Rafael Palacios se da hasta 10 años para construír una bodega de diseño en O Bolo

La firma Rafael Palacios se ha marcado entre 5 y 10 años de plazo para construir una bodega en propiedad -con diseño de Jesús Manzanares- en O Bolo, Ourense, el municipio con la mayor altitud de Valdeorras y donde son característicos los viñedos en terrazas, que configuran un paisaje "espectacular".

Lo ha contado a EFE Rafael Palacios, miembro de una saga familiar de bodegueros que ayer recogía en Madrid el premio Enofusión con la innovación 2014, que respaldaba su trabajo, especialmente en el desarrollo de los vinos blancos.

Según Palacios, la firma ha centrado hasta ahora su estrategia de inversión en la compra y plantación de viñedos y, una vez que ya han conseguido tener "el pulmón del negocio vital" en esta tierra, el siguiente paso será la construcción de una bodega propia para continuar allí la elaboración de los caldos.

Sobre sus futuras características -ahora operan en unas instalaciones alquiladas-, avanza que la bodega será "el centro del viñedo", en un entorno "más arquitectónico, artístico y paisajístico, "a la altura" de sus vinos.

Rafael Palacios obtiene alguno de sus vinos del terreno más alto de toda Galicia, a unos 800 metros, aunque la mayoría de sus enseñas proceden de zonas que oscilan entre 650 y 780 metros de altitud.

El paraje es montañoso y la zona "espectacular" por sus paisajes, que se disponen en la vertiente portuguesa de Valdeorras.

Así, destaca, la integración en su entorno será la premisa fundamental con la que han trabajado y la que recoge en su proyecto el arquitecto Jesús Manzanares, muy conocido por haber sido responsable de la construcción de otras bodegas.

A estas instalaciones trasladarán una producción que ya venden en España y mercados internacionales de Europa, América y Asia.

En su opinión, la bodega ya ha pasado lo más complicado, que son los comienzos, y este año conmemoran sus diez años de vida en los que han conseguido "identidad y calidad; elaborar vinos que expresan el origen y que tienen alma". "El negocio del vino mueve muchísima pasión e ilusión, pero a veces te olvidas de las previsiones de gasto y el plan de inversiones", reconoce.

Resalta que este tipo de aventuras empresariales tiene bastante gasto inicial y requiere de "corazón y lucha" hasta que se consigue el posicionamiento de los vinos en el mercado y alcanzar un volumen comercial aceptable.

Sobre el premio recibido ayer en Enofusión (espacio de vino de Madrid Fusión), Palacios expresa su "orgullo" por un reconocimiento a una trayectoria profesional vinculada a los vinos blancos.

"Me siento realizado profesionalmente y, en estos diez años, he encontrado la meta", concluye.

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