Coches de segunda mano: todo lo que hay que tener en cuenta

Coches de segunda mano
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Adquirir un coche usado trae consigo varias tareas a realizar por parte del comprador. Estas se deben poner en marcha antes y después de la negociación. La primera es constatar que el vehículo a negociar funcione sin contratiempos.

Para esto es necesario hablar con el propietario, al cual se deben dirigir todas las preguntas pertinentes sobre el historial del vehículo y respecto a cuáles han sido las reparaciones que se le han efectuado en el pasado.

Un paso obligado es revisar el exterior del coche, en busca de posibles abolladuras o arañazos. Estos no deben ser elementos que detengan la negociación, pero sí son útiles como método de presión ante el vendedor, para obtener una mejor oferta por el vehículo.

Otra acción a realizar es buscar asimetrías en la carrocería, ya que si no está de la forma original, es probable que el coche haya tenido golpes mal reparados.

Uno de los líderes de este mercado en expansión es el concesionario multimarca Inniauto, que desde su página web inniauto.com ofrece sus servicios a la hora de buscar un coche o furgoneta de segunda mano.

Esta empresa tiene a la disposición de sus clientes furgonetas de segunda mano en Navarra, además de su servicio de taller de chapa y pintura, con el que se ha ganado un renombre en el sector.

Aquellos que, por ejemplo, busquen furgonetas de segunda mano en Pamplona pueden contactar con ellos con total tranquilidad: este concesionario ofrece kilometraje por escrito en todos los vehículos, para que no haya dudas.

Antes de comprar un automóvil de segunda mano se debe verificar el buen funcionamiento del motor, las partes eléctricas, frenos y sistemas de inyección. En relación a este punto, cabe destacar que Inniauto garantiza a sus clientes que todos los coches han pasado por una revisión exhaustiva, y que el vehículo no provocará problemas al salir de su sede.

Piezas a verificar
Hay partes del coche que deben ser especialmente comprobadas antes de cerrar un acuerdo, como el arranque, la dirección, la suspensión y la transmisión.

En el caso del motor de arranque, lo ideal es que no emita ningún ruido al iniciar el encendido ni al soltar la llave. Respecto a la dirección, esta se puede corroborar al girar el volante en todo su desplazamiento. También hay que prestar mucha atención a cualquier ruido que pudiese generarse.

Tampoco hay que olvidar comprobar el estado de la dirección hidráulica.

Lo más aconsejable es que, antes de cerrar el trato, el comprador y el propietario puedan realizar un recorrido con el vehículo para constatar su buen funcionamiento en la carretera. Esta es la oportunidad perfecta para formular nuevas preguntas y reparar en el estado de otros elementos, como los frenos y la caja de transmisión.

No hay que asustarse o entrar en pánico por la cifra que muestre el tablero en relación al kilometraje que presenta el coche.

Ventajas de la compra
Hay tres elementos que diferencian al mercado de coches de segunda mano: economía, rapidez y funcionalidad.
En el primer apartado, que el coche sea más barato es uno de los factores que impulsa el mercado de la compra y venta. A diferencia de los coches usados, los vehículos nuevos pierden enseguida el 20% de su valor total con solo sacarlos del concesionario, lo que para muchos no resulta una buena inversión.

Si el vehículo se necesita de inmediato, entonces este mercado es el ideal, ya que ofrece la opción de llevárselo puesto. En el caso de los coches nuevos, si el conductor desea un modelo específico con características determinadas es probable que deba esperar varios meses para su adquisición.

También está el aspecto práctico y funcional, puesto que al comprar un coche de ocasión no se pasa por la devaluación que representa un automóvil nuevo. Incluso hay casos en los que se pueden conseguir coches con muy pocos kilómetros a precios que llamarían la atención de muchos. Esto podría ser tan útil como comprar uno nuevo.

Lo más recomendable antes de cerrar cualquier acuerdo es que el comprador y el vendedor puedan aclarar todas las dudas posibles sobre el vehículo. Conducirlo y verificar su buen funcionamiento, para evitar sorpresas que pudiesen provocar una decepción mayúscula por el hecho de no haber realizado una pregunta determinada en el momento adecuado durante la negociación.

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