Brecha generacional: una nueva forma de celebrar el amor

El amor se mantiene más vivo que nunca, pero la forma de celebrarlo ha cambiado por completo los últimos años. Las parejas se casan menos y, las que sí, ya no pasan por el altar. Aunque las ceremonias oficiales se han reducido, los jóvenes apuestan por otras formas y celebraciones de avivar el amor y disfrutar de él.

Los jóvenes ya no se casan por la Iglesia

La sociedad ha cambiado mucho las últimas décadas, y las celebraciones religiosas son uno de los sectores más afectados. Si recurrimos a informes de estadística oficiales, las bodas civiles ya superan con creces a las religiosas: mientras que a finales de los años 90 se celebraran anualmente unas 160.000 bodas católicas, en 2019, el último año pre pandemia, sólo 33.819 parejas pasaron por el altar de la iglesia para darse el sí quiero.

Por su parte, las bodas civiles han aumentado, registrándose más de 129.000 en 2019 frente a las 45.000 anuales que se celebraban a mediados de los años 90. La forma de vivir el amor no ha cambiado, pero cómo se celebra sí. 

Ya no solo hemos dejado de casarnos por la Iglesia, si no que muchas parejas optan por no casarse, directamente. Sin embargo, un gesto romántico que se mantiene más vivo que nunca es el hecho de regalar joyas para simbolizar el amor que une a una pareja.

Joyas de compromiso más atrevidas y originales

La joyería fue, es y siempre será fundamental en nuestra vida, puesto que, aunque las joyas pasen desapercibidas en el día a día, simbolizan y encapsulan sentimientos y experiencias muy especiales. Las alianzas son el símbolo del amor, unos accesorios imprescindibles en las bodas religiosas que representan la unión física y espiritual de la pareja de por vida.

Otras joyas tradicionales que se han reinventado en los últimos años son los anillos de compromiso, piezas de diseño más elaborado que las alianzas y que suelen contar con incrustación de gemas y piedras preciosas. Estos anillos, por tradición, se les regalan a ellas tras pedirles la mano como símbolo del compromiso oficial y de la intención de contraer matrimonio. Mientras que las alianzas son obligatorias en las bodas católicas, el anillo de compromiso es un acto de promesa tradicional totalmente opcional ligado a la idea de prometerse en matrimonio, pero que muchos enamorados deciden regalar igualmente.

Aunque hemos dejado de casarnos por la iglesia, los anillos de compromiso y usar alianzas son una tradición que se mantiene en las bodas civiles. Mientras que en el acto religioso es una norma obligatoria para formalizar la unión de la pareja, en la ceremonia civil no lo es, pero la gran mayoría de recién casados deciden hacerlo. Además, aunque tradicionalmente es el hombre quien ofrece un anillo de compromiso a la hora de pedir matrimonio, cada vez son más las mujeres que toman la iniciativa y se proponen a sus parejas, así como en parejas del mismo sexo.

Tradición orfebre con un aire rejuvenecido

Las joyas de compromiso se han modernizado y, aunque los modelos de estética clásica se mantienen, muchas joyerías apuestan por añadir a su catálogo piezas más especiales y de tendencias actuales. Es el caso de Joyería Jael, una joyería familiar con varias décadas de experiencia que siempre busca la manera de reinventarse y ofrecer lo que exigen los clientes actuales.

Los anillos de boda y compromiso han pasado de ser algo obligatorio para los enamorados que quieren casarse a ser algo totalmente opcional y de elección personal. Por esto, cada vez es más común usar anillos de diseños más atrevidos y poco convencionales, unas joyas que pueden representar mejor la personalidad y el amor de cada pareja. 

Muchas de las joyas de compromiso actuales siguen las tendencias de la moda, destacando y triunfando el uso de piedras con colores llamativos y grabados personalizados a petición de la pareja.

Tengan el diseño que tengan, las joyas de compromiso han seguido la evolución de la sociedad y su manera de vivir los últimos años. Además, como carecen de simbología más allá de representar una unión amorosa de por vida, la parejas las continúan eligiendo mientras que dejan de lado la ceremonia religiosa tradicional por sus creencias y connotaciones más desfasadas.

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