De vino y tapas en Recatelo

La EsquinaLa Esquina, un lugar para saborear

HAY LOCALES que llaman la atención por la concurrencia de público. Hay puertas a las que uno mira atentamente desde la calle en cualquier barrio de una ciudad o en cualquier población pequeña por la presencia constante de público al observar cómo día tras día entra un público fiel. Es fácil deducir que algo especial ofrece, cuando externamente por fachada o decoración nada llama , nada sugiere singularidad alguna.

Algo de esto sucede con La Esquina en el barrio lucense de Recatelo, a un paso del Parque. No sé qué razón me llevó a recordar allí, en esta barra cubierta de platos con tapas diversas, alguna de las clásicas descripciones de las tabernas que hizo don Álvaro Cunqueiro cuando recreó estos espacios o cuando retrató como nadie a quienes hicieron y hacen uso de esta espacio de sociabilidad.

Quizás aquí en esta Esquina de Recatelo quede un tiempo de Lugo que se detuvo y mantiene un encanto para quien quiera conocer y vivir en profundidad la realidad de lo que fuimos y somos. La fotografía del ambiente y la fotografía del local son de un tiempo que se detuvo. Nada atrae desde el exterior. Estamos ante un clásico local de cafés, cervezas, vinos y tapas. Pero algo ofrece a mayores por la alta concurrencia permanente. Es lugar para el encuentro y la tertulia detenida con el buen vino y las tapas en una media docena de mesas que aquí hay, situadas en dos alturas, con las únicas concesiones decorativas a la madera en la barandilla que separa las dos alturas del establecimiento.

De aquí se sale desayunado, comido o cenado. Eso dicen los fijos, que además valoran la procedencia del producto que ofrecen, como la empanada. Si usted se acerca hasta allí, vaya al encuentro del trato familiar, de un ambiente amigable; vaya dispuesto a tomar la opción por unos vinos o una botella de mencía, Rioja, Ribera o unas cervezas, y vaya sobre todo en la mejor disposición para saborear los excelentes productos de la tierra que aquí ofrecen. Vaya sin prisa aunque sea en horario nocturno. No busque aquí nada sofisticado, saboree lo auténtico: el queso sabe a queso, el chorizo es potente, de excelente color y olor, que pide vino, y la panceta está caliente, después de pasada por la plancha, y sobre pan de mezcla. Todo es una delicia. No hay complicación de cocina.

Creo que esto que saboreamos y disfrutamos aquí la otra noche son sabores naturales, plurales, del Camino hacia Santiago. Sabores que se mantienen por las tierras de Pedrafita desde que Don Gaiferos regresó cogido del brazo del buen caminante a morir ante la tumba del Señor Santiago. Es la autenticidad de estos dos hermanos de La Esquina.

Un lugar para citarse con los amigos al viejo y clásico estilo que se conserva en este barrio de Recatelo, gracias al trabajo de estos dos hermanos que llegaron desde Pedrafita y aquí, en un trato atento, amable, familiar, de buen hacer y con buen producto, han conquistado una inmensa y variada parroquia que va desde los juzgados próximos a funcionarios y personal diverso que se cita y encuentra para charlar y dar muestras de que a pesar de la crisis es posible disfrutar de la vida.

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