El dios del vino vuelve a Galicia y repite en Ribadavia

Los premios Baco de la Unión Española de Catadores, reconocen desde hace 25 años la labor de bodegueros de toda España y en los últimos entregados el día 1 de julio en Madrid, un "Baco de oro" fue para el vino "A Coroa" de la bodega del mismo nombre en la D.O. Valdeorras.

Un "Baco de Plata" fue para el "Sameirás blanco" elaborado en la D.O. Ribeiro por Antonio Cajide Gulín, que vio reconocido así por tercer año consecutivo en el certamen, el producto de las uvas autóctonas que cuida personalmente en sus 6 hectáreas de viñedos.

Entre los premios "Baco de bronce" se encuentra en 2010 el vino de la D.O. Monterrei "Mara Martín" de la bodega Alma Atlántica y el "Albariño condes de Albarei" elaborado por la bodega del mismo nombre en la D.O. Rías Baixas.

Baco repite en Ribadavia

El bodeguero Antonio Cajide Gulín es el único de Galicia que puede contar que la Unión Española de Catadores premió sus vinos durante tres años consecutivos y, según explicó a GG, es el resultado de "un trabajo de chinos", por su meticulosidad en la preparación de las cepas.

Cajide se dedica a elaborar vinos desde el año 1999 para cumplir así el sueño que tuvo desde niño.

"Cuando cumplí 40 años mi situación laboral y económica era suficiente para cubrir mis necesidades así que me decidí a seguir el trabajo iniciado por mi abuelo que era viticultor y carpintero de toneles".

De pequeño pescaba anguilas y truchas en el río Miño para vender a los restaurantes y ayudaba a su abuelo en la poda y en la "rodriga", a diferencia de sus amigos de Ribadavia y, tras una vida laboral llena de saltos desde estudios náuticos, encofrador o encargado en casi todos los supermercados de la cadena "Gadis", decidió dar el salto que para él era más importante, a lo que siempre quiso hacer.

En 2004 sacó al mercado su primer vino "Sameirás" y hoy elabora seis marcas diferentes con 5000 botellas de vino tinto y otras 40.000 de blanco.

"Lo que yo hago es un trabajo de chinos porque no me vale escoger la variedad treixadura para mis vinos sino que busco la mejor y por eso trabajo con cinco clones diferentes y otros tantos portainjertos para que la adaptación de la uva al tipo de suelo sea la más adecuada", añadió.

Y hace lo mismo con las otras 6 variedades autóctonas de uvas blancas y las 8 que utiliza para sus tintos y tras unos años de premios consecutivos, Cajide se considera afortunado y ve sus logros "muy por encima" de las expectativas que se hizo cuando comenzó a elaborar vino.

Los viñedos que trabaja fueron adquiridos a sus tíos y a la familia de su esposa y los cuida personalmente para vender luego su vino en Estados Unidos, Alemania y en breve en Suiza, Holanda y Puerto Rico, pues cuajaron varios contactos que inició en la feria "Vinis Terrae" de hace unas semanas.

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