El plan Renove de las aceiteras

Relleno de una aceitera con aceite de garrafa
photo_camera Relleno de una aceitera con aceite de garrafa

El aliño de las ensaladas se le está complicando a algunos restaurantes de Lugo. La razón es que tienen que sustituir las típicas aceiteras rellenables y los nuevos envases no siempre funcionan como sería deseable.

Está en marcha un plan Renove pero no es el del coche, ni el de la lavadora. Es, metafóricamente hablando, el que sufrirán todas las aceiteras rellenables, que será obligatorio a partir del próximo 1 de marzo. Un Real Decreto , publicado en el BOE el pasado 16 de noviembre, estipula que solo se podrán ofrecer al consumidor, en restaurantes y caterings, aceites en envases monodosis o en latas o botellines no rellenables y etiquetados. Esta medida comenzará a aplicarse en España el 1 de marzo, pese a que ya entró en vigor el día 1 de este mes.

«Esto supón un transtorno e un encarecemento do produto, tanto para os hosteleiros como para os clientes», afirma Cheché Real, el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de Lugo.

Uno de los restaurantes que ya eliminó las aceiteras tradicionales es el Campos. Ya lo venían haciendo desde hace meses, por lo que apenas notaron la adaptación al nuevo Real Decreto. El sistema permite ofrecer al cliente un aceite en mejores condiciones. Sin embargo, el gasto para el hostelero es superior que a la vieja usanza.

«El coste de un envase no rellenable es hasta cuatro o cinco veces mayor que si el aceite se compra a granel y se sirve en una aceitera tradicional», señala Nicolás Vázquez, gerente del restaurante.

En el Campos, hay dos tipos de aceiteras no rellenables: en lata de medio litro y en botellines de un cuarto. Cualquiera de los envases son cómodos para el cliente, según cuentan en el restaurante.

«De las latas, se extrae un pivote hacia arriba que no te permite el rellenado y las botellas funcionan con un dosificador», indica Nicolás Vázquez, que añade que el vinagre lo sirven, desde hace también un tiempo, en un envase tipo spray.

Peor suerte tuvo el restaurante A Nosa Terra, que adquirió varias aceiteras no rellenables, con un sistema de bola en el cuello de la botella similar a las que tienen algunas con bebidas alcohólicas, y se encontraron con que el aceite no se deslizaba bien debido a la densidad del líquido.

«O aceite pégase á bóliña que levan e, se a moves para que corra, salpica a xente que tes ao lado», explica Manolo López Río, propietario del local.

Por ese motivo, en este restaurante acabaron devolviendo los envases, que serán reemplazados por otros nuevos en breve. «Este tipo de envase non valía pero nós estamos dacordo con esta normativa porque é máis hixiénico cás outras aceiteiras, porque nas outras había unhas limpas e outras non. Nalgunhas mesmo entraban os mosquitos!», afirma Manolo López.

Cuestiones higiénicas aparte, el objetivo es evitar un posible fraude sobre la calidad del aceite y, de paso, defender las denominaciones de origen protegidas. Esto no convence, de todas formas, al presidente de los hosteleros. Cheché Real, quien asegura que el cliente tiene paladar y distingue perfectamente un aceite de oliva de otro que no lo es.

Detrás del cambio está la UE, que prohibió los envases rellenables en lugares públicos lo que fue aprovechado por el Gobierno para incluir esta medida dentro de un plan de lucha, más amplio, contra el fraude en el aceite de oliva. Pese a la polémica, España no será el primer país de la UE que cambiará las aceiteras. Portugal e Italia llevan ya la delantera. En el caso del país vecino, desde hace ya ocho años.

VINAGRE. De momento, se podrá rellenar

Hay nueva norma sobre los envases del aceite que se servirá en los restaurantes pero, en cambio, no hay ninguna que regule el embotellado de su compañero de aderezo: el vinagre. «Cambiar as vinagreiras non tería sentido», ataja Cheché Real, el presidente lucense de los hosteleros. Es una opinión, pero los mismos argumentos del aceite podrían ser aplicados al vinagre.

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