tres más que en 2015 y con un cálculo que investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid ven "sobreestimado" por la forma de tasar los miembros del grupo y su éxito reproductivo–.

A partir de ese dato y del peso medio de las reses muertas por ataques, UU.AA. deduce que "al menos un 40%" de la dieta del lobo procede de la ganadería. Unas 3.000 reses que representan más de 2 millones en daños al año, computando tanto los animales muertos como otros elementos colaterales –descenso de producción de leche, abortos por estrés, pérdida de oportunidad, pérdidas genéticas, costes veterinarios y lucro cesante–. Además, recuerda la inversión para proteger a la cabaña.

De ahí su crítica a los 646.224 euros destinados este año por la Xunta para pagos, a lo que suma unos periodos de tramitación para su cobro "superiores en general a nueve meses", la "alta carga burocrática" y una tasa de rechazo "creciente", de "en torno al 20%". En este sentido, la entidad recalca que, de haber firmado el plan de gestión del lobo en vez de haberlo rechazado de forma "partidista y política", Galicia "contaría con fondos suficientes" para cubrir todos los daños gracias a los 1,9 millones estatales que le corresponderían y los 2,4 adicionales para medidas de prevención. A la par, demanda que las ayudas se abonen en un "máximo de dos meses" y "se revisen las condiciones de presentar los restos de las reses".

Con todo, UU.AA. afirma que este sistema basado en ayudas a los daños y a la prevención "se viene demostrando incapaz de controlar" los perjuicios que se sufren en zonas de alta densidad de lobos, especialmente en el caso de los caballos salvajes gallegos "al tener un manejo puramente extensivo en manadas libres", lo que provoca que su conservación esté "seriamente amenazada". Por ello, reclama una "caza selectiva de individuos", sobre todo en "zonas costeras de la provincia de Lugo, donde el lobo abandonó el monte y está cazando en el entorno de las casas", así como recurrir a su "alimentación disuasoria" dejando carroña en el monte –como se hacía con los muladares antes de la legislación de gestión de cadáveres a raíz de la crisis de las vacas locas– para "ayudar a aliviar la presión" de caza del ganado. Para esto último pide "una gestión inteligente de las propias reses muertas" y destinar "parte de los restos de los 19.000 jabalíes que se abaten en Galicia en cada temporada".

Percepción social 

Precisamente, un informe sobre la percepción social del lobo elaborado por investigadores del Campus Terra de la USC y la Universidad de Oviedo revela, a partir de 350 entrevistas realizadas en Asturias, que las indemnizaciones para daños del lobo a la ganadería extensiva en el monte se consideran "escasas, cando non insuficientes".

Adega defiende su función en el ecosistema: "Onde hai lobo, non manda xabarín"
La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega) tachó de "sinsentido" que la Xunta declare una emergencia cinegética que permite cazar sin límite al jabalí en el 80% de Galicia y a la vez pretenda recuperar la captura de lobos, su "principal" predador.Y para evidenciarlo, apunta a que no se tomó esta medida "nalgunhas áreas con maior presenza de mandas de lobo", como la Costa da Morte, O Xallas, Melide, A Ulloa y puntos de Os Ancares, O Courel y Baixa Limia. "Onde hai lobo, non manda xabarín", sentencia.

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