El presidente del consejo regulador de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pan de Cea, Carlos Rodríguez, explicó a GG que cada día salen de los 18 hornos asociados, cientos de piezas de pan de 1 kilogramo, 1,2 kilogramos y 600 gramos llamadas "moletes" en autobús y avión con destino a Barcelona, País Vasco, Asturias, Murcia, Cartagena, Córdoba, Valencia y Canarias, entre otros.
"En mi caso concreto, cada mes pago facturas de más de mil euros a una empresa de transporte con la que tengo convenio y no soy el único en la zona", explicó.
Las fronteras no existen ya para este pan elaborado en hornos tradicionales, con medidas determinadas y con masa y proceso también regulados que dan como resultado un pan único en su forma, sabor y conservación.
En el entorno más cercano, el pan de Cea sólo tiene como límite la frontera de Portugal al sur, pero al norte esa línea no existe pues participa de forma periódica en ferias europeas como las de Turín (Italia) y Francia e incluso llegó a Japón con motivo de un intercambio cultural.
Tampoco el océano Atlántico es frontera pues las celebraciones de "magostos" y otras fiestas en los Centros de Galicia de Venezuela y Argentina siempre requieren la presencia del pan de Cea que les llega en avión desde Ourense.
Ahora al resto del mundo
El pan de Cea pasará a ser universal en pocos meses pues está prevista la grabación de dos documentales, uno para el programa "Un país para comerlo" que se emitirá en Televisión Española en 2011.
En ese programa, el pan de Ourense protagonizará un capítulo del recorrido gastronómico que ya están haciendo Imanol Arias y Juan Echanove por toda España con la colaboración del cocinero Ferranz Adriá.
El otro documental correrá a cargo de la BBC británica que se interesó por el pan de Cea en una cata de vinos celebrada en A Coruña.
En la degustación vinícola, según Carlos Rodríguez, el escritor inglés asentado en la capital coruñesa John Barlow hizo de embajador del pan de Cea y explicó a representantes de la cadena BBC sus peculiaridades y de ahí salió el compromiso de grabar el proceso de elaboración.
Todo comenzó hace 700 años
El oficio de panadero y el pueblo de Cea están ligados desde hace cientos de años, pues ya en el siglo XIII el entonces abad del monasterio de Oseira, don Ares, consiguió del rey Sancho IV la autorización y el derecho a celebrar una feria mensual activada por la presencia continua de peregrinos que hacían el Camino a Santiago por la Vía de la Plata y por los productos locales como el pan.
Cien años de memoria viva
Los últimos cien años de esa historia son narrados por Antonio Calviño, panadero ya jubilado y homenajeado en la "festa do pan de Cea" celebrada hace un mes.
Calviño tiene 68 años y explicó a GG que ya sus abuelos maternos y paternos eran panaderos y elaboraban pan "blanco" de trigo para vender y otro conocido como "picurí" o "rolón" para el consumo familiar.
"En aquella época los vecinos eran casi todos panaderos y se turnaban para cocer en los hornos comunales pero mi madre, que también hacía pan, nos animó hace 40 años a construir nuestro propio horno para poder organizar mejor nuestro horario y no tener que estar pendientes de los turnos".
Panadero y músico, Antonio Calviño también convirtió en panadera a su esposa Milagros Testa y ambos, tras pasar años de trabajo en Suiza, continuaron la tradición familiar de abastecer de pan a toda la comarca vecina de O Carballiño.
Hace 40 años que construyeron el horno y 30 años que tienen una amasadora eléctrica pero aún así el trabajo y el horario resultan duros para estos artesanos, según Calviño.
Aún así, su empresa continuará pues su hijo y su nuera Rosa de la Fuente siguen utilizando el horno y manteniendo la producción de 45 piezas o "poias" por hornada.
Una de las abuelas de Calviño repartía unas 40 pieza de pan diarias por la comarca a lomos de una mula y hoy, su familia hace un reparto diario con furgoneta y enviando piezas de pan en autobús a Pontevedra pero tanto su familia como las otras 18 de panaderos, serán conocidas pronto en todo el mundo.
