El sabor de los mejillones invadió Becerreá

Becerreá no exaltó ayer un producto autóctono, sino uno que se produce a muchos kilómetros de distancia, en el mar, pero cuya fiesta se ha convertido en una tradición en esta localidad de Os Ancares, el mejillón. La séptima edición de este festejo demostró que ya está totalmente consolidado en el calendario de muestras gastronómicas de la provincia, porque cientos de personas acudieron a la invitación del Ayuntamiento y degustaron alrededor de 750 kilos, preparados con distintas recetas para satisfacer los paladares de todos los asistentes, la mayoría de la localidad organizadora, pero también muchos de otros municipios colindantes e, incluso, de la zona del Bierzo leonés.

Como en ediciones anteriores, el Ayuntamiento de Becerreá instaló una carpa en la que se pusieron a disposición de los asistentes mejillones en distintas preparaciones, desde las más tradicionales, como al vapor, a otras más atrevidas, con distintas salsas.

Los participantes tuvieron que comprar un plato de cerámica de Buño, que costaba cinco euros, y a cambio pudieron comer todos los mejillones que les apeteciese.

Aunque la de ayer era la jornada grande de la VII Festa do Mexillón de Becerreá, la exaltación de este producto en Os Ancares se inició días antes, con tapas realizadas a base de este molusco en los bares. El Ayuntamiento decidió este año ampliar la zona de influencia de la fiesta y, si en ediciones anteriores en los días previso se servían tapas de mejillón en los establecimientos de hostelería de Becerreá, en esta edición, desde el pasado viernes, también se podían degustar estos platos en los locales de otros municipios colindantes.

En total, entre la fiesta de ayer y las jornadas previas en los establecimientos de hostelería, se repartieron un total de 1.500 kilos de mejillones.

El alcalde de Becerreá, el socialista Manuel Martínez, destacó, en la presentación de la fiesta, que esta jornada era importante para el municipio en cuanto atrae a un considerable número de visitantes, con la repercusión económica que esto conlleva, especialmente para el sector de la hostelería.

Aunque no es habitual que un producto de costa se exalte en localidades del interior, en Lugo hay otro caso, el de Rábade.

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